Por Agencias
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Las primarias venezolanas, previstas para el 22 de octubre, constituyen ese gran filtro en el que el electorado opositor debe decidir entre trece candidatos para elegir a uno, como parte de una estrategia que busca enfrentar al candidato oficial, con una candidatura única que represente una opción para quienes están descontentos con el gobierno actual y buscan un cambio en Venezuela.
Aún no se ha confirmado si será el propio presidente Nicolás Maduro el que represente al sector oficial, ni cuál será el mecanismo que utilizará el partido de gobierno para elegir a su candidato.
La oferta electoral opositora está conformada por trece candidatos. Se trata de cuatro mujeres: Delsa Solórzano (Encuentro Ciudadano), Tamara Adrián (Unidos por la dignidad) , Gloria Pinho (Movimiento por ti Venezuela) y María Corina Machado (Vente Venezuela), y de nueve hombres: Andrés Caleca (Independiente), Andrés Velásquez (La Causa R), Henrique Capriles Radonski (Primero Justicia), Carlos Prosperi (Acción Democrática), César Almeida (UPP89) , César Pérez Vivas (Partido Centro Democrático), Freddy Superlano (Voluntad Popular), Luis Farías (Independiente) y Roberto Enríquez (Copei-Odca).
Machado, Capriles y Superlano, según la encuesta ORC Consultores, ocupan los primeros tres lugares en cuanto a intención de voto concentrando alrededor del 50% y se encuentran inhabilitados para ejercer y postularse a cargos como sanción emitida en su contra por la Contraloría General de la República, medidas que rechazan y consideran ilegales.
Pero estos comicios internos tienen un impacto que va más allá de un candidato, al mismo tiempo se trata de un mecanismo que pretende reunificar a la oposición, legitimar a sus partidos y redefinir su liderazgo para encarar las decisiones que surjan en la ruta a las elecciones presidenciales previstas para 2024, según la Constitución.
Esto ocurre en un momento en el que según la encuestadora ORC Consultores en un estudio realizado entre julio y agosto, 78% de los consultados consideran que el país necesita un cambio político y económico. Adicionalmente, 49,3% de los encuestados considera que el candidato opositor debe ser electo por la gente en las primarias.
Para el periodista y experto en temas electorales, Eugenio Martínez, “pueden representar un hito en la estrategia para lograr una transición a la democracia en Venezuela”. Explica Martínez que estos comicios internos también permitirán reconfigurar a la oposición a lo interno y en cuanto a su organización, y precisa que no está claro cómo impactaría la gobernanza y la toma de decisiones de la plataforma unitaria, si se concreta la eventual victoria de Machado.
El secretario ejecutivo de la alianza de partidos opositores, conocida como Plataforma Unitaria, Omar Barboza, se refirió al tema asegurando que “el cambio político que se persigue con las primarias es una emergencia nacional” y dejó claro que se pretende alcanzar por la vía “democrática, constitucional y electoral”. Una ruta que la oposición había abandonado al llamar a la abstención en procesos anteriores. Asimismo, dijo que las primarias constituyen la vía más democrática de unirse y de buscar un cambio de manera pacífica para esa Venezuela que sufre por una mala gestión de gobierno.
El politólogo John Magdaleno dijo que más allá de los impactos que se pretenden generar de aquí a la fecha de la primaria se trata de una jugada que está pensada teniendo en mente hitos políticos futuros, es decir, con la mirada en la celebración de la elección presidencial que a su juicio no está despejada de toda incertidumbre. Y como ejemplo cita la posibilidad de que se convoque a una mega elección, es decir, que se amplíe la votación para renovar también los cargos de gobernadores y alcaldes. Aunque aclara que eso no ha sido anunciado oficialmente y tampoco se conoce la fecha de la elección presidencial, pero sin duda a juicio de Magdaleno las elecciones regionales y parlamentarias, estas últimas previstas para 2025, seguirían en la lista de los desafíos de la oposición.
Para Magdaleno esa candidatura única debería tener el potencial como para motivar, congregar y atraer la mayor cantidad del electorado opositor, incluso a aquellos que no están en este momento con ninguno de los candidatos pero que se puedan ir sumando una vez el candidato único active su campaña. El experto asegura que el proceso debe conducir a una candidatura que sea más competitiva y que simultáneamente pueda congregar la mayor suma de respaldos posibles de diversos sectores, no sólo dentro de la oposición sino que eventualmente podría “morder un pedazo del electorado chavista”, es decir, capitalizar ese descontento del chavismo que es bastante significativo en este momento.
Magdaleno precisa que es necesaria la conducción y canalización política del descontento actual, y en ese sentido la selección de la candidatura única permite la legitimación y el nivel de respaldo con el que se logre congregar esa candidatura y lo más importante es la estrategia de fondo que tiene que conducir en su opinión a una mayor movilización social y política para canalizar las expectativas del elector opositor.
Se trata de un proceso que no está libre de riesgos y retos, aclara Magdaleno, quien explica que el problema de fondo es cómo se produce la sustitución de la candidatura única si el ganador de las primarias se encuentra inhabilitado y en este sentido precisa que en su opinión no hay probabilidad alguna de que se le levanten las inhabilitaciones para ejercer cargos públicos, que pesan sobre figuras que ocupan los primeros lugares de popularidad. Resolver la sustitución no es sencilla y no dejaría todos los factores contentos, por lo que el gobierno jugaría con esa carta en lo sucesivo, es decir, utilizará los desacuerdos asociados al procedimiento de sustitución.
Al respecto, el periodista Eugenio Martínez considera que la dificultad de lograr un acuerdo como plan B en caso de que gane un candidato inhabilitado “es consecuencia de la descoordinación política-electoral de los últimos años que ha provocado que dentro de la oposición no existan normas claras para la toma de decisiones, ni para la resolución de conflictos”.
A juicio de Magdaleno, María Corina Machado es uno de los actores políticos que le ha elevado más los costos de salida a factores de poder y en ese sentido el régimen político tiene demasiados incentivos para impedir que en efecto ella pueda competir. Por eso considera que hay que pensar seriamente en el plan de sustitución y que hay que interrogarse seriamente sobre si después de la primaria esto se va a resolver satisfactoriamente, porque en su opinión sería ingenuo no tener una estrategia por parte de la alianza de partidos opositores porque eso estaría comunicando, que no se ha aprendido nada de los últimos años en los que efectivamente los recursos políticos que utiliza el régimen autoritario son cada vez más abiertamente violadores de garantías.
La Comisión Nacional de primarias ha informado que, para este proceso autogestionado, es decir, que se lleva a cabo sin el apoyo del Consejo Nacional Electoral, fueron habilitados 3.010 centros de votación y más de 5.000 mesas electorales en 331 de los 335 municipios que tiene el país.