Hace 22 años Tom Cruise llevaba por primera vez a la gran pantalla de la mano del virtuoso director Brian de Palma, un clásico instantáneo del cine de acción y de espías, ‘Misión Imposible’.
Este verano llega la sexta entrega, que escribe y dirige Christopher McQuarrie (Primer director de la franquicia en repetir), que esta vez deja de banda los homenajes a las anteriores “Misiones” para imponer su propio estilo pero poniéndolo al servicio de la historia y sus carismáticos personajes, cerrando con ésta su séptima colaboración con Cruise.
McQuarrie y Cruise se han convertido sin duda alguna en un auténtico dúo dinámico, ya que a parte de tener una química envidiable, saben exactamente lo que el público quiere, proporcionándole un coctel explosivo de casi dos horas y media de duración, que combina a la perfección una trama de espionaje que refleja los problemas sociales actuales, un tierno melodrama romántico, varias de las secuencias de acción más espectaculares de los últimos tiempos y encima de todo eso esos toques mágicos de humor que sirven para que el espectador pueda desahogarse en los momentos de más tensión.
Y es que la acción es el punto más fuerte de esta entrega en que todo lo que ocurre delante de la cámara es más real que nunca, poniendo a Cruise al límite, y eso sin duda el público lo nota y lo agradece, sobre todo hoy en día, con tanta saturación de pantallas verdes y la tendencia a abusar de los efectos digitales.
No en vano Cruise cobra lo que cobra, pero es que incluso en la famosa toma en la que se rompió el tobillo y por el que tuvieron que parar el rodaje varios meses (cuando intenta saltar de un tejado a otro en Londres), Tom sigue, no corta, no se queja, se levanta y corre hasta sobrepasar la cámara, cómo si estuviera totalmente poseído por ‘Ethan Hunt’, mostrando su absoluta implicación por el proyecto.
Y es que ‘Ethan Hunt’ se encuentra ahora en un momento en el que no podría haber más tensión en el mundo; con ataques terroristas continuos y encima ahora “para rizar el rizo”, unas bombas nucleares que quieren ser usadas para llevar a cabo el mayor exterminio de la historia, han sido robadas.
Incluso ‘Hunt’ se plantea no aceptar la misión, pero después de ser responsable de haber perdido un cargamento de plutonio, para poder salvar a sus compañeros ‘Luther Stickell’ (Ving Rhames) y ‘Benji Dunn’ (Simon Pegg), la CIA se ve obligada a tomar las riendas del asunto.
Así, ‘Erica Sloan’ (Angela Bassett) obliga a ‘Hunley’ (el siempre carismático Alec Baldwin) a que el agente ‘Walker’ (Henry Cavill en su mejor papel hasta la fecha) se convierta en la sombra de ‘Hunt’ para asegurarse de que cumpla de una vez por todas su misión.
Ahora el destino de la seguridad del mundo entero depende de esta misión, en la que ‘Hunt’ deberá capturar cómo sea a su maquiavélico y perturbador archienemigo ‘Solomon Lane’ (Sean Harris), con quien no pudo acabar en ‘Rogue Nation’.
La secuencia estilo “True Lies” de James Cameron, pero más violenta y contundente, en los baños de una lujosa discoteca de Paris entre Cruise, el imponente físico de Cavill y los dotes para las artes marciales de Liang Yang como ‘Lark’ son de lo más memorable y espectacular que se puede ver ahora mismo en el cine.
Esta entrega es además de las más larga, también la más romántica de la saga, ya que ‘Hunt’ no solo se rencontrará cara a cara con ‘Ilsa Faust’, (Rebecca Ferguson) en una vertiginosa y maravillosa secuencia de persecución por la calles de Paris al más puro estilo John Frankenheimer en “Ronin”.
También volverá a verse las caras con su gran amor perdido, ‘Julia Meade-Hunt’ (Michelle Monoghan), creando un dramático triángulo amoroso al que encima se le intenta añadir la actriz británica Vanessa Kirby (“The Crown”), quien en sus breves apariciones seduce tanto a ‘Hunt’ cómo al público.
El film no afloja el ritmo en ningún minuto, desarrollándose de forma frenética sorprendiéndonos con hábiles e inesperados giros de guión y un in crescendo que llega hasta las montañas más altas del mundo, para que McQuarrie desarrolle al estilo vieja escuela una persecución en helicópteros que les mantendrá al limite de la butaca.
Sin duda, “Fallout” es la película de acción del año, digna de ser enmarcada, no en vano público y crítica están de acuerdo con su enorme calidad, ocupando por ahora el puesto 139 del prestigioso top 250 de IMDb.
“Fallout” producida entre Tom Cruise, J.J. Abrams y Christopher McQuarrie, costó $178 millones de dólares y ya ha recaudado más de $200 millones, siendo la entrega que más taquilla ha hecho en su primer fin de semana.
Tom Cruise, que tiene ahora casi la misma edad que Jon Voight cuando éste apareció en la primera (56 años), está más en forma que nunca y demuestra ser incombustible, dejando claro que aún le quedan muchas guerras que luchar.
Haciendo posible lo imposible; brincando, peleando, disparando, pilotando coches, motos, helicópteros y saltando desde el aire sin apenas despeinarse para hacer realidad la pirueta más compleja, que el público de hoy en día crea ciegamente en lo que esta experimentando en la sala de cine, convirtiendo la acción, en glorioso disfrute cinematográfico.
Sin duda, Cruise deja una vez más en claro que es uno de los grandes de su generación.