Por Redacción
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El animal más alto del mundo está en problemas.
Las poblaciones de jirafas están disminuyendo a un ritmo tan alarmante – debido a la pérdida de hábitat, la caza furtiva, la urbanización y la sequía provocada por el cambio climático– que los funcionarios de vida silvestre de Estados Unidos anunciaron este miércoles una propuesta para ayudar a proteger varias de las especies.
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos propuso incluir muchas especies de jirafas en la lista de especies amenazadas o en peligro de extinción. Es la primera vez que estos mamíferos de cuello largo, nativos de África, recibirían protección federal en virtud de la Ley de Especies en Peligro de Extinción.
Declarar que una especie está en “peligro de extinción” es el nivel más grave de amenaza según la ley, lo que indica que la especie está en peligro inmediato de extinguirse. Por otra parte, una especie se etiqueta como “amenazada” cuando es probable que se encuentre en peligro de extinción en un futuro previsible.
“Las protecciones federales para las jirafas ayudarán a proteger una especie vulnerable, fomentarán la biodiversidad, apoyarán la salud del ecosistema, combatirán el tráfico de vida silvestre y promoverán prácticas económicas sostenibles”, dijo la directora del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, Martha Williams, en un comunicado. “Esta acción apoya la conservación de las jirafas y al mismo tiempo garantiza que Estados Unidos no contribuya a su declive”.
Las tres subespecies de jirafa del norte que las autoridades proponen incluir en la lista de especies en peligro de extinción son las jirafas de África occidental, de Kordofán y de Nubia, cuyas poblaciones se desplomaron aproximadamente un 77% desde 1985, de 25.653 a 5.919 individuos.
Y en África Oriental, la agencia propone incluir dos subespecies (la jirafa reticulada y la jirafa masai) en la lista de especies amenazadas.
Estados Unidos se convirtió en un mercado importante para las partes y productos derivados de las jirafas, ya que importa casi 40.000 ejemplares durante al menos una década, según mostró un informe de 2018. Los cazadores estadounidenses viajan a África para matar jirafas y traer de vuelta partes del cuerpo (normalmente la cabeza y el cuello) como trofeos para colgar en una placa o en las paredes.
Al mismo tiempo, amplias zonas de África sufren sequías cada vez más frecuentemente, que han ejercen una presión insuperable sobre las poblaciones de jirafas. Las cosechas fracasaron, el ganado y los animales murieron y decenas de millones de personas necesitan desesperadamente alimentos y agua.
Si se adopta definitivamente, la norma propuesta reduciría la caza y el comercio ilegal de jirafas al exigir un permiso para importar partes de su cuerpo a Estados Unidos y ampliaría el financiamiento para la investigación y otros esfuerzos de conservación de las jirafas.
Los grupos ambientalistas han estado pidiendo a los funcionarios federales que declaren protecciones para la especie desde 2017. La agencia recopilará comentarios públicos sobre la propuesta hasta el 19 de febrero de 2025 y espera finalizarla dentro de un año.