Estos son los exámenes para la detección temprana del cáncer

Por Agencias
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Conocer cómo se logra esa detección se vuelve fundamental ahora que la incidencia del cáncer ha pasado cada vez más a ocurrir a edades menores, según un informe publicado en enero por la Sociedad Estadounidense del Cáncer.

Entre los adultos estadounidenses de 65 años o más, los adultos de 50 a 64 años y los menores de 50 años, «los menores de 50 años fueron el único de estos tres grupos etarios que experimentó un aumento en la incidencia general del cáncer” de 1995 a 2020, dice el informe, que fue publicado en CA: A Cancer Journal for Clinicians.

Aunque la población general de EE.UU. está envejeciendo, «estamos viendo un movimiento en los diagnósticos de cáncer hacia personas más jóvenes, a pesar de que hay más personas en las poblaciones de mayor edad», dijo el Dr. William Dahut, científico jefe de la Sociedad Estadounidense del Cáncer.

Por eso la detección temprana del cáncer es cada vez más necesaria, acompañada de la prevención primaria recomendada por expertos médicos: acciones como el ejercicio y la buena alimentación, que implica reducir el consumo de alimentos procesados, carnes rojas y bebidas azucaradas y erradicar el consumo de alcohol, según la Sociedad Americana de Lucha contra el Cáncer.

La Organización Mundial de la Salud explica que la detección temprana se compone por diagnóstico precoz y de tamizaje o cribado.

El diagnóstico precoz es efectivo para los cánceres sintomáticos e implica conocer los síntomas y acudir al médico, acceder a los servicios de evaluación y diagnóstico y el paso a un servicio de tratamiento consecuente.

El tamizaje o cribado busca detectar indicios de un cáncer o una lesión precancerosa en el caso de personas que no tienen síntomas, dice la OMS. Pruebas como la citología y la mamografía entran en este grupo.

El Dr. Elmer Huerta, oncólogo, experto en Salud publica, señala que la detección temprana es una forma de «prevención secundaria». La prevención secundaria o detección precoz sirve para aquellos cánceres que tienen pruebas para detectarlos cuando apenas están comenzando. Esta prevención abarca «un puñado de cánceres», dice el doctor.

«La diferencia con la prevención primaria es que en esta yo estoy evitando entrar en contacto con la sustancia o la causa del cáncer para que no se produzca, mientras que en la prevención secundaria ya empezó el cáncer, ya se produjo, ya el cáncer está creciendo, pero crece de una forma tan lenta que, habiendo pruebas, lo voy a encontrar para evitar que se agrave», dijo el oncólogo y experto en Salud Pública.

Para la detección del cáncer de cuello uterino, la Sociedad Americana del Cancer recomienda las pruebas de detección del virus del papiloma humano (VPH) y de Papanicolaou. Estas pruebas previenen enfermedades porque detectan células anormales que pueden tratarse antes de que se conviertan en cáncer.

Los expertos recomiendan estas pruebas entre los 21 y los 65 años, si las mujeres se han sometido a pruebas de detección adecuadas antes y no tienen un alto riesgo de padecer cáncer de cuello uterino. La recomendación para las pruebas de Papanicolaou es comenzar a los 21 años, seguido de una prueba de Papanicolaou cada tres años hasta los 29 años. A partir de los 30 años, la detección del cáncer de cuello uterino se debe realizar de la misma manera o se puede realizar mediante la prueba del VPH o una prueba combinada de VPH y Papanicolaou cada cinco años hasta los 65 años.

La mamografía se hace después de los 40 años, una vez al año, hasta los 75 años. «Lo que hace es detectar el cáncer que ya está creciendo, pero lo encuentra, como decimos en oncólogos, del tamaño de un granito de azúcar, pequeño, a tiempo para operarlo y curarlo», indicó el Dr. Huerta.

Se trata de un examen de sangre oculta o sangre invisible en el excremento. «Esa prueba se hace en hombres y mujeres a partir de los 50 años. Y si esa prueba sale positiva, se puede hacer un examen que se llama colonoscopía, que debe hacerse cada 5 o 10 años desde los 50 años en hombres y mujeres,» dijo el Dr. Huerta.

Para reducir el riesgo de muerte por cáncer colorrectal, se necesitan varios exámenes como la colonoscopia, la sigmoidoscopia y pruebas altamente sensibles que analizan las heces (como pruebas de sangre oculta y pruebas de ADN), según el Instituto Nacional del Cáncer, e incluso estos exámenes previenen que la enfermedad empezando, porque a veces encuentran pólipos que son (bultos anormales en el colon) que se pueden extirpar antes de que se conviertan en cáncer.

Los expertos recomiendan que las personas con riesgo promedio de cáncer colorrectal se hagan una de estas pruebas de detección desde los 45 o 50 años hasta los 75 años.

Para el cáncer de pulmón se realiza una prueba llamada tomografía computarizada de baja intensidad y se debe realizar cada cinco años. Sin embargo, no es para todos, mencionó el doctor Huerta, sino para «fumadores que hayan consumido un paquete de cigarrillos diario por 30 años o dos paquetes de cigarrillos diario por 15 años. Es decir, fumadores fuertes».

Además, la Sociedad Estadounidense del Cáncer amplió recientemente sus recomendaciones de detección: cualquier persona entre 50 y 80 años debe hacerse una prueba para detectar cáncer de pulmón si fuma actualmente o ha fumado anteriormente (sin importar cuánto tiempo haya transcurrido) a un ritmo de 20 paquetes-año. Un paquete-año se define como fumar un promedio de un paquete de cigarrillos por día durante un año.

Además de estos exámenes, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos destaca para las personas con mayor riesgo de ciertos cánceres la prueba de alfafetoproteína, que es un análisis de sangre para detectar cáncer de hígado; imágenes por resonancia magnética, para identificar cambios genéticos que aumentan el riesgo de cáncer de mama; la prueba del antígeno canceroso 125 (CA-125) para detectar cáncer de ovario temprano; examen clínico de mama y autoexamen de mama; y las pruebas detección de múltiples tipos de cáncer (MCD), que mide los signos biológicos (biomarcadores o marcadores tumorales) que las células cancerosas liberan en los fluidos corporales. Aún no se ha demostrado que estas pruebas de detección MCD sean completamente efectivas, pero a veces se ofrecen a personas con mayor riesgo.

El doctor Huera dice que con algunos de estos cánceres el paciente puede no tener ninguna señal de alerta, lo que evidencia la importancia de la detección temprana.

La Organización Mundial de la Salud señala que «la detección del cáncer en fase avanzada y la falta de acceso a medios de diagnóstico es algo común, particularmente en los países de ingresos bajos y medianos».

«Menos del 30% de los países de ingresos bajos disponen de servicios de diagnóstico y tratamiento de acceso general, y a menudo carecen de sistemas de derivación de los presuntos casos de cáncer, lo que retrasa y fragmenta la atención», dice la OMS.

Pese a ello, el Dr. Huerta destacó que el mensaje y el consejo práctico que debe quedar claro es que, de tener acceso, «hay que ir al médico antes de sentir síntomas»: los chequeos regulares son recomendados.

«Las pruebas de detección de cáncer salvan vidas», explica la experta médica en bienestar de CNN, la Dra. Leana Wen, quien es médica de urgencias y profesora de Políticas y Gestión de la Salud en la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington.

«Este es el caso tanto del cáncer de pulmón como de otros tipos de cáncer. Los cánceres son más fáciles de tratar cuando están localizados, antes de que se extiendan a los ganglios linfáticos y a otros órganos», dijo Wen.

El cáncer sigue siendo una de las mayores preocupaciones en materia de salud pública en el mundo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su recopilación se cifras consolidada más reciente, esta enfermedad estuvo dentro de las principales causas de muertes en 2020, causando casi 10 millones de fallecimientos.

La OMS indica que los cánceres más mortales en ese año fueron el pulmonar (1,8 millones de muertes), colorrectal (916.000), hepático (830.000), gástrico (769.000) y el de mama (685.000 fallecimientos).

En términos de casos, dice la OMS, los más frecuentes en 2020 fueron el de mama (2,26 millones de casos), pulmonar (2,21 millones), colorrectal (1,93 millones), de próstata (1,41 millones), de piel (1,20 millones) y gástrico (1,09 millones).