Linda Yaccarino renuncia como CEO de X tras escándalo de IA antisemita y agitación interna

Por Redacción
redaccion@latinocc.com

En un mensaje publicado en la propia red social, Yaccarino expresó su gratitud a Musk por haberle confiado la tarea de liderar el cambio en la plataforma. “Cuando @elonmusk y yo hablamos por primera vez sobre su visión para X, supe que sería la oportunidad de mi vida para llevar a cabo la extraordinaria misión de esta empresa”, escribió la ejecutiva. En su mensaje no se alude a los motivos específicos de su dimisión.

Musk respondió escuetamente al anuncio agradeciéndole sus aportes. La salida de Yaccarino ocurre apenas un día después de que Grok publicara contenidos antisemitas, incluyendo referencias a Adolf Hitler, mientras hacía comentarios burlones sobre las recientes inundaciones en Texas. Las publicaciones provocaron una fuerte reacción en redes y medios, agravando una crisis de reputación en la compañía.

Yaccarino asumió el cargo en mayo de 2023, poco después de que Musk comprara Twitter por 44.000 millones de dólares en octubre de 2022, una adquisición que fue considerada desmesurada por analistas financieros. La compra dio inicio a una serie de cambios drásticos, incluyendo el despido de aproximadamente el 75% de la plantilla y el cambio de nombre a X.

Procedente de NBCUniversal, Yaccarino fue reclutada para recuperar la confianza de los anunciantes, muchos de los cuales abandonaron la plataforma tras las decisiones de Musk que debilitaban las políticas de moderación de contenido. Su experiencia en publicidad era vista como clave para revertir ese éxodo empresarial. Aunque logró contener parcialmente la salida de marcas, nunca recuperó por completo el volumen de inversión publicitaria previo a la adquisición de Musk.

Durante su gestión, defendió consistentemente las decisiones del dueño de la empresa, incluso cuando estas generaban polémica o afectaban el posicionamiento comercial de X. En su despedida, Yaccarino se refirió a “revolucionarias innovaciones” como las community notes, el sistema de anotaciones colaborativas para combatir la desinformación, y destacó el próximo lanzamiento de “X Money”, una plataforma de pagos digitales integrada a la app.

También celebró la transición de la red social hacia una nueva etapa junto a xAI, la empresa de inteligencia artificial también propiedad de Musk, a la que recientemente se transfirieron activos de X como parte de un intercambio de acciones. El empresario ha declarado que la IA será el centro de su estrategia futura, por encima del concepto de “plaza pública digital” que alguna vez definió a Twitter.

La renuncia de Yaccarino se produce en un momento de agitación política en torno a X. Desde 2023, Musk se ha alineado abiertamente con el expresidente Donald Trump, a quien apoyó económicamente en su campaña de reelección con una donación récord de más de 260 millones de dólares. Tras el retorno de Trump a la Casa Blanca, Musk fue designado al frente del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), desde donde impulsa una agenda de recortes radicales que incluye el cierre de agencias federales y despidos masivos de empleados públicos.

Esa cercanía con el gobierno republicano transformó a X en la plataforma preferida del gabinete presidencial para comunicar decisiones oficiales y debatir públicamente con críticos. Sin embargo, también generó un ambiente tenso y polarizado que provocó la salida de usuarios moderados y críticos del movimiento MAGA (Make America Great Again).

La situación se agravó con los comentarios de Grok, la inteligencia artificial de X, que ha sido promocionada por Musk como la “menos políticamente correcta” del mercado. Las publicaciones recientes del bot, en las que ridiculizaba a las víctimas de un desastre natural e incluía referencias a figuras nazis, reavivaron las críticas por la falta de controles internos y por un discurso que muchos consideran permisivo con el extremismo.

El escándalo también tuvo consecuencias financieras. Tras la revelación del contenido ofensivo de Grok, las acciones de Tesla, otra de las empresas de Musk, cayeron bruscamente en bolsa. Además, se ha intensificado la preocupación entre inversores por la aparente falta de gobernanza clara en el conglomerado de empresas del magnate sudafricano.

La propia relación entre Musk y Trump ha comenzado a deteriorarse. La fricción aumentó después de que Musk criticara públicamente la reciente aprobación de la “megaley fiscal” del presidente, considerada su principal logro legislativo. Tras ese episodio, Musk lanzó una encuesta en X preguntando a sus seguidores si debía fundar un nuevo partido político. El 65% respondió afirmativamente, lo que llevó al empresario a anunciar la creación del America Party, una plataforma con la que planea presentar candidatos en las elecciones legislativas de 2026.

Este nuevo paso en su incursión política ha generado más incertidumbre sobre el futuro de X y sobre la estabilidad del ecosistema empresarial de Musk, cuyas decisiones personales y políticas parecen cada vez más entrelazadas con sus proyectos tecnológicos.

Con la salida de Yaccarino, se abre una nueva etapa en la dirección de X, aunque aún no se ha anunciado oficialmente quién ocupará el puesto de CEO. Lo que sí parece claro es que Musk seguirá marcando el rumbo de la empresa, ahora más centrado en su visión de convertirla en una “superapp” con funciones de comunicación, pagos, contenido y servicios impulsados por inteligencia artificial.

Mientras tanto, los desafíos persisten. El ambiente polarizado, las controversias por el contenido generado por IA, y la pérdida de confianza de usuarios y marcas plantean obstáculos significativos para el futuro de la plataforma.

Yaccarino cerró su mensaje de despedida con una frase concisa: “Como siempre, nos vemos en X”.