Hace cientos de años un grupo de miembros de la tribu Chumash, se encontraban cazando y recolectando frutos en las montañas del actual condado de Santa Bárbara, cuando fueron sorprendidos por una fuerte tormenta, las ráfagas de viento eran feroces y los relámpagos y truenos aterradores.
Los nativos buscaron refugio en una cueva cercana, mientras esperaban que el mal tiempo pasara escucharon gritos desesperados pidiendo ayuda, la tormenta era tan terrible que el líder del grupo les indicó que nadie saldría de la cueva mientras la tormenta no cesara.
Una joven valiente y compasiva, llamada “Shasta”, desobedeció la orden y salió para averiguar qué era lo que estaba sucediendo; no tuvo que caminar mucho, después de unos cuantos pasos encontró a un joven malherido, atrapado bajo una enorme rama que la tormenta había derribado.
Ayudándose con un trozo de madera, la joven logró liberar al herido y le ofreció su hombro para ayudarlo a caminar hasta la cueva.
Aquella loable acción de Shasta fue mal vista por sus compañeros, en lugar de felicitarla la reprendieron por haberse puesto en peligro para salvar a un desconocido, resultó que el joven en desgracia era un guerrero de una tribu vecina, los Alliklik.
Una vez que la tormenta se disipo los Chumash regresaron a su aldea, donde después de un par de semanas el joven Dasan logró recuperarse de sus heridas, gracias a los brebajes y ungüentos del curandero de la tribu y los cuidados de la bella Shasta.
Durante el tiempo de recuperación los jóvenes se enamoraron, situación que enfureció y calo hondo en el orgullo de los guerreros Chumash, pues para ellos resultó una gran ofensa que la mujer más bella de su tribu, pusiera sus ojos y su corazón en un forastero.
A los oídos de Shasta llegaron los rumores de que los guerreros Chumash estaban conspirando para quitarle la vida a su amado, así que sin dudarlo decidió escapar con él.
Esa noche la pareja de jóvenes amantes trató de aprovechar la oscuridad de la noche para escaparse de la aldea, pero los ladridos de los perros despertaron a los guerreros Chumash, quienes inmediatamente emprendieron la persecución.
En la cima de una pequeña montaña Shasta y Dasan fueron cercados por los furiosos guerreros, Dasan comprendió que sin un arma en sus manos no podía hacerle frente a sus rivales, así que trató de razonar con ellos, pero la respuesta que recibió fue un cuchillo clavado directamente en su espalda.
Shasta cegada por el dolor y el llanto, arrancó el cuchillo de la espalda de su amado para clavárselo ella misma en su corazón y caer sin vida sobre su amado Dasan.
La sangre de los dos jóvenes empezó a escurrir por las rocas, y para sorpresa de los presentes el líquido rojo no paraba de fluir, hasta que con los primeros rallos del sol, la sangre se trasformó en un torrente de cristalina agua, que formó la majestuosa cascada de Nojoqui (que en lengua Chumash significa “Cascada de Luna de Miel”).
El Gran Espíritu quiso que aquella imponente cascada quedara como testimonio de que un amor verdadero jamás podrá ser vencido por la intolerancia y los celos.
Cuando visites este hermoso lugar no olvides besar a tu ser amado frente a la cascada para que el Gran Espíritu bendiga su amor.