Por Redacción
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La elaboración del gazpacho con aguacate es prácticamente la misma a cualquier otra versión de esta sopa fría.
No vamos a usar pan, así que el reposo previo no es tan necesario, o al menos no hace falta que sea tan largo.
Podemos pelar los tomates si no tenemos una batidora o robot potente.
Trocear la cebolla y colocar en agua fría durante 30 minutos si se quiere suavizar su sabor.
Lavar y trocear todas las hortalizas, colocándolas en un cuenco grande o vaso de robot de cocina.
Añadir una buena pizca de sal, un poco de vinagre y un chorrito de aceite de oliva. Incorporar la pulpa de aguacate mezclada con zumo de limón y remover bien.
Dejar reposar si se desea media hora o más tiempo, en la nevera.
A la hora de hacer el gazpacho podemos retirar el ajo si lo queremos aún más suave.
Empezar a triturar con batidora, robot de cocina o procesador de alimentos, subiendo la velocidad para triturar bien las pieles.
Remover de vez en cuando y seguir triturando.
Cuando se obtenga una mezcla homogénea, empezar a añadir aceite en hilo mientras se tritura para emulsionar, o echarlo de golpe y triturar a alta velocidad.
Probar y corregir de sal, o añadir más vinagre o aceite.
Agregar agua al gusto para dar con la textura deseada, triturando cada vez.
Si no hemos pelado los tomates o no tenemos un robot potente, podemos pasar el gazpacho por un colador chino o tamiz para dejar una textura mucho más fina y delicada.
El gazpacho de aguacate pide un acompañante que agradezca la textura algo más densa, como huevo duro picado, pimientos, chile verde, jamón en taquitos, atún o incluso sardinas en aceite, jicama picada y trozos de pan crujiente.
Regar con un hilo de buen aceite antes de servir, y añadir algunas hierbas frescas si se desea, como perejil italiano, cilantro o romero.
Si tenemos más aguacate, podemos añadirlo también como guarnición.