El viraje del electorado hispano en la frontera sur de Texas: un campo de batalla para los partidos

Por Redacción
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Este fenómeno ha sido evidente en varias contiendas congresionales en los cinco distritos que bordean México, donde la inmigración y la seguridad fronteriza han dominado el debate electoral.

Uno de los casos más representativos es el del Distrito 15, una franja angosta que abarca desde McAllen hasta las afueras de San Antonio. Durante más de un siglo, este distrito nunca había elegido a un republicano para representarlo en Washington. Sin embargo, en las elecciones intermedias de 2022, la republicana Mónica de la Cruz, una candidata relativamente nueva en la política, rompió esa tradición.

De la Cruz ganó en un distrito donde el 81% de la población es latina, con una campaña centrada en la agenda de Trump, que incluía la promesa de terminar el muro fronterizo y mantener a los solicitantes de asilo en México. Aunque su victoria fue vista como improbable, reflejó un cambio significativo en la mentalidad de los votantes hispanos de la región.

El Distrito 15 es solo uno de los cinco distritos fronterizos de Texas que están siendo observados de cerca en las elecciones de 2024. Otros distritos, como el 16, que incluye a El Paso, y el 23, predominantemente rural, presentan dinámicas diferentes pero igualmente importantes. Mientras que El Paso sigue siendo un bastión demócrata seguro, el Distrito 23 ha caído en manos republicanas en los últimos ciclos electorales. Los tres distritos restantes, ubicados en el sureste, han emergido como campos de batalla clave.

Tras la victoria de De la Cruz, los republicanos han visto una oportunidad en estos distritos y han comenzado a invertir recursos significativos en la región. El Partido Republicano de Texas anunció recientemente una importante movilización en estas áreas, con el objetivo de consolidar y ampliar sus avances. Por otro lado, los demócratas no se quedan atrás. Este año, han incrementado su apoyo financiero a Michelle Vallejo, quien vuelve a enfrentarse a De la Cruz en el Distrito 15 como parte de su estrategia “Red to Blue”, diseñada para recuperar territorios en riesgo de cambiar de manos.

Vallejo, quien en 2022 contó con el respaldo de figuras progresistas como Bernie Sanders, ha ajustado su enfoque en esta campaña. Mientras que en su primera contienda se centró en temas como la ampliación de Medicare, el acceso al aborto y la seguridad social, este año ha incorporado la inmigración en su discurso, un tema que antes trataba con menos énfasis. En uno de sus recientes anuncios, Vallejo abogó por “asegurar la frontera” y contratar más agentes de la patrulla fronteriza, un cambio notable frente a su anterior postura crítica de la “hipermilitarización” fronteriza. Aunque insiste en que sigue alineada con los principios demócratas, su cambio de tono refleja la creciente presión que enfrentan los candidatos en la frontera para adaptarse a un electorado cada vez más conservador en cuestiones de seguridad.

La situación en el Distrito 34, que se extiende al este del Distrito 15, es similar. El demócrata Vicente González se enfrenta nuevamente a la republicana Mayra Flores, quien ganó brevemente el escaño en una elección especial en 2022 antes de perderlo en noviembre de ese mismo año. Flores, con el apoyo del expresidente Trump, ha centrado su campaña en la seguridad fronteriza, la lucha contra el “adoctrinamiento” en las escuelas y otros temas clave de la agenda conservadora nacional. González, un demócrata moderado, ha endurecido su retórica sobre inmigración en respuesta a las preocupaciones de los votantes locales, lo que subraya la tensión política que se vive en la frontera.

El tercer distrito en disputa es el Distrito 28, que incluye a Laredo. Aquí, el veterano demócrata Henry Cuéllar ha mantenido su escaño desde 2002, y aunque enfrenta acusaciones de corrupción, su posición parece relativamente segura. A diferencia de los otros dos distritos, los republicanos han reducido su inversión en esta área, posiblemente porque Cuéllar ganó cómodamente por 13 puntos en las últimas elecciones. Sin embargo, el desgaste político y las críticas constantes han debilitado su imagen, lo que ha llevado a los republicanos a centrar sus esfuerzos en González y De la Cruz, donde ven más posibilidades de éxito.

El sur de Texas se ha convertido en una representación microcosmica del electorado hispano a nivel nacional. Mientras que en áreas urbanas como El Paso los votantes latinos siguen siendo decididamente progresistas, las zonas rurales están mostrando una tendencia hacia la derecha. Hace dos años, el Partido Republicano predijo una “marea roja” en el sur de Texas. Aunque solo la victoria de Mónica de la Cruz materializó ese pronóstico, la región ha cambiado notablemente. Hoy en día, la frontera es un terreno de lucha donde ningún partido puede dar por sentado su dominio, y los próximos comicios serán cruciales para definir su futuro político.