Después del éxito que tuvieron los films de culto Drácula (Tod Browning, 1931) y Frankenstein (James Whale, 1931) de la mano de Universal, un año más tarde se estrenó La momia (Karl Freund, 1932), protagonizada por el mítico actor británico Boris Karloff.
A raíz de esta película, surgieron muchos más films basados en monstruos clásicos de la literatura: “El hombre lobo”, “El hombre invisible”, “El monstruo de la laguna negra” o “Dr.Jekyll y Mr.Hyde”, popularmente conocidos como “los Monstruos de los Estudios Universal”.
Después de un sinfín de versiones, secuelas y películas de todo tipo durante varias décadas, inspiradas en los mismos personajes, era de esperar que en la era dorada de los reboots y los remakes.
Que Universal haya querido emular lo que Warner Bros. ha hecho con DC Enterteinment o Disney con Marvel Studios; creando consecuentemente The Dark Universe, su propia forma de lanzar mundialmente films basados en sus míticos clásicos.
El encargado de liderar el primer proyecto de este ambicioso nuevo universo de monstruos es el experimentado guionista, director y productor Alex Kurtzman, conocido por escribir films como “La Isla” y “Transformers” (Michael Bay, 2005 y 2007), “Misión: Imposible 3 y Star Trek (J.J.Abrams, 2006 y 2009), entre otros.
Un bagaje que le permite a Kurtzman estrenarse en el terreno del blockbuster de la mano de grandes guionistas compañeros de oficio: David Koepp (Misión: Imposible, Jurassic Park o Spider-man) y Christopher McQuarrie (Imposible – Nación Secreta) con esta superproducción de $125 millones de dólares que ya ha recaudado $174 millones en menos de una semana.
¿Qué actor de Hollywood podía asegurar un éxito cómo este en un proyecto como este?
No podía ser otro que el fantástico actor y experto en películas de acción Tom Cruise que, como siempre, pone toda la carne en el asador para que el público goce de una entretenida aventura llena de efectos visuales de vértigo en este regenerado nuevo mundo de dioses y monstruos.
Todo empieza cuando dos comandos militares: Nick Morton (Tom Cruise) y el Sargento Vail (Jake Johnson), en esta relación llena de química al más puro estilo buddy movie, accidentalmente encuentran la momia de una princesa egipcia, Ahmanet (la espectacular Sofia Boutella), cuyo destino le fue arrebatado.
Erróneamente, deciden trasladar la momia a Londres. Sin embargo, en el momento en que su tumba es abierta, desde lo más profundo del desierto y con la ayuda de Jenny Halsey (Annabelle Wallis), el cuerpo momificado de ‘Ahmanet’ desencadena el caos, creando una tormenta de arena e invocando a todos los insectos y pájaros (en un claro homenaje a “Los Pájaros” de Hitchcock).
Al mismo tiempo, esto genera la escena cumbre de la película: el espectacular accidente aéreo en el que ‘Nick’ le salva in extremis la vida a Jenny en un acto redentor de alto voltaje, puesto que la noche anterior se había aprovechado de ella robándole información en su habitación de hotel.
Esta maravillosa escena de acción, la mejor dirigida del film, hará gozar al espectador como nunca gracias a momentos de gravedad cero, debido a que el avión estaba literalmente en caída libre, hasta culminar con ese primer plano de Tom Cruise gritando, como solo él sabe hacer, con el suelo de fondo acercándosele de forma vertiginosa hasta colisionar contra él.
A fin de cuentas, para nada La momia es un naufragio, aunque sí es un viaje algo turbulento. Cabe destacar el prólogo, ya que a nivel tonal es una compleja y acertada fusión de los géneros de acción, aventuras y fantástico, sin perder nunca el sentido del humor; como tan bien hizo la mítica entrega protagonizada por Brendan Fraser de ‘La Momia’ (Stephen Sommers, 1999).
Pero es a partir del accidente aéreo cuando a la película le cuesta encontrarse a sí misma, ya que la fusión de géneros no acaba de casar, convirtiéndola en un mero entretenimiento espectacular y con grandes estrellas, sobre todo cuando aparece Russel Crowe interpretando a “Dr.Jekyll y Mr.Hyde”; que resulta un tanto inverosímil y en la línea de películas de serie B.
Cabe decir que la escena en la que ‘Ahmanet’ sale arrastrándose moribunda de su ataúd es lo más espeluznante y terrorífico del film, ya que con sólo besar a los humanos que encuentra en su camino su cuerpo instantáneamente se alimenta de vida para poco a poco conseguir volver a su forma natural, como si de “Lifeforce” (Tobe Hooper, 1985) se tratase.
El ritmo del film, generado por el legendario montador de “Star Wars” (George Lucas, 1977) Paul Hirsh y su hija, Gina Hirsh, es trepidante, aunque hacia el tramo final se engancha en un par de escenas.
A ver quiénes serán los próximos actores responsables de encarnar a los míticos monstruos de la Universal.
En principio Johnny Depp será el Dr.Griffin en El hombre invisible.
Será cuestión de tiempo para ver cuantas entregas hacen del Dark Universe la Universal. n
Geoffrey Cowper catalán, graduado en Dirección Cinematográfica en Barcelona y director de varios films, que ha presentado en numerosos festivales de cine.