Jueza bloquea indefinidamente la proclamación de Trump que suspendía el ingreso de estudiantes internacionales en Harvard

Por Redacción
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La jueza Allison Burroughs, del Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Massachusetts, dictaminó que la medida presidencial vulneraba protecciones clave de libertad académica y expresión. En una opinión de 44 páginas, sostuvo que la orden ejecutiva constituía un intento de la administración Trump por silenciar a una institución académica reconocida, a través de la coerción migratoria.

La magistrada advirtió que el intento de Trump de condicionar el cuerpo estudiantil de Harvard a sus propias opiniones políticas no solo amenaza esos derechos, sino que se hace “a costa de los estudiantes internacionales”.

La Casa Blanca argumentó que la proclamación se emitió en función de la seguridad nacional, alegando que Harvard no realiza controles adecuados sobre los estudiantes extranjeros que recibe. Sin embargo, Burroughs rechazó esas justificaciones como una “cobertura legal insuficiente para un ataque a la autonomía institucional”.

La jueza, designada durante la administración de Barack Obama, ya había frenado previamente un intento de los Departamentos de Estado y Seguridad Nacional de anular el programa de visas estudiantiles de Harvard. Esa iniciativa habría afectado directamente a casi una cuarta parte del alumnado de la universidad, forzando a miles de jóvenes a abandonar el país o transferirse a otras instituciones.

Además de este caso, Burroughs también tiene previsto pronunciarse este verano boreal sobre una demanda de Harvard que busca revertir la decisión del Gobierno de congelar más de 2.000 millones de dólares en subvenciones federales para programas de investigación científica y médica.

Los críticos ven estas acciones como parte de una ofensiva más amplia del Gobierno de Trump contra las instituciones que considera demasiado liberales o intelectualmente disidentes. Harvard, como universidad privada de élite, ha sido blanco frecuente de ataques retóricos y políticos por parte de la administración, especialmente en lo relacionado con programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), así como su manejo de las protestas estudiantiles vinculadas al conflicto entre Israel y Gaza.

Desde la campaña presidencial de 2024, Trump ha intensificado su retórica contra las universidades, acusándolas de adoctrinamiento político, de tolerar discursos “antiamericanos” y de no alinearse con sus prioridades ideológicas. La proclamación bloqueada esta semana era una de varias medidas propuestas para recortar la influencia de instituciones como Harvard y condicionar su acceso a fondos y visas internacionales.

La universidad, por su parte, ha sido firme en su defensa de los derechos académicos. En una declaración reciente, Harvard sostuvo que los ataques de la administración no solo dañan su reputación e independencia, sino que perjudican directamente a miles de estudiantes que contribuyen al intercambio global de conocimiento.

Líderes de otras universidades y organizaciones de derechos civiles han aplaudido el fallo de Burroughs, considerándolo un freno necesario a lo que describen como una peligrosa politización de la educación superior por parte del Gobierno.

El Departamento de Justicia no ha confirmado si apelará la decisión.