Por Víctor Rosas
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El Día de Acción de Gracias es, quizás el día más solemne que se festeja en los Estados Unidos, ese día, todos los que vivimos en este país, nos reuniremos para agradecer por las cosas que han pasado en nuestra vida durante el año. Seguramente, no todas han sido buenas, con certeza, algunas han sido difíciles, porque así es la vida, pero por todo lo que ha sucedido en nuestra vida, se debe dar gracias.
UN DIA PARA CELEBRAR A OTROS
En nuestra época, el recuerdo de los padres peregrinos adquiere una especial relevancia en Estados Unidos con motivo del Día de Acción de Gracias.
El origen de esta conmemoración se encuentra en la fiesta de celebraban los puritanos tras recoger su primera cosecha, en 1621, convocados por William Bradford, que había sido nombrado gobernador de la colonia.
Así, la fiesta de Acción de Gracias el gobierno la fijó oficialmente en noviembre
En el año 1863, el presidente Abraham Lincoln retomó la idea de celebrar una fiesta nacional de “Acción de Gracias” y, después, todos los sucesivos presidentes proclamaron un Día de Acción de Gracias hasta que, en 1941, el Congreso estadounidense decidió fijarla en el cuarto jueves del mes de noviembre.
Es tradición también que la cena de la noche de acción de gracias, incluya el pavo, sin embargo, algunas familias, aún viviendo en este país de abundancia, no pueden sustentar económicamente una cena que incluya pavo, pero como cada año, muchas instituciones en la Costa Central hacen campañas para entregar a familias menos favorecidas, el regalo de un pavo y los ingredientes que se necesitan para preparar la cena de la noche de “Acción de Gracias”.
Tal es el caso de The Outsiders, una organización sin fines de lucro que por sexto año consecutivo han entregado pavos junto con todos los ingredientes necesarios para que las familias de escasos recursos puedan tener su cena de acción de gracias en las que se incluya un pavo.
“Este es el sexto año ya, y cada vez ha crecido más, cuando empezamos, sólo entregamos 200 pavos, y solamente los pavos, así ha ido creciendo y este año, vamos a entregar entre 500 a 600 pavos, pero además, desde el año pasado, estamos entregando también, bolsas con los ingredientes para que preparen el pavo, como elote, gravy, verduras, algunas tiene postre de camote o calabaza”, asegura Vincent Serrano.
Los Outsiders, tienen la misión de llevar un mensaje de esperanza a miembros de la comunidad que como ellos se describen, no tienen un lugar en una iglesia encerrada en cuatro paredes, o no tienen un lugar en la sociedad, o piensan que no tienen un lugar en la sociedad y se sienten aislados y rechazados, y por eso, en muchas ocasiones, terminan haciendo cosas que los marginan de la sociedad y los ponen fuera de la ley.
“Por eso somos outsiders, los de afuera, los rechazados, los marginados, que un día fueron alcanzados por la esperanza en Dios, transformando nuestras vidas, y ese es el mensaje que queremos llevar a personas que, como nosotros, se sienten fuera de lugar, se sientes outsiders y llevarles un mensaje de que hay gentes que nos preocupamos por ellos, que al igual que Jesús, los amamos, sin importarnos como sea su vida en este momento”, agrega Vincent.
Un total de 10 vecindarios en las ciudades de Oxnard y Ventura fueron visitados por Vincent, su esposa Martha Serrano, sus hijos, Ernesto Vargas, quien es co-fundador, junto con Vincent, de los Outsiders, y un grupo de voluntarios, que iniciaron el sábado 17 de noviembre en el vecindario ubicado en Mariposas y Ventura Road.
Después, ese mismo día, una hora más tarde, hicieron una parada en la calle El Dorado, del vecindario conocido como Lemonwood, de ahí partieron hacía al complejo habitacional conocido como Felicia Court, en el popular barrio de “La Colonia” de Oxnard.
Alrededor de las 3:00 de la tarde, una parada más en el vecindario conocido como Community West, ubicado entre las calles 5 y 7 y Ventura Road en Oxnard para terminar la jornada del sábado con una última parada en Squires de Oxnard, mientas que para el domingo, la jornada empezaría muy temprano en la iglesia Victory Outreach de Ventura.
De ahí un retorno al sur de Oxnard, para estar a la una de la tarde en el vecindario de Cuesta del Mar y la calle Perkins en Oxnard.
A las 3 de la tarde, nuevamente visitaron el vecindario aledaño a la esquina formada por las calles Elm y Saviers de Oxnard, concluyendo la tarde y la jornada en El Rio a las cinco de la tarde del domingo.
La meta de los Outsiders era visitar 10 vecindarios y en cada uno entregar entre 50 a 60 pavos en cada uno de los lugares visitados.
“Tenemos una persona que se encarga de organizar a los vecinos, invitándolos para que lleguen ese día al lugar designado, para que recojan su pavo. Esto es de forma gratuita, y no importa quienes sean, no preguntamos nada, ni su estatus migratorio, ni su afiliación religiosa, esto no se trata más que de mostrar el amor de Dios y el agradecimiento que sentimos”, afirma Martha, esposa de Vincent.
Este año la altruística labor de la donación de pavos no estaba tan clara para Vincent, ya que por diferentes factores, como la falta de recursos, lo complicado de la logística de todo el proceso, desdela compra de los pavos, hasta el tiempo, se veía poco probable que los Outsiders fueran a llevar pavos y felicidad a cientos de familias.
Sin embargo, los amigos empezaron a llamarle para ofrecer su ayuda, monetaria y de tiempo, sin embargo, aún así, a solo tres días de la entrega, Vincent no tenía suficiente dinero para comprar los 500 pavos, entonces, comparte que le llamaron de Vons para donar una tarjeta de $100 dólares, al ir a recogerla, él observó que tenían una oferta de pavo muy barato, pero sólo uno por familia, entonces le preguntó a la encargada si le podían vender unas 300 libras a ese precio.
“Me dijo que ella no podía, pero que ‘curiosamente’ el supervisor regional se encontraba en esa tienda y que platicara con él para ver si me podía ayudar. Al subir a platicar con el supervisor, él hizo una llamada y me dijo que si me podían dar ese precio especial, entonces bajé para tomar los pavos, y el supervisor me alcanzó y me dijo, ‘no solamente te vamos a dar 300 libras, a ese precio, te vamos a dar 500 libras y solo paga 300’”, confiesa Vincent.
Por si fuese poco, las cosas se fueron alineando para que cientos de familias pudieran disfrutar de una cena de Acción de Gracias, ya que Vincent asegura que le habían dado algunos cheques de donaciones, pero por la falta de tiempo no los alcanzo a depositar, entonces un amigo le habló…
“’Vincent, si quieres te presto mi tarjeta de crédito y cuando tus cheques sean cobrados me pagas’. Otra “coincidencia”, y así una vez más pudimos llevar un poco de felicidad a muchísimas familias”, indicó.
Y es que los Outsiders nacieron precisamente como un gesto de agradecimiento de Vincent hacía Dios, luego de un calvario vivido a causa de la adicción que como él mismo afirma, casi le quita todo lo que más ama en la vida.
“Le agradezco a Dios porque me devolvió la vida, me devolvió mi familia, cuando yo prácticamente estaba muriendo literalmente a causa de una fuerte adicción al alcohol, Dios tocó mi corazón, me cambió, me restauró y ahora tengo una nueva vida junto con mi familia”, afirma Vincent.
Y es que para Vincent, “no hay nada más hermoso que tener a toda la familia involucrada en esto.
“Aquí están todos mis hijos, con nosotros, nos acompañan a los eventos, nos acompañan a la iglesia, están aquí con nosotros, pasamos tiempo juntos en familia, no tenemos, lujos, vivimos una vida sencilla. Nos dedicamos mucho de nuestro tiempo y de nuestros recursos a Outsiders, pero el gozo y la paz que trae esto, no tiene precio”, afirma Martha.
AYUDANDO A LOS MÁS NECESITADOS
Héctor Ravelo y su esposa Cecilia, también realizan una entrega de pavos, pues se encargaron de organizar la entrega en el vecindario conocido como Comunity West.
Héctor cuenta que él y su esposa se han encargado de organizar eventos cada 3 meses para mostrar a su vecindario agradecimiento por el apoyo recibido cuando él, estaba también sufriendo de problemas de adicción a las drogas y tenía momentos en que su comportamiento ponía en riesgo a su vecindario.
“Pero un día, Dios tocó mi vida y me ayudó a salir de esa situación, por eso, ahora mi y yo esposa hacemos estos eventos para mostrar nuestro agradecimiento, y también para conectar con jóvenes que actualmente están en una situación parecida a la que yo me encontraba años atrás”, aseguró.
De hecho, Héctor comenta que uno de sus mayores logros durante este año, y por lo cual se encuentra muy agradecido con Dios, es que un joven, del cual no quiso revelar su nombre, quien se encontraba en un estado de adicción severo, pudo vencer la adicción, y por todo el año se ha encontrado sobrio.
“Esto es razón suficiente para agradecer al Señor, además de mi familia, la cual se encuentra unida y todos tratando de servir a Dios por tantos favores recibidos”, compartió Héctor.
Así, este Día de Acción de Gracias unas 500 o más familias estarán contentas en su hogar, agradecidas por un pequeño regalo, muchas más estarán en sus hogares con comida, con abrazos, con alegría, y también, con muchos cosas por las que pasar una noche más de acción de gracias así, con agradecimiento por las bendiciones recibidas a lo largo de un año más de vida.
LA HISTORIA
El día 16 de septiembre de 1620 partía del puerto de Plymouth el barco «Mayflower». En él viajaban los padres peregrinos, los puritanos que colonizaron Estados Unidos.
Los «peregrinos» viajaron en busca de una nueva Tierra Prometida donde vivir según la ley divina.
Necesitaron 65 días para cruzar el océano Atlántico. A causa del mal tiempo y de la falta de precisión de los sistemas de navegación, el barco arribó a unos 800 kilómetros de distancia del lugar convenido.
Los puritanos habían pactado con la Compañía de Londres la cesión de unas tierras cerca de la desembocadura del río Hudson, en el actual estado norteamericano de Virginia, pero el 21 de noviembre, tras 65 días de navegación, llegaron al cabo Cod, en la costa de Massachusetts.
Precisamente, la carencia de derechos para instalarse en aquellas tierras fue lo que llevó a los colonos a firmar el Pacto del Mayflower, y mediante el mismo, a la vez que fundaban la colonia de Plymouth, establecían su propio sistema de autogobierno.
Con el pacto, los puritanos querían darse a sí mismos unas normas de convivencia, que respetaran las leyes que estaban en vigor en Inglaterra. No se trataba, pues, de un texto constitucional ni de una declaración de independencia, sino de un acuerdo para trabajar juntos «por el bien general».
El primer invierno fue especialmente riguroso con los colonos, hasta el punto de que, a comienzos del siguiente otoño, ya habían muerto -a causa, sobre todo, de enfermedades como la pulmonía y el escorbuto- 46 de las 102 personas que habían partido desde Inglaterra.
Las condiciones de vida fueron extremadamente duras. Y eso que los indios wampanoags, que eran uno de los principales temores de los colonos, enseguida dieron muestras de amistad y les ayudaron a establecerse.
A lo largo del primer año de estancia en Plymouth, los colonos habían construido siete casas, una pequeña iglesia y tres almacenes comunes de alimentos, provisiones y vestidos.