Por Carlos Hernández
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Luego de las patéticas e intolerantes palabras que tuvo el candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, contra el pueblo mexicano y los latinos no se han hecho esperar las represalias en contra suya y de sus empresas.
Primero fue la cadena NBC quien reveló tan sólo dos días después que no transmitiría el evento de Miss Universo, a pesar de ser co-dueños del mismo con Trump, el boicot no paró ahí, la presentadora Roselyn Sánchez y el cantante colombiano J. Balvin, otra presentadora anglo y las candidatas de El Salvador, México, Costa Rica, Nicaragua y Colombia ya han anunciado que no participarán.
Por si fuese poco en varios países latinoamericanos tampoco se transmitirá el evento.
Luego fue la cadena Univisión quien también dio un paso al frente, apoyada y presionada por Televisa para terminar el contrato que habían firmado en enero para trasmitir Miss Universo en español en Estados Unidos.
Por si eso fuese poco, también el hombre más rico del mundo, el mexicano Carlos Slim, también rehusó a tener que ver con el impresentable y racista de Trump, al romper un convenio de una de sus televisoras con una compañía de este último.
También ESPN, Macy’s y otras multinacionales se han unido con la comunidad inmigrante y han roto relaciones con este personaje.
Sin embargo, lo que es para ponerse a pensar, es el lamentable apoyo que recibió Trump por parte de otro buen sector de la población estadounidense.
De hecho el republicano, luego de llamar violadores, narcos y asesinos a los mexicanos y latinos que vienen al país, se puso al frente por tres días de las encuestas entre los 10 candidatos republicanos que luchan en las elecciones de su partido.
Esto es algo inaudito, sobre todo en una época, donde el matrimonio homosexual es ahora socialmente y legalmente aceptado, organizaciones luchan como leones para proteger los derechos de los animales, pero aún hay muchos que se oponen y denigran la presencia de inmigrantes que sólo vienen en búsqueda de un futuro mejor.
Es una actitud ridícula y triste, tal cual como el peluquín que Trump luce, y que nos hace pensar que ya a más de 50 años de terminar la segregación racial en Estados Unidos, hay quienes se creen superiores, sólo por el color de piel o el lugar donde nacieron.
Sus palabras hacen un eco y se ponen a la altura casi a las que salían odiosamente de la boca del peor dictador de todos los tiempos, Adolfo Hitler, porque la retórica de odio empleada por Trump es tan baja y sucia como la del austríaco.
Así que como latino, será no apoyar ninguno de los programas o productos que son producidos por este patético personaje de Trump, porque algo que les duele a la gente enferma por el dinero como él, es que “le toquen el bolsillo”.
Sí, porque al no tener los rankings de audiencia deseados las televisoras y sobre todos los anunciantes dejarán tarde o temprano de comprar derechos y espacios es un evento que nadie lo ve.
Por ello, espero que ustedes también amigos lectores sigan la tendencia que ya se da en redes sociales, y este año como yo, no vean Miss Universo, al fin y al cabo para que apoyar a alguien que nos ve como lo peor de lo peor… sólo así se dará cuenta que él es quien necesita más de nosotros que nosotros de él. ν
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