Por Max Vásquez
redaccion@latinocc.com
El logotipo de Meta AI, un círculo con tonos azul y rosa, lleva semanas instalado en las pantallas de millones de usuarios de WhatsApp, despertando preguntas e incomodidad.
Aunque Meta, la empresa matriz de WhatsApp, insiste en que su herramienta de inteligencia artificial es “totalmente opcional”, los usuarios no tienen manera de eliminar el botón de acceso directo que ahora aparece en la esquina inferior derecha de sus chats.
PRESENTE, PERO NO PARA TOD@S
Hasta ahora, el botón de Meta AI sólo se ha desplegado en algunos países, pero no tod@s l@s usuari@s de esos territorios pueden verlo.
Según la página virtual oficial de WhatsApp, “puede que no esté disponible para ti todavía, incluso si otros usuarios de tu país tienen acceso a ello”.
Cuando se presiona, abre una conversación con el chatbot de IA, capaz de responder preguntas sin necesidad de salir de la aplicación, al estilo de otros asistentes como ChatGPT.
El acceso directo también se ha integrado en aplicaciones hermanas como Instagram y Facebook Messenger, en particular en Estados Unidos.
Pero aunque lo@ usuari@s pueden cerrar la conversación con Meta AI, no pueden retirar el botón de la interfaz, lo que genera una sensación de imposición para quienes no desean interactuar con la herramienta.
Privacidad bajo la lupa
Al iniciar una conversación con Meta AI, WhatsApp muestra un mensaje informando que se trata de “un servicio opcional” que utiliza modelos de IA para responder.
Aclaran, los voceros de la compañía con sede en Palo Alto, que la herramienta solo tiene acceso a los mensajes que los usuarios le envían directamente y no puede leer las conversaciones privadas con otros contactos.
Aun así, Meta advierte a los usuarios que no compartan información sensible, ya que los datos enviados a la IA podrían ser almacenados y utilizados.
También reconoce que las respuestas generadas pueden ser “imprecisas o inapropiadas”, una advertencia estándar en los productos de IA generativa.
En junio, la compañía comenzará a entrenar sus modelos de IA utilizando contenido público, como publicaciones y comentarios, compartido por adultos en sus plataformas dentro de la Unión Europea.
Aunque aseguran que informarán a l@s usuari@s sobre qué datos serán usados y cómo podrán oponerse, la dificultad del proceso ha llevado al colectivo Citizen 8 a crear un sencillo “script” para rechazar esa cesión en apenas dos clics.
Meta afirma que este entrenamiento no usará mensajes privados ni datos de menores de edad, una promesa importante en un contexto internacional donde la regulación sobre protección de datos es especialmente estricta.
PROBLEMAS LEGALES Y LA PRIMERA MULTA DE LA DMA
La presión legal sobre las grandes tecnológicas también crece. Esta semana, la Comisión Europea impuso las primeras multas del Reglamento de Mercados Digitales (DMA): $600 millones de dólares a Apple y $220 millones a Meta.
En el caso de Meta, la sanción responde a su controvertido modelo de “aceptar o pagar”: obligaba a l@s usuari@s a pagar una suscripción mensual si no querían ceder su información personal para fines publicitarios.
La Comisión concluyó que ese modelo vulnera la nueva legislación comunitaria.
Aunque Meta ha modificado su propuesta, las autoridades siguen examinando si cumple con las normas.
“Apple y Meta han incumplido la DMA al aplicar medidas que refuerzan la dependencia de los usuarios empresariales y los consumidores de sus plataformas. Todas las compañías presentes en la UE deben cumplir nuestras leyes y respetar los valores europeos”, explicó la Vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera.
ENTRE PROMESAS Y REALIDADES
Mientras Meta insiste en que su IA es un servicio opcional, la imposibilidad de eliminar su presencia en la pantalla genera desconfianza entre l@s usuari@s, que ven una diferencia notable entre tener la opción de usar algo y convivir obligatoriamente con su presencia.
En un momento en que la privacidad digital y el control sobre los datos personales son temas centrales en la conversación pública, la manera en que Meta despliegue su tecnología y responda a la crítica podría ser determinante para su reputación futura en Europa y el resto del mundo.
