Escuelas de la CC se preparan para proteger a estudiantes latin@s

Por Carlos Hernández
redaccion@latinocc.com

En muchos hogares latinos, sin embargo, ese primer día del año escolar 2025-2026 que inicia la tercera semana de agosto en el Distrito Escolar Somis Union y en todos los centros del Distrito Unificado de Santa Barbara (SBUSD), traerá consigo algo más que emoción y nervios: el miedo a la separación familiar por las redadas migratorias.

Y es que es un regreso marcado por el miedo, una sombra silenciosa que ha acompañado a padres, madres e hij@s durante ya dos meses: la amenaza de redadas migratorias debido a la agresiva campaña antiinmigrante del gobierno federal, cerca de campos de cultivos y vecindarios, lugares donde viven y trabajan muchas familias latinas.

Así, la Dra. Hilda Maldonado, Superintendente del SBUSD, sabe que el reto de este año sería doble: acelerar la recuperación académica y ofrecer un entorno de seguridad física y emocional para los más de 12,000 estudiantes distribuidos en 18 planteles.

A unos 50 minutos al sureste en las afueras de Camarillo, en el pequeño poblado de Somis, el Dr. Jesús Vaca tiene los mismos retos.

Su Distrito, el Somis Union School District, tiene sólo 270 alumnos, 1 Escuela y 35 empleados, donde sus estudiantes, much@s hij@s de jornaler@s agrícolas, la escuela no es solo un lugar para aprender: es un refugio frente a la incertidumbre que se vive en casa.

“El trauma de la deportación familiar no se borra. Incluso vivir con el miedo constante de que tu familia pueda ser separada afecta para siempre a un niño. Así que nuestro trabajo este año es proteger corazones y mentes al mismo nivel que enseñamos matemáticas o lectura”, recalcó el Dr. Vaca.

Aunque Santa Bárbara y Somis parecen mundos distintos, uno urbano y con $228 millones de dólares de presupuesto, el otro rural y sostenido con sólo $3.5 millones, ambos comparten la misma misión: garantizar que l@s estudiantes puedan aprender sin miedo.

Maldonado explicó que, además de mantener el enfoque académico en lectura, matemáticas y bienestar estudiantil, la prioridad es que cada alumno se sienta seguro desde el momento en que cruza la puerta del aula.

Vaca coincide: “Si un estudiante está pensando si verá a sus papás al final del día, no va a concentrarse en la lección. Este año, la salud mental es tan prioritaria como cualquier otra asignatura”.

Mientras los salones permanecían vacíos, los docentes y administradores se preparaban para recibir a sus estudiantes con planes académicos renovados.

Para el año escolar terminado en junio pasado, el SBUSD reportó que los resultados de matemáticas mejoraron en casi todos los grados excepto el 5º Grado, mientras que la lectura muestra un ascenso sostenido.

Para l@s estudiantes latin@s y los de inglés como Segunda Lengua, las tendencias son alentadoras, aunque la brecha académica persiste, y Maldonado reconoce que el reto sigue siendo grande.

“Estamos viendo progreso, pero necesitamos acelerarlo. La participación de los padres y la intervención temprana son esenciales para que nuestros estudiantes latinos alcancen su máximo potencial”, asegura la Superintendente oriunda de México.

Es así como este año, el SBUSD ha lanzado el Plan Maestro para Estudiantes Multilingües Emergentes, el cual es una estrategia integral que ofrece apoyo estructurado en inglés desde el kínder transicional hasta el 12.º grado, fija expectativas claras de adquisición del idioma y provee a l@s maestr@s con herramientas para entender mejor las necesidades de sus alumn@s bilingües.

Además, implementará un nuevo examen estatal de lectura para kínder a 2º grado, diseñado para detectar retrasos tempranos, antes de que se conviertan en obstáculos permanentes.

El SBUSD también expandirá su programa de preescolar ante la creciente demanda.

“Nuestros alumn@s más pequeñ@s son el inicio de todo. Si construimos bases sólidas, todo lo demás tiene mejores posibilidades de éxito”, subraya Maldonado.

En Somis, la estrategia es más personalizada e igual de enfocada.

“Antes nos capacitábamos para exámenes, ahora para proteger corazones y mentes. Si un niñ@ está preocupad@ por la deportación de sus padres, no podrá concentrarse en sus estudios y lo notamos de inmediato porque aquí conocemos a cada familia. Esa cercanía es nuestra fortaleza”, asegura Vaca para quien la salud mental y emocional es fundamental en su Distrito.

Precisamente, en una escuela donde l@s docentes conocen el nombre de cada padre y madre como la de Somis Union, la atención emocional se vuelve tan personal como el acompañamiento académico.

Amb@s Superintendentes afirmaron que las medidas de control migratorio no son una política abstracta, sino una realidad cotidiana para sus estudiantes.

En Santa Bárbara, los rumores de operativos se intensificaron durante la temporada de graduaciones, lo que llevó al Distrito a reforzar la seguridad perimetral y sumar personal adicional en los accesos.

Maldonado comentó que ha escuchado de familias que temen enviar a sus hij@s a la escuela, y que el personal ha recibido capacitación sobre los protocolos legales para mantener la seguridad en los campus.

En Somis, el riesgo es el mismo o incluso mayor.

Y es que redadas a gran escala del ICE, como las de julio donde se arrestaron a más de 300 personas, han ocurrido en los campos vecinos, palpables para l@s estudiantes y sus familias.

El Superintendente, quien llegó con su familia desde México cuando apenas tenía seis meses, asegura que las cercas perimetrales y los accesos controlados han evitado incidentes dentro del plantel, y todo el personal sabe que debe verificar documentos y activar protocolos de seguridad y emergencia en coordinación con las autoridades del condado.

“Nuestra escuela es pequeña, pero para estos niñ@s es un santuario. Una vez que cruzan la puerta, deben sentir que aquí nada malo les va a pasar”, afirma Vaca.

Ana López tiene a sus dos hijos en una escuela Elementaría y otro en Secundaria, y dice que desearía detener el tiempo y regresar a un par de años atrás donde no se vivía con la sensación de persecución.

Su esposo trabaja en un campo de fresas en Oxnard y, durante el verano, ella ha vivido pendiente de mensajes de WhatsApp y llamadas de vecin@s que alertaban sobre la presencia de agentes de ICE en la región.

Historias como las de Ana confirman como el impacto emocional de este clima migratorio es profundo y cuantificable.

Datos del Departamento de Educación de California muestran que durante el último trimestre del año escolar anterior, aproximadamente un 12% de l@s alumn@s latin@s faltaron al menos 3 días adicionales durante los rumores de redadas, en comparación con sus compañer@s anglosajones.

Así, las autoridades, docentes y psicolog@s aseguran que el miedo erosiona la asistencia y, con esto, la posibilidad de aprender de manera continua.

Para enfrentar este desafío, el SBUSD ha incrementado su red de consejer@s y psicólogos escolares y ha reforzado su colaboración con organizaciones comunitarias como Future Leaders of America, UndocuFund 805, Immigrant Legal Resource Center y el Immigration Legal Defense Center, entre otros.

La Superintendente indicó que dichas alianzas permiten ofrecer talleres de “conocer sus derechos”, planes de seguridad familiar, asistencia legal, notarización de documentos y apoyo emocional.

“No podemos hacerlo todo sol@s. La comunidad es nuestro socio más importante para llegar a donde la escuela no alcanza”, reconoce Maldonado.

Por su parte, el Distrito Somis Union se apoya en su escala reducida para ofrecer un acompañamiento casi personalizado, donde las aulas se convierten en un refugio frente a la incertidumbre.

Con el 65% de estudiantes identificad@s como latin@s y aproximadamente el 15% clasificad@s como estudiantes migrantes, la conexión entre la vida familiar y la preparación escolar es inmediata.

Muchos padres y madres trabajan en los campos de cultivos de los alrededores, donde ya se han realizado redadas de inmigración.

El Dr. Vaca explicó que estas realidades obligan a l@s niñ@s a crecer más rápido, trasladando las preocupaciones de los adultos al aula.

“Est@s niñ@s son resilientes, pero ningun@ de ell@s debería tener que vivir con miedo mientras intenta aprender”, enfatizó enérgicamente.

Además, el Superintendente y Director mencionó que su Escuela también mantiene contacto directo con organizaciones locales para referir casos que requieren atención especializada o apoyo económico.

Santa Bárbara enfrenta recortes por $4.2 millones de dólares para el próximo año, tras $13 millones de ajustes previos que permitieron mantener el contrato docente hasta 2026.

Por su parte el Somis Union, con $3.5 millones de presupuesto, depende de fondos federales y estatales para sostener transporte, alimentación y programas socioemocionales.

Cualquier crisis financiera impacta directamente en la operación diaria, pero por el momento y luego que el Gobierno Federal liberará los fondos para la educación pública que había congelado por razones políticas, este año no hay problemas por escases de fondos.

Aun así, ambos Distritos coincidían en que la seguridad y el bienestar emocional de los alumnos estaban por encima de cualquier otra consideración.

Es así como ambos Distritos monitorearán los primeros diez días de clases para identificar ausencias relacionadas con el temor migratorio.

En el SBUSD la primavera pasada, la asistencia se mantuvo sólida, lo que Maldonado atribuye a la comunicación constante y a la presencia visible de medidas de seguridad.

En Somis, la supervisión es aún más directa: si un niño no regresa, “el Distrito llama a la familia para confirmar que está segura y lista para continuar su educación, aquí o donde esté”.

Al final, tanto Maldonado como Vaca coinciden en que la escuela debe ser un refugio y un puente hacia el futuro.

“Nuestras escuelas son seguras, su hij@ tiene derecho a la educación y estamos aquí para apoyarle”, afirma Maldonado.

Vaca lo resume con la serenidad de quien conoce el valor de la cercanía.

Así, cuando entre pizarrones, alfombras de lectura y mapas colgados, suene la campana del inicio de clases para un nuevo año escolar el 19 de agosto en Somis y el 20 en Santa Bárbara, l@s maestr@s esperan que al menos por unas horas, cada niñ@ respire sin miedo, aprenda y mire al futuro con esperanza.