
Por Redacción
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Estados Unidos reanudó el miércoles el envío de armas a Ucrania, un día después de que el presidente Donald Trump levantara la suspensión de la ayuda militar a Kiev.
Mientras tanto, el Kremlin evalúa una propuesta de alto el fuego de 30 días impulsada por Washington, en un intento por abrir una vía diplomática para frenar el conflicto con Rusia.
Negociaciones en marcha mientras sigue la guerra
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró que Rusia espera recibir más detalles sobre la propuesta de cese al fuego antes de tomar una posición definitiva. Por su parte, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy destacó que la tregua temporal permitiría avanzar en un plan detallado para poner fin a la guerra, con garantías de seguridad para su país.
Las armas estadounidenses ya comenzaron a llegar a Ucrania a través de un centro logístico en Polonia, según confirmaron los ministros de Exteriores de ambos países. El armamento se transporta desde la base de la OTAN en Rzeszow, ubicada a solo 70 kilómetros de la frontera ucraniana.
La ayuda militar de Washington es crucial para Ucrania, cuyo ejército se encuentra en una situación de desgaste tras meses de enfrentamientos con tropas rusas. Sin embargo, para Moscú, el apoyo occidental representa un obstáculo para sus objetivos bélicos y complica cualquier posible negociación.
El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, aseguró que su gobierno explorará diversas vías de comunicación con Rusia para evaluar la disposición del presidente Vladímir Putin a negociar el fin del conflicto. “La pelota está realmente en su campo”, señaló Rubio, quien evitó revelar detalles sobre las conversaciones.
No obstante, la guerra continúa escalando. En los últimos días, las fuerzas rusas han intensificado su ofensiva en la región fronteriza de Kursk, donde buscan expulsar a los soldados ucranianos que realizaron una incursión en agosto. Según reportes de las agencias rusas RIA Novosti y Tass, el ejército de Moscú ya ha entrado en la ciudad de Sudzha, un punto estratégico en la zona de combate.
En territorio ucraniano, el gobierno denunció que misiles balísticos rusos provocaron la muerte de al menos cinco civiles en las últimas horas, mientras continúan los ataques en varias regiones del país.
El desafío diplomático y la postura de Rusia
Trump ha manifestado su interés en lograr un acuerdo para terminar con la guerra de tres años y presionó a Zelenskyy para que acepte negociar con Moscú. La reciente suspensión temporal de la ayuda militar ocurrió poco después de una tensa reunión entre ambos mandatarios en la Casa Blanca, lo que generó especulaciones sobre la estrategia de Washington en este conflicto.
Rubio encabezó el martes una delegación estadounidense en Arabia Saudí, donde presentó la oferta de alto el fuego a representantes del Kremlin. Sin embargo, Rusia ha insistido en que no aceptará ninguna propuesta que no incluya un acuerdo final con garantías claras para su seguridad.
“Rusia avanza en el campo de batalla, así que la situación es distinta para nosotros”, expresó el senador ruso Konstantin Kosachev a través de Telegram.
Otros legisladores del país han mostrado escepticismo sobre las intenciones de Estados Unidos y Ucrania, argumentando que Moscú no aceptará concesiones que comprometan su posición en el conflicto.
El enviado especial de Trump, Steve Witkoff, tiene previsto viajar a Moscú en los próximos días, donde podría reunirse con Putin para continuar las negociaciones. Sin embargo, fuentes cercanas al proceso advierten que la visita podría ser modificada en función de la evolución de las conversaciones.
Mientras tanto, el director de la CIA, John Ratcliffe, y su homólogo ruso, Sergei Naryshkin, sostuvieron una llamada el martes en la que discutieron posibles mecanismos de cooperación en la resolución del conflicto. Aunque no se han dado detalles sobre el contenido de la conversación, el contacto entre ambos servicios de inteligencia podría ser una señal de que las negociaciones están avanzando en distintos niveles.
A medida que se desarrolla este complejo panorama diplomático, la incertidumbre sobre el futuro del conflicto sigue latente. La respuesta de Rusia a la oferta de alto el fuego será determinante para definir los próximos pasos en una guerra que ha cambiado drásticamente el equilibrio de poder en la región.