Por Agencias
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Verona, Italia, es conocida como la ciudad del amor por ser el escenario de la famosa obra de William Shakespeare «Romeo y Julieta», que cuenta la historia de amantes desafortunados de familias enemistadas.
Sin embargo, esta es una historia de esperanza, de tradición, de amor y de cartas escritas a Julieta.
A esa Julieta que quizás existió, o quizás no.
Si existió -según escribió Shakespeare- vivió y murió hace 800 años en esa ciudad.
Pero eso no impide que miles de personas le escriban cada año.
“Las cartas a Julieta son una de las cosas más importantes y reales de todo el mito de Romeo y Julieta, porque conectan la realidad con la literatura, el amor con la sociedad”, afirmó Giovanna Tamassia, en conversación con el programa Witness History.
Tamassia cuenta que su padre siempre estuvo enamorado del personaje de Julieta, y por eso fundó el Club Julieta en Verona, que, más que un club, era un grupo de amigos que «solían reunirse, para charlar y divertirse juntos».
“Mi padre, Giulio, lo fundó en 1972. Les gusta hablar de la ciudad, de la historia de Romeo y Julieta y de su importancia para Verona”.
El grupo organizaba conciertos, exposiciones… toda clase de eventos sobre lo que amaban: Julieta.
Pero dos décadas después de fundado, al Club le pidieron que se encargara de mantener viva una tradición que muchas personas en el mundo no parecían querer que desapareciera.
El primer secretario
Todo comenzó en la tumba de Julieta.
Dependiendo de lo que creas, es la tumba de una persona real o el lugar de entierro de la heroína ficticia de Shakespeare, un sarcófago de piedra vacío.
«En siglos pasados, fue un famoso lugar de peregrinación. Y escritores famosos como Goethe y Byron escribieron sobre ello: viajaron a Verona y visitaron la tumba de Julieta».
Y así empezó la tradición de escribir cartas y dejárselas a Julieta.
En 1937, el hombre a cargo del mantenimiento del sitio comenzó a reunir las cartas dejadas en la tumba y a contestarlas, firmando como «el secretario de Julieta».
Otras personas asumieron luego la tarea, pero llegó el día en el que nadie más lo hizo.
Sin embargo, las cartas seguían llegando.
«En 1990-91, el alcalde de la ciudad le preguntó a mi padre si quería encargarse de las cartas a Julieta. Él aceptó encantado y empezó a hacerlo con la ayuda de unas mujeres que también hablaban otros idiomas».
Querida Julieta…
Cuando Giovanna era estudiante, su padre le pidió que tradujera cartas escritas en alemán. Fue entonces cuando empezó a responder.
«Fue todo un descubrimiento para mí. Recuerdo que eran historias increíbles, pero trágicas, de todo el mundo. Hablan de amor, de vida, de problemas, de preocupaciones…
«Mi queridísima Julieta: Me enamoré del hombre perfecto. Los meses siguientes fueron los más felices de mi vida. Y entonces las cosas empezaron a desmoronarse…»
«Querida Julieta: Soy una chica de 18 años y una profunda angustia. No sé qué hacer con este chico. Es un completo desconocido. No sé si le gusto o no…»
«Querida Julieta: Te escribo porque me he quedado sin opciones y formas de expresar mi amor por mi esposa. Durante los últimos ocho meses, me ha dicho que ya no me quiere…»
«Querida Julieta: No voy a pedir consejos. No, solo quiero que alguien me escuche. Hay un tipo, es tan encantador y dulce, con un carácter increíblemente fuerte y agradable. Me enamoré de él hace un año, pero él está con otra chica».
«Hay tantas cartas que cuando las lees te hacen llorar. o te hacen reír y se te quedan en la mente».
Quienes responden a las cartas todavía se llaman secretarios de Julieta.
Muchos de los mensajes son dirigidos simplemente a «Julieta, Verona, Italia», y hay varios buzones especiales en la ciudad que permiten enviarlos sin sello.
Algunas declaraciones de amor llegan en notas post-it, servilletas e incluso paquetes de cigarrillos.
Ya sea un floreciente poema escrito a mano o un correo electrónico compuesto apresuradamente, las docenas de voluntarios de la organización sin fines de lucro se esmeran por responder.
Distribuyen la carga de trabajo haciéndose cargo cada uno de las cartas que más resuenan con sus propias experiencias.
Pero, ¿por qué será que la gente le escribe cartas a Julieta?
«¡Quién sabe! -responde Giovanna-. Tal vez la gente necesita saber que hay alguien que pueda entender sin juzgar».
L’amore
Uno de los que le escribió a Julieta, en 2015, fue Martin Hopley.
En su carta, le contó cómo sobrevivió a un tumor cerebral cuando era niño y cómo había vivido con diversas discapacidades como resultado de su enfermedad.
Y que cuando le rompieron el corazón supo que podía enamorarse, «incluso con daño cerebral y todo el sentido común en mi contra», por lo que le pidió a Julieta su «magia» para que su próxima historia de amor tuviera un final feliz.
Seis meses después, le llegó un sobre marcado con un sello de Poste Italiane y, según dijo en 2019, cambió su vida.
«Las palabras que Julieta había escrito a mano no se parecían a nada que hubiera escuchado o leído antes pues ella estaba hablando específicamente conmigo», señaló.
«Cuando la gente le escribe a Julieta, [sus] corazones a menudo se sienten frustrados, confundidos y desordenados. Pero ella toma todos esos sentimientos, los calma y te los interpreta como una hermosa canción que es más fácil de entender».
La única frase de la carta de Julieta a Martin que él estuvo dispuesto a compartir fue: «Estás destinado a estar vivo».
«Esa frase nunca se me ha escapado de la mente porque tiene algo mágico», dijo.
Martin quedó tan inspirado que se convirtió en un seguidor activo de la página de Facebook del club. Pronto, los secretarios de Julieta empezaron a pedirle ayuda para responder algunas de las cartas y terminó formando parte del equipo de voluntarios habituales.
Desde entonces, ha leído toda clase de historias.
«Desde la mujer que se enamora de un amigo cercano, hasta el hombre cuya esposa ha fallecido, hasta el chico que está aceptando su sexualidad o la chica que no cree que sea lo suficientemente hermosa como para encontrar el amor…
«Probablemente Julieta haya escuchado todos los escenarios posibles que puedas imaginar», dice Martin.
«Si un secretario no puede responder a un tema en particular, se lo pasará a alguien que sí pueda».
Y, respecto a la labor, asegura que «Julieta saca lo mejor de todos nosotros».
«Julieta nunca se burlará de ti, nunca te juzgará, nunca te discriminará, ella solo será compasiva en su respuesta».
Tras leer tantas historias, Giovanna ha visto «que el amor es lo más importante en la vida humana. Cuando no tienes amor, sufres.
«El amor se expresa a diario en estas cartas. Puede ser extraño, increíble, pero hermoso, y esperamos poder mantener viva esta hermosa tradición».