Por Agencias
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“Elvis” es el esperadísimo biopic sobre el rey del rock dirigido por el experimentado y extravagante director australiano Baz Luhrmann, quien inyecta adrenalina en este enérgico film de más de dos horas y media de duración.
Si bien es cierto pasan los 90 minutos ideales, es tan entretenido pasa como un rayo gracias a su ritmo de vértigo y que deja al público en shock, al conocer a fondo la trágica vida que hay detrás de la leyenda.
Luhrmann co-escribe, dirige y produce “Elvis”, protagonizada por el fantástico actor californiano Austin Butler, quien impresionó al público con su papel de ‘Tex’ en “Once Upon a Time in… Hollywood” de Quentin Tarantino.
Butler le quitó el papel a otros actores como Ansel Elgort, Miles Teller (Top Gun: Maverick), Aaron Taylor-Johnson o Harry Styles, gracias a una emotiva cinta en la que tocó al piano una sentida versión de “Unchained Melody”, que llamó la atención de Luhrmann.
Luhrmann dió el salto al largometraje con “Strictly Ballroom” y se consolidó con films musicales como “Romeo y Julieta” y “Moulin Rogue”.
Con “Elvis” vuelve a su mejor versión y retoma elementos formales de “Moulin Rogue”, como la gran feria que es el mundo del espectáculo, los montajes virtuosos con sus pantallas partidas y con una relación muy intensa entre la pareja protagonista,en este caso entre ‘Elvis’ y el ‘Coronel Tom Parker’ (Tom Hanks).
Así, Hanks, con grandes dosis de maquillaje, consigue dar vida al feriante manipulador que catapultó a ‘Elvis’ al estrellato mundial pero que a su vez le encerró en Las Vegas en su etapa final.
“Elvis” narra una conmovedora historia sobre la búsqueda del éxito, del reconocimiento y del reconocimiento público, y a su vez habla de las relaciones abusivas y las adicciones que se encuentran en el mundo del espectáculo.
El film empieza a finales de los 90, cuando ‘Parker’ está en el lecho de su muerte recordando cómo conoció a ‘Elvis’. Gracias a luminosos flashbacks viajamos al pasado para ver a ‘Elvis’ de adolescente.
Gran amante de los cómics (especialmente “Captain Marvel Junior”) y de la música góspel y rhythm and blues, vivió una infancia de pobreza junto a sus padres ‘Vernon’ y ‘Gladys’.
Encontró su salvación en la música, aunque fue ridiculizado por amigos y vecinos.
En su adolescencia se escapaba para escuchar música afroamericana, que lo tenía fascinado, llegando a conocer leyendas de la música como B.B.King o Little Richard.
‘Parker’ era entonces un buscavidas que habitaba en ferias, en búsqueda de su nuevo show.
Y aunque ya representaba a ‘Hank Snow’ (David Wenham), cuando vio a ‘Elvis’ actuar por primera vez quedó tan impresionado, que decidió convertirse en su agente, fuera como fuera.
La forma que tenía de cantar y moverse sobre el escenario desataba la locura entre el público, que se estremecía al verlo, como si de la fruta prohibida se tratase.
Butler convence aquí al público de que él era la opción perfecta de casting, al estar menos pendiente de imitar al rey del rock que de conseguir transmitir la energía y carga sexual que desprendía ‘Elvis’.
‘Parker’ espía a ‘Elvis’ en todas sus facetas y así maquinar un plan infalible para manipularles a él y a su familia, hasta conseguir tomar el control de su carrera musical y ayudarle a tener un ascenso meteórico a la fama.
Pero no todo el mundo está impresionado por el joven músico, muchos temen que su música corrompa a los jóvenes, así que los grupos más conservadores y los políticos le piden a ‘Parker’ que controle a su artista.
‘Elvis’ no quiere ser el títere de ‘Parker’, y en un multitudinario concierto decide ser totalmente libre en el escenario, hecho que lleva a una especie de revolución violenta entre el público, que no sabe cómo reaccionar a su energía arrolladora y que por poco acaba con ‘Elvis’ entre rejas.
Es entonces cuando ‘Parker’ le sugiere cortarse el pelo y que en vez de cumplir condena se una al ejército.
Durante su servicio militar conoce a ‘Priscilla’, una joven con un gran corazón (la actriz australiana Olivia DeJonge), de quien se enamora instantáneamente, y tras su salida del ejército vuelve a la carga lleno de energía haciendo tours, conciertos y una infinidad de películas que explotan y devalúan la marca ‘Elvis’.
Los asesinatos de ‘Martin Luther King’ y ‘Robert Kennedy’ le rompen el corazón y hacen que desee ser la voz del pueblo, mientras ‘Parker’ solo quiere seguir sacándole dinero con su marketing y con frívolas canciones.
‘Elvis’ es advertido por otros managers de que el número musical de Navidad que está planeando ‘Parker’ podría ser el fin de su carrera.
‘Elvis’ reflexiona sentado en el antiguo cartel de Hollywood, ahora hecho añicos mirando hacia el Los Ángeles de mediados de los 60s que necesita, como él, renovarse.
‘Elvis’ se enfunda en su icónico y elegante mono de piel negro y hace el memorable concierto navideño de la NBC del 68’, donde canta sin importarle la censura.
Esta es para mí la mejor secuencia del film, sobre todo cuando ‘Elvis’ canta “If I can dream” para dar apoyo y esperanza a la sociedad norteamericana que tanto lo necesitaba.
Pero ‘Elvis’ es incapaz de liberarse de ‘Parker’ y acaba viviendo encerrado en una jaula de oro en un Hotel de Las Vegas, donde actuará hasta el fin de sus días mientras se van deteriorando tanto su estado físico como su relación con ‘Priscilla’ y con su hija ‘Lisa Marie’.
El emotivo número final, cuando ‘Elvis’ toca “Unchained Melody” poco antes de morir, permite a Luhrmann fundir ficción con realidad y encontrar un balance equitativo entre forma y fondo.
Con un presupuesto de $85 millones, el film ya ha facturado más de $50 millones en su primer fin de semana.
Sin duda estamos ante una de las pelis del año y hemos presenciado el nacimiento de una estrella, Austin Butler, quien le van a caer unos cuantos premios esta temporada.
Puntuación: 4,5 estrellas de 5.