
Por Redacción
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Delegaciones de Ucrania y Estados Unidos iniciaron el martes en Arabia Saudí un diálogo de alto nivel para explorar vías que pongan fin al conflicto con Rusia, que ya se extiende por tres años.
Las conversaciones se llevaron a cabo en la ciudad de Yeda, mientras Kiev lanzaba el mayor ataque con drones contra territorio ruso desde el inicio de la invasión a gran escala ordenada por el Kremlin en 2022.
Según las autoridades rusas, más de 300 drones ucranianos fueron derribados en 10 regiones del país, causando la muerte de dos personas y heridas a otras 18, incluidos tres menores. Rusia respondió con 126 drones Shahed y un misil balístico, como parte de su campaña de bombardeos contra zonas civiles en Ucrania.

Diálogo en Yeda y tensiones militares
En la reunión en Yeda, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, y altos funcionarios ucranianos, incluidos los ministros de Relaciones Exteriores y Defensa, discutieron estrategias para una “paz justa y duradera”, según el asesor presidencial de Ucrania, Andriy Yermak.
Rubio evitó dar detalles sobre las expectativas de Washington y se limitó a señalar que querían escuchar las propuestas de Kiev. Entre los puntos clave, Ucrania busca un alto el fuego en el Mar Negro para garantizar la seguridad del transporte marítimo, el fin de los ataques con misiles de largo alcance y la liberación de prisioneros.
Por otro lado, funcionarios ucranianos indicaron que Kiev está dispuesto a firmar un acuerdo con EE.UU. sobre el acceso a sus minerales de tierras raras, un tema prioritario para el presidente Donald Trump. Sin embargo, Rubio aclaró que este acuerdo no es una condición previa para las negociaciones sobre el conflicto.
El ministro saudí de Exteriores participó en la reunión, pero ni las delegaciones ni los anfitriones realizaron comentarios sobre el ataque con drones contra Rusia.
EE.UU. busca recomponer la relación con Ucrania
Las negociaciones en Yeda llegan después de la tensa reunión entre el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, y Trump en la Casa Blanca el 28 de febrero. Ucrania intenta persuadir a Washington para que levante la suspensión de su ayuda militar y del intercambio de inteligencia, impuesta tras el altercado en la Oficina Oval.
Fuentes estadounidenses señalaron que un avance positivo en Arabia Saudí podría facilitar la reanudación de la asistencia militar a Kiev.
Desde Moscú, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, afirmó que EE.UU. informará a Rusia sobre los resultados de las conversaciones, un proceso que calificó de “práctica normal”.
Rusia mantiene su ofensiva y condiciones para la paz

El Kremlin ha reiterado su postura de que cualquier acuerdo de paz debe incluir el reconocimiento de las regiones ocupadas como territorio ruso y la renuncia de Ucrania a ingresar en la OTAN. Rusia ha tomado control de casi una quinta parte del país desde el inicio de la guerra y ha logrado avances en la región de Donetsk, aunque a un alto costo en efectivos y equipo militar.
Mientras Ucrania fortalece su industria armamentística con drones de alta tecnología, los ataques en territorio ruso han aumentado en frecuencia e intensidad. En el último operativo, 126 drones fueron derribados en la región fronteriza de Kursk y 91 en la región de Moscú.
El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, confirmó que más de 70 drones fueron dirigidos contra la capital y que algunos causaron daños en edificios y vehículos. Además, se suspendieron temporalmente las operaciones en seis aeropuertos, incluidos los de Sheremetyevo, Domodedovo y Vnukovo.
Un frágil panorama diplomático
El conflicto en Ucrania sigue escalando mientras las potencias involucradas buscan una salida negociada. La reanudación del diálogo entre Kiev y Washington marca un nuevo intento de encontrar soluciones diplomáticas, aunque las posturas de las partes siguen estando muy distantes.
En este contexto, Ucrania intenta reforzar su posición militar y asegurar apoyo internacional, mientras Rusia continúa con su ofensiva y mantiene sus exigencias territoriales. El éxito de las conversaciones en Yeda dependerá de la disposición de ambas partes a hacer concesiones, en un conflicto que sigue siendo el mayor desafío geopolítico en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.