El cambio climático aumenta la fuerza de los huracanes, según un estudio

Por Redacción
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El análisis revela que este aumento en la fuerza de los vientos ha elevado en una categoría la clasificación de al menos 40 tormentas durante los últimos seis años. Los huracanes más potentes, como los de categoría 5, son significativamente más destructivos, causando hasta 400 veces el daño de un huracán de categoría 1, según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).

Entre las tormentas recientes, tres —incluyendo al huracán Rafael de este año— experimentaron un aumento suficiente en la velocidad de sus vientos para subir dos categorías, según los autores del estudio.

“No estamos viendo un incremento en la cantidad de tormentas, pero las peores son cada vez más potentes”, explicó Daniel Gifford, científico climático de Climate Central y autor principal del estudio. “El daño escala con la intensidad, y el cambio climático está amplificando estas tormentas”.

Las tormentas de categoría 5 han sido particularmente afectadas por el calentamiento global, destacaron los investigadores. Este año, se registraron dos huracanes de categoría 5 en el Atlántico, algo que no habría ocurrido sin el impacto humano en el clima, señaló Gifford.

“Beryl, Helene y Milton, los huracanes más devastadores de 2024, vieron aumentos en su velocidad de vientos de 29 km/h (18 mph), 26 km/h (16 mph) y 39 km/h (24 mph), respectivamente, debido al cambio climático”, detalló el estudio.

El calentamiento de los océanos es el principal motor detrás del fortalecimiento de los huracanes. Las aguas del Atlántico, el Caribe y el Golfo de México han registrado aumentos de temperatura de entre 1,1 y 1,6 grados Celsius (2 a 3 grados Fahrenheit), y en algunos casos hasta 2,2 °C (4 °F), impulsados por la quema de combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas natural, explicó Gifford.

La investigación utilizó simulaciones por computadora para comparar un mundo ficticio sin calentamiento global con la realidad actual, permitiendo a los científicos identificar la influencia directa de los gases de efecto invernadero en las temperaturas oceánicas y, por ende, en la intensidad de los huracanes.

“Tiene absoluto sentido desde un punto de vista fundamental”, comentó Rick Spinrad, jefe de la NOAA, durante una conferencia climática en Bakú, Azerbaiyán. “Hemos añadido más energía al sistema, y esto se traduce en huracanes más fuertes, como Helene, que abarcó un diámetro de 800 kilómetros y generó múltiples tornados”.

Desde 2019, ocho huracanes, incluidos Humberto (2019), Zeta (2020), Sam y Larry (2021), Earl (2022), Franklin (2023) e Isaac y Rafael (2024), han experimentado aumentos de al menos 40 km/h (25 mph) en su velocidad del viento. Humberto y Zeta fueron los más afectados, con incrementos de 50 km/h (31 mph).

En el 85% de las tormentas estudiadas en los últimos seis años, los investigadores encontraron la “huella” del cambio climático en su fuerza. Este patrón confirma predicciones realizadas hace décadas sobre el impacto del calentamiento global en los ciclones tropicales, señaló Kerry Emanuel, profesor de meteorología en el MIT y experto en huracanes, quien no participó en el estudio.

El cálculo de “intensidad potencial” —una métrica que establece el límite máximo de fuerza de una tormenta según las condiciones ambientales— fue clave para evaluar cómo el calentamiento de los océanos está intensificando los huracanes, indicó Gifford.

Estudios anteriores ya habían identificado otros efectos del cambio climático en los huracanes, como una intensificación más rápida y un movimiento más lento, lo que aumenta las lluvias catastróficas.

Friederike Otto, científica climática del Imperial College de Londres y coordinadora del equipo de World Weather Attribution, calificó el estudio como un avance importante. “El trabajo de Climate Central refuerza lo que sabemos: hemos añadido más energía al sistema climático, y esto tiene consecuencias devastadoras”.

Los huracanes más fuertes no solo traen vientos más potentes, sino que también generan daños económicos y humanos devastadores. El huracán Milton, por ejemplo, no solo alcanzó velocidades extremas, sino que también produjo numerosos tornados a lo largo de su trayectoria, ampliando el impacto destructivo en las comunidades afectadas.

“Sabemos que el cambio climático no solo está amplificando los huracanes, sino que está cambiando su comportamiento”, concluyó Spinrad. “El aumento en la frecuencia de fenómenos extremos es una advertencia clara de los riesgos de seguir quemando combustibles fósiles”.

Mientras los científicos continúan estudiando los impactos del calentamiento global en los sistemas meteorológicos, el panorama es claro: los océanos más cálidos están transformando los huracanes en amenazas cada vez más peligrosas, un recordatorio tangible del precio del cambio climático.