Por Redacción
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La longevidad es un tema bien popular últimamente, la razón es porque varios estudios están siendo publicados sobre poblaciones con alto índice de personas longevas.
Estas poblaciones tienen un nivel de enfermedades crónicas significativamente bajo, condiciones como diabetes, infartos, hipertensión, colesterol alto, obesidad, Alzheimer y ciertos tipos de Cáncer son casi inexistentes en estas poblaciones.
La longevidad en si se refiere a la duración de la vida humana.
Estas poblaciones han destacado por tener una alta concentración de personas que alcanzan edades avanzadas.
Varias de estas regiones en el mundo son conocidas como” Las Zonas Azules” que son: Okinawa en Japón, Cerdeña en Italia, Nicoya Península en Costa Rica, Ikaria en Grecia, y Loma Linda en California, son las más conocidas.
Más allá de la genética y el estilo de vida, estas comunidades longevas comparten rasgos comunes en su alimentación.
Entre los Principales Aspectos de la Nutrición en Poblaciones Longevas se encuentran la dieta basada en Plantas.
En estas comunidades, una gran parte de la alimentación se basa en productos naturales y frescos, con énfasis en frutas, verduras, granos enteros, legumbres y frutos secos.
Estos alimentos son ricos en nutrientes, antioxidantes y fibras, lo que está altamente relacionado con la prevención de enfermedades crónicas.
Otra Características que comparten Las Zonas azules en su alimentación es la moderación en el Consumo de Calorías.
Las dietas en estas regiones tienden a ser bajas en calorías, pero altas en nutrientes.
Esta moderación en la ingesta calórica, sin comprometer la nutrición, ha sido asociada con una vida más larga en numerables investigaciones.
Reducir las calorías, por ejemplo, ha sido vinculado a una mayor sensibilidad a nuestra propia insulina, bajando el riesgo de Diabetes tipo 2.
Consumo de Proteínas de Calidad también es un elemento en común que comparten estas poblaciones longevas.
Aunque las dietas pueden variar, la mayoría de estas poblaciones obtiene proteínas de fuentes magras como pescado, semillas, legumbres y en algunos casos, productos lácteos bajos en grasa. Estas proteínas son bajas en grasas saturadas.
Estudios han demostrado que reducir este tipo de grasas ofrece beneficios cardiovasculares.
Otras consideraciones nutricionales, además de los alimentos específicos que consumen estas poblaciones longevas, es que también tienden a adoptar hábitos particulares en la forma como consumen sus alimentos.
Por ejemplo, algunas culturas practican el ayuno intermitente de forma natural, lo que puede tener efectos positivos en la salud metabólica.
Se ha observado en experimentos que el ayuno promueve la autofagia: durante el ayuno, el cuerpo activa la autofagia, un proceso en el que las células eliminan componentes celulares dañados o no deseados, lo que puede ayudar en la desintoxicación celular y la regeneración.
Incorporar los principios nutricionales de las poblaciones más longevas podría ser un paso significativo hacia un estilo de vida más saludable y con menos enfermedades crónicas.
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