Por Agencias
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Cientos de personas, algunas sosteniendo velas o enjugándose las lágrimas, asistieron anoche a un parque de Colorado Springs para rendir tributo a las víctimas de una matanza en un club nocturno que durante décadas cobijó a la comunidad LGBTQ local.
La vigilia del lunes se dio mientras el sospechoso, Anderson Lee Aldrich, de 22 años, sigue hospitalizado. En el ataque ocurrido el sábado en la noche, cinco personas murieron y 17 fueron baleadas antes de que los asistentes sometieran y golpearan al agresor. Aldrich está acusado de cinco cargos de asesinato y cinco cargos de crímenes por prejuicio causantes de daños físicos, de acuerdo con documentos judiciales.
El tiroteo en el Club Q ha conmovido a la comunidad LGBTQ en esta ciudad conservadora de unos 480.000 habitantes ubicada a unos 100 kilómetros (70 millas) al sur de Denver.
En la vigilia, los asistentes se abrazaron y escucharon en silencio mientras los ponentes en una tarima expresaban su furia y congoja por la masacre.
Jeremiah Harris, quien tiene 24 años y es gay, relató que iba al club un par de veces al mes y ahora se dio cuenta que una de las víctimas era el bartender que siempre le servía. Afirmó que fue conmovedor escuchar a los otros durante la vigilia.
“Las personas gay hemos estado aquí tanto tiempo como han estado aquí todas las demás personas”, declaró Harris. “A quienes se oponen a eso, les digo, no nos vamos a ir a ninguna parte. Seremos más activos y tendrán que acostumbrarse a eso”.
Las autoridades no han hablado de un posible motivo del ataque, pero Aldrich ha sido acusado de crímenes de odio, lo que compromete a la fiscalía a tratar de demostrar que el crimen fue motivado por prejuicio, como por ejemplo contra la orientación sexual real o percibida de las víctimas o su identificación de género. Los cargos contra Aldrich, sin embargo, son preliminares y la fiscalía no ha presentado cargos formales en un tribunal todavía.
Los documentos judiciales relativos al arresto de Aldrich se encuentran bajo secreto sumarial a pedido de la fiscalía.
De momento no se ha informado si Aldrich tiene un abogado que pueda hablar en su nombre.
En una conferencia de prensa del lunes, las autoridades se negaron a hablar sobre por qué presentaron cargos de crímenes de odio, afirmando que la investigación sigue en curso.
El fiscal Michael Allen destacó que los cargos de asesinato conllevan la pena más severa _cadena perpetua— mientras que los de crímenes de odio pueden resultar en libertad vigilada.
“Pero es importante que la comunidad sepa que no toleraremos crímenes por prejuicio en esta comunidad, que apoyaremos a comunidades que han sido vilipendiadas, acosadas, intimidadas y abusadas”, expresó Allen, añadiendo que posiblemente se presentarán más cargos.
El lunes surgieron más detalles sobre las víctimas y sobre los que sometieron al atacante, evitando una mayor tragedia.
Las autoridades dicen que el ataque fue frenado por dos clientes del club incluyendo Richard Fierro, quien dijo a reporteros que le quitó una pistola a Aldrich, le pegó con ella y lo sujetó contra el suelo con ayuda de otro cliente.