Otra víctima de la agresiva política migratoria

Por/ Víctor Rosas
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Hace 20 años, dos personas tocaron a la puerta de Jorge, ofreciéndole una solución para su situación legal en Los Estados Unidos.

Le dijeron que ellos trabajaban para una firma de abogados, y que mediante la entrega de cierta cantidad de dinero, ellos prometían entregarle una tarjeta de residencia legal o Green Card.

«Jorge, (nombre ficticio que usaremos para proteguer la identidad de su familia), se ilusionó con la idea de arreglar su situación migratoria, y dio a estas personas un anticipo para iniciar su trámite legal para obtener su “mica”.

Días después, fue a una oficina de un abogado para entregar la cantidad total para el inicio del trámite.

Todo parecía ir muy bien, hasta que llegó el tiempo de ir a una entrevista con el juez de inmigración.

Ahí,»Jorge», quien vivía en la Costa Central, descubrió la realidad… el abogado había iniciado, sin explicarle por completo los riesgos del procedimiento, una petición de asilo político para tratar de conseguir su residencia legal.

Por aquel tiempo, México, país de origen del inmigrante, no tenía una situación política o social para que los ciudadanos mexicanos calificaran para un juicio de asilo político, así que el juez negó la petición y dio a Jorge dos opciones: o una salida voluntaria, o apelar su decisión.

El abogado aconsejó a Jorge continuar con las apelaciones, sólo para ganar más tiempo, porque de antemano sabía que no había una salida legal para que él obtuviera la ansiada residencia legal, y por su puesto más dinero para su bufete.

Empezaron el procedimiento legal de apelaciones hasta llegar al noveno circuito de la corte de apelaciones.

En ese tiempo, hace aproximadamente unos 5 años, el veredicto fue el mismo, ya no había más tiempo para Jorge, tenía que abandonar el país, sin embargo, como el se había cambiado de domicilio con su familia, no se dio cuenta de la carta que la corte de apelaciones le mandó.

El pasado viernes 17 de agosto, como todos los días, Jorge salió de su casa para ir a trabajar, alrededor de las 7:30 de la mañana, al atravesar la calle de su casa para dirigirse a su automóvil, lo abordó una persona que se identificó como policía del ICE, y le preguntó si tenía un caso pendiente de inmigración.

“En ese momento vino a mi memoria ese caso pendiente que ignoré por algún tiempo, pero al mismo tiempo comprendí que estaba en problemas”, afirma Jorge.

Los agentes le pidieron que los acompañara y lo llevaron al centro de detención de inmigración en la ciudad de Camarillo, California, donde le enseñaron todo el expediente que tenían de él, y la carta del noveno circuito de apelaciones, donde ordenaban su salida.

Después de esto, los agentes le dieron unos documentos para que firmara su salida voluntaria, y le dijeron que tenía que permanecer en México por 10 años como castigo o bien esperar a que su hijo, ciudadano estadounidense, cumpla la mayoría de edad para que lo pueda pedir.

Alrededor de las 8:00 p.m., 12 horas y media después de su encuentro con los agentes de ICE, Jorge ya se encontraba en la ciudad de Tijuana.

Ahí permaneció hasta el martes de la siguiente semana, en la casa del migrante, para después emprender su viaje hasta su lugar de origen en el estado mexicano de Oaxaca.

Jorge comenta que el viaje hasta el estado de Oaxaca fue muy triste.

“Casi todo el tiempo me la pasé llorando, pensando en la familia que se quedó atrás”.

Su esposa y su hija, que tienen otro caso en inmigración, también por asilo político, pero este si es real, su hija fue secuestrada por miembros de un grupo delictivo organizado.

“No sé qué vaya a pasar, Mi esposa y mi hija tiene que esperar a diciembre para su cita en inmigración y saber si se van a poder quedar. Cualquier decisión del juez va a ser difícil, si se pueden quedar, que va a pasar con una familia separada, quizás por 10 años, o si mi hijo me vaya a pedir dentro de 5 años, él apenas tiene 16, y tendrá que esperar a cumplir 21 para poder pedirme. Y si tienen que regresar a México, cuál será el futuro de mis hijos, el panorama no luce muy alentador”, explicó.

Desde Oaxaca Jorge dirige un mensaje para las personas que viven en Los Estados Unidos de informarse bien, y de escoger abogados honestos y profesionales para hacer sus trámites legales.  

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