Por Carlos Hernández
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En época navideña en donde millones de hogares en todo el país se celebra en un entorno fraternal, de amor y de nostalgía, no nos podemos olvidar del problema de l@s desamparad@s.
Recientemente ciudades de la Costa Central como Goleta, Santa Bárbara, Ventura, Camarillo, han inaugurado o estarán por hacerlo en los próximos meses, varios Centros de Vivienda para apalear este problema social que afecta a miles de personas.
En Sociología, existen dos enfoques básicos para cualquier cuestión, el primero no es esencialmente sociológico, es decir, que se centra en factores agregados.
A través de este lente, los objetos de análisis son entidades colectivas, como naciones, ciudades, etnias o grupos religiosos, donde la idea es poder identificar patrones en estos factores y sacar conclusiones sobre los individuos que los componen.
Es así como Gregg Colburn y Clayton Aldern adoptaron este enfoque en su estudio sobre los desamparad@s hace varios años y dieron su respuesta a la pregunta sobre la causa raíz en el título de su libro, “Los desamparados es un problema de vivienda”.
Examinaron ciudades, no individuos, para identificar el factor que mejor se correspondía con la falta de vivienda, y concluyeron (como era de esperar) que los costos de la vivienda proporcionan la explicación más sólida de las disparidades en las tasas de personas sin hogar.
Su respuesta ha sido la posición predominante entre los funcionarios públicos y de ONGs durante décadas.
Ha proporcionado la justificación de las políticas de “Housing First” en las que el gobierno federal ha centrado sus esfuerzos para las personas sin hogar, y los estados que esperan obtener subvenciones federales sólo pueden hacerlo si se ajustan al modelo “Housing First”.
Sin embargo, la problemática que se ha propagado rápidamente de Costa a Costa, y en donde California, debido a su clima es uno de los puntos ideales para la población desamparada, no puede tener su solución absoluta sólo con la vivienda.
Es un problema mucho más complejo, y la solución de esos expertos se queda corta.
Hay factores mucho más arraigados a la problemática de los desamparados que la falta de un hogar, donde el principal es la salud mental y sus derivados.
Recordemos que much@s sin hogar, si bien tienen una adicción que los lleva a perder todo, familia, trabajos, integridad, esta a su vez casi en tu totalidad depende un trauma emocional en sus vidas personales.
Much@s de l@s desamparad@s han estado en el sistema de cuidado de crianza (Foster Care) desde que han sido bebés, donde lamentablemente han sido victimas de abuso sexual, físico y psicológico, luego están los veteranos de guerra, que vienen con traumas de abuso de la misma índole en sus bases, o traumas postguerra por su experiencia en el campo de guerra.
También están las personas que vivieron la pérdida de un ser querido, de lo cual no se pudieron recuperar, sufren de depresión, esquizofrenia, y otros con problema mentales que sus propias familias les dan la espalda.
Es así como se ha podido comprobar con estadísticas del Departamento de Salud de EEUU, han confirmado que la solución de la Vivienda no es la solución total al problema de l@s desmparad@s, ya que más del 60% de las sobredosis reportadas en las grandes urbes del país, se han dado en los propios Centros de Vivienda para estas personas.
Así, es casi sentido común entender que la solución debe tan amplia y compleja como la problemática misma, donde el apoyo a la salud mental debe de ser una prioridad, para en realidad, no sólo sacar a estos cientos de miles de personas de las calles, sino para ayudarles realmente.
Muchos estudios corroboran que una alguien con un trauma de niñez como un abuso sexual, queda marcad@ de por vida, y donde poquísimos pueden superarlo por si solos para poder tener una vida normal, pero donde la gran mayoría necesita ayuda psicológica para entender, superar y sobreponerse.
La razón es porque el problema no está en el lugar físico donde vivan, sino que lo llevan consigo a toda hora y por donde vayan, ya que está en su mente.
Por lo tanto, si las autoridades estatales, condales y locales, así como las ONGs, desean ponerle un alto al problema de l@s desamparad@s, se debe invertir más en la salud mental.
Sería ideal que estos Centros de Vivienda, tengan un psicólogo que en realidad quiera ayudar a las personas, alguien o algunos comprometidos en hacer la diferencia en la vida de l@s desamparad@s de por vida, y no en algo temporal.