Por Redacción
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Bajo la administración del presidente Donald Trump, la política migratoria se ha endurecido con redadas de ICE, restricciones en servicios y un discurso oficial que muchos califican de antiinmigrante.
Sin embargo, en ciudades como Ventura, Santa Bárbara y Oxnard, líderes comunitarios y políticos latinos insisten en que esta conmemoración es, más que nunca, un acto de resistencia y orgullo.
La Supervisora del 5º Distrito del Condado de Ventura, Vianey López, lo resume con claridad.
“Lo que está pasando a nivel nacional, especialmente bajo la administración del presidente actual, sí está impactando nuestro estilo de vida, pero también es un momento en el que vemos más orgullo en las personas que identifican y reconocen sus raíces”.
Ese mismo orgullo es el que mueve a Teresa Jurado, reconocida este año como Mujer del Año de California tras más de 35 años de activismo en Santa Bárbara.

Para la líder comunitaria a quien muchísim@s la conocen como “Tere”, la clave está en los valores transmitidos de generación en generación.
“Los valores son la espina dorsal de tu vida. Y mientras tú tengas valores, es muy fácil caminar por la vida”, indicó la carismática Jurado.
Ambas voces representan la dualidad de este mes: por un lado, la amenaza de políticas que generan miedo; por el otro, la convicción de que la herencia latina es demasiado fuerte para ser borrada y quebrantada.
HERENCIA ENTRELAZADA CON LA HISTORIA DEL PAÍS
El Mes de la Herencia Hispana tiene sus raíces en 1968, cuando el presidente Lyndon B. Johnson proclamó una semana de celebraciones en honor a las contribuciones de los hispanos en Estados Unidos.
Pasaron 20 años, cuando Ronald Reagan amplió la conmemoración a un mes completo, del 15 de septiembre al 15 de octubre, en coincidencia con las independencias de México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Chile y Costa Rica.
Más de medio siglo después, lo que comenzó como un esfuerzo de reconocimiento se ha convertido en un espacio de reivindicación, y la Supervisora López lo expresa sin titubeos.
“La historia de l@s latin@s es la historia de los Estados Unidos. En todo lo que vemos, ya sea en televisión, cultura, comida, hay una conexión a la comunidad latina en todo aspecto de nuestra vida”, recalca la funcionaria demócrata.
El peso de esa herencia se percibe en las calles de la Costa Central: desde los campos de fresas en Oxnard hasta los restaurantes y murales en Santa Bárbara, pasando por las montañas del Valle de Santa Ynez hasta llegar a los tianguis y más campos de cultivos y taquerías que florecen Santa María.
No es casual que los testimonios de López y de Jurado, hagan referencia al Programa Bracero, aquel acuerdo binacional que entre 1942 y 1964 trajo a más de cuatro millones de trabajadores mexicanos a los campos de California.
Y es que sin que lo trataran, ni lo planearan, el Programa es un punto de encuentro en sus vidas, porque tanto el padre de Jurado como el de López llegaron bajo dicha iniciativa.
Por eso, cuando López adelanta que presentará, el próximo 30 de septiembre en la sesión plenaria de la Junta de Supervisores, una proclamación reconociendo el Mes de la Herencia Hispana y honrando a catedráticos de la Universidad Channel Islands que documentan el programa, está haciendo algo más que cumplir un rito institucional: está fusionando el presente con el pasado para que nadie pueda discutir, sin rubor, que “llegamos ayer”.
Para Jurado, el Programa Bracero es parte de su identidad como latina en EE. UU.
“En 1942 las cosas eran bien difíciles, había letreros donde decían prohibir la entrada a perros, negros y mexicanos y fue difícil para mi padre, pero él salió adelante. Ha habido capítulos oscuros (en la historia del país), pero tenemos que recordar que son capítulos, todo pasa”, relató Jurado sobre los años más duros que su padre vivió en este país.
Ese pasado, que ha sido marcado por la discriminación, pero también por la resiliencia latina y que ahora resuena con el presente.
POLÍTICAS DE MIEDO, RESPUESTAS DE ORGULLO

En los últimos meses, las comunidades latinas de California han vivido entre la celebración y el temor.
Aunque en ciudades como Los Ángeles se realizaron desfiles que congregaron varios cientos de personas, otras localidades redujeron o incluso cancelaron sus festividades por miedo a redadas de inmigración.
El propio “Grito de Independencia” en el Consulado de México en Oxnard fue más sobrio de lo habitual, donde hasta hace un año se ha celebrado con un Festival y Desfile de Fiestas Patrias, organizado por varias entidades locales en el Centro de la Ciudad donde miles acuden.
Aun así, López asegura que el impacto del clima político no ha paralizado a la comunidad, sino que ha reforzado su identidad.
“Lo que estoy viendo más ahora es que otras personas que no son latinas están reconociendo el valor y el poder de los latinos y nos están apoyando. Esto nos está ayudando a reforzar lo que tenemos”, explica la Supervisora Demócrata.
Esa mezcla de miedo y orgullo se percibe también en Santa Bárbara, donde Jurado sigue entregando su tiempo a la dirección de nueve organizaciones comunitarias, desde escuelas hasta festivales de arte.
“Podría ser que el aporte latino esté siendo opacado, pero yo nunca me he dado cuenta porque sigo trabajando duro. Nada puede contra nosotros”, afirma Jurado.
EL PODER DE LOS VALORES Y DE LA COMUNIDAD
En un momento donde la narrativa oficial apunta a criminalizar la migración, Jurado insiste en que la verdadera fuerza de los latinos está en su sus valores y esa unión familiar que tanto distingue a l@s latinoamerican@s.
“Para mí, la familia es crucial, importantísima, es lo que me motiva a ayudar y lo que en comunidad nos hace más fuertes. Unidos somos resilientes”, explica Jurado.
No se trata solo de palabra, ya que durante décadas, Jurado ha sido parte de organizaciones que han creado líneas de ayuda, grupos de apoyo y programas educativos para l@s más necesitad@s.
Ha visto a niñ@s inmigrantes a quienes acompañó en kínder convertirse en empresari@s, doctores, abogad@s, músicos, etc.
“No fue fácil para ellos porque llegaron como niñ@s inmigrantes, pero han salido adelante gracias al apoyo que les han dado sus padres y el entorno”, recuerda.
Su mensaje a las nuevas generaciones es tan simple como profundo.
“Que los amo, que los adoro, porque en estos momentos difíciles muchísimos de ell@s han dado la cara, los adultos estamos orgullosos de que tengan su cultura, su legado latino, sus raíces tan fuertes y que defiendan tanto a sus padres, que quieran tanto a su gente, porque lo lindo del mundo es que haya diferentes colores”, explica Jurado.
TRADICIONES QUE RESISTEN
En Ventura, López no se pierde la tradición de ver “El Grito” junto a su madre cada 15 de septiembre.
“Es una tradición familiar de siempre, encendemos la televisión y vemos el Grito que televisan desde el Zócalo de la Ciudad de México, es algo especial”, explica la Supervisora.
En Santa Bárbara, Jurado baila y comparte sus comidas favoritas: chiles rellenos, tamales y caldo de res, acompañados de agua de Jamaica.
Ambas coinciden en que las tradiciones no son simples recuerdos, sino herramientas de resistencia.
“Como latin@s llevamos mucho por delante y hay que usar eso como motivación para hacer un cambio y seguir elevando a nuestras comunidades”, asegura López.
PARTICIPACIÓN CÍVICA: EL OTRO ROSTRO DE LA CELEBRACIÓN
Es así como el Mes de la Herencia Latina no solo es música, arte y comida, para López y Jurado, también es un recordatorio de que la representación política importa.
“Necesitamos unirnos todos, buscar el uno al otro para apoyarnos y luchar juntos. Es muy importante, especialmente para los jóvenes, reconocer el poder que tenemos como personas individuales para participar en el sistema gubernamental, especialmente en las elecciones”, subrayó la Supervisora.
Y añadió que incluso quienes aún no pueden votar tienen un rol clave.
“Todos podemos ayudar a educar e informar a las personas que sí pueden votar, es vital para los momentos difíciles que vive la comunidad”, añade la funcionaria.
UNA HERENCIA VIVA EN TIEMPOS DIFÍCILES

El reconocimiento a Tere Jurado como Mujer del Año de California y la proclamación que López presentará en la Junta de Supervisores no son meros actos simbólicos.
Son, en palabras de ambas, una manera de reafirmar que el legado latino sigue vivo pese a las adversidades.
“Este no es un honor solo para mí. Podré tener el título de California Woman of the Year, pero es un logro para todas las mujeres que se levantan a preparar comida, hacer el aseo, ir a trabajar, hacer todo lo que una mujer hace. No soy yo, son todas las mujeres”, recalcó Jurado.
Con firmeza López indica que el futuro está en buenas manos.
“Yo animo a l@s jóvenes a que recuerden de dónde vienen, aprendan de esa rica historia nuestra y la usen para bien. Usen esas memorias, esas historias de sus familias como motivación para seguir adelante y que lo vean como algo poderoso”, indicó la Supervisora.
Para finalizar y cuando se le preguntó por la palabra que condensa lo que significa ser latina en Estados Unidos, Jurado no titubea, “Poderosa”, afirma.
“Porque tenemos el poder de hacer lo que queramos en algo positivo, de salir adelante, de ayudar a nuestra gente, de estar siempre ahí para lo que se ofrezca y ayudar a nuestra
