Por Agencias
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El segundo día de celebraciones por los 70 años de reinado de Isabel II comenzó este viernes con un servicio religioso en la famosa catedral de San Pablo, en el centro de Londres, al que asistieron los miembros de la familia real, incluidos el príncipe Harry y Meghan, la duquesa de Sussex.
La reina, sin embargo, permaneció en su casa tras experimentar «molestias» el jueves, primer día del Jubileo de platino.
El Palacio de Buckingham dijo en un comunicado este jueves por la noche que la reina había «disfrutado mucho» de los actos de apertura del Jubileo de platino y que había tomado la decisión de faltar al servicio del viernes «con gran reticencia» tras «tener en cuenta el viaje y la actividad necesarios para participar».
La reina hizo dos apariciones en el balcón del Palacio de Buckingham este jueves, para deleite de los miles de seguidores que agitaban sus banderas desde la calle.
Un portavoz del Palacio de Buckingham dijo el viernes que la reina iba a ver el servicio de acción de gracias por televisión desde el castillo de Windsor.
Su hijo, el príncipe Andrés, fue otra de las ausencias destacadas del viernes tras dar positivo en un test de coronavirus.
Abucheos a Boris Johnson en el servicio religioso
Meghan y Harry, que volaron desde Estados Unidos para las celebraciones del jubileo, fueron recibidos calurosamente por la multitud, que los vitoreó.
Antes del evento, la prensa británica especuló mucho sobre cómo sería recibida la pareja tras su decisión de alejarse de la familia real y trasladarse a California hace dos años.
El público se mostró menos entusiasmado con el primer ministro Boris Johnson, al que vitorearon, pero también abuchearon cuando llegó con su esposa, Carrie.
Los últimos invitados en llegar a San Pablo fueron el príncipe Guillermo y Kate, duquesa de Cambridge, seguidos por el príncipe Carlos —el heredero al trono— y Camilla, duquesa de Cornualles.
Más de 400 personas de las cuatro naciones del Reino Unido fueron invitadas al acto para reconocer la vida de servicio de la reina.
Entre los asistentes hay trabajadores clave, profesores y funcionarios públicos, así como representantes de las Fuerzas Armadas, organizaciones benéficas, empresas sociales y grupos de voluntarios, según el Palacio de Buckingham. El alcalde de Londres, Sadiq Khan, se encuentra entre los asistentes.
El servicio es una oportunidad para que la realeza se reúna en reconocimiento a la muy querida matriarca.
«Ayer fue una gran fiesta, una gran fiesta espectacular, fabulosa, con un desfile aéreo y el increíble homenaje al servicio armado. Pero hoy es mucho más solemne», dijo la historiadora real Kate Williams.
El evento fue la primera vez que el público pudo ver bien a Harry y Meghan. Estaban sentados en la segunda fila, junto a las princesas Eugenia y Beatriz, las hijas del príncipe Andrés, y sus maridos.
Harry y Meghan mantuvieron un perfil bajo en el desfile
La pareja también asistió a la ceremonia de conocida como Trooping the Colour el jueves, pero mantuvo un perfil bajo en lo que fue su primera salida conjunta en un evento real en dos años.
Observaron el evento desde la Oficina del General Mayor con vistas a Horse Guards Parade.
Harry y Meghan no se sumaron a los otros miembros de la familia real en la tradicional aparición en el balcón tras el desfile, ya que la reina decidió el mes pasado que solo los integrantes que trabajan en la realeza serían invitados a ese momento.
Aunque Trooping the Colour celebraba el cumpleaños oficial de la reina, también servía de telón de fondo para su fin de semana de jubileo de cuatro días.
Las festividades incluirán también un concierto en el palacio el sábado y un desfile el domingo.
El tema del acto del viernes por la mañana, denominado formalmente «Servicio nacional de acción de gracias para celebrar el jubileo de platino de su majestad la reina», es el servicio público.
El decano de San Pablo, David Ison, dirigió el servicio con lecturas bíblicas, oraciones e himnos congregacionales para honrar los 70 años de la reina en el trono británico.