Por Agencias
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Ryan Wesley Routh, un hombre de 58 años que alguna vez presumió en internet sobre su trabajo construyendo viviendas para personas sin hogar en Hawái, ha sido acusado de intentar asesinar al expresidente Donald Trump mientras este jugaba golf en West Palm Beach, Florida.
Según las autoridades, Routh portaba un rifle estilo SKS y fue detenido antes de poder llevar a cabo su plan, gracias a la intervención del Servicio Secreto.
Routh tiene una larga y compleja trayectoria que incluye un pasado criminal y opiniones políticas que varían entre la izquierda y la derecha. A lo largo de los años, ha apoyado a figuras políticas tan diversas como Bernie Sanders, Tulsi Gabbard, Nikki Haley y el propio Trump.
En un principio, Routh votó por Trump y lo apoyó, pero sus opiniones se agriaron con el tiempo, especialmente después del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, al cual describió como un “tremendo error”. En un libro que publicó en 2023, titulado Ukraine’s Unwinnable War (La guerra imposible de ganar de Ucrania), Routh calificó a Trump de “tonto” y “bufón” por sus decisiones políticas, incluida la retirada del acuerdo nuclear con Irán.
Además de sus opiniones políticas, Routh ha hecho varias donaciones a candidatos demócratas a través de ActBlue, un comité de acción política. Sin embargo, su apoyo a Trump se desvaneció con el tiempo, y en los últimos años expresó su respaldo al actual presidente Joe Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris. “LA DEMOCRACIA está en la boleta y no podemos perder”, escribió en una publicación en la red social X (anteriormente conocida como Twitter) en apoyo a la reelección de Biden.
Activismo en Ucrania
Routh también ha estado involucrado en el conflicto entre Ucrania y Rusia, aunque de manera más virtual que práctica. A través de su página web y redes sociales, intentó recaudar fondos y reclutar voluntarios para luchar a favor de Ucrania. Incluso apareció en Kiev en abril de 2022, sosteniendo un cartel que decía: “No podemos tolerar la corrupción y el mal por otros 50+ años. Acabemos con Rusia por nuestros hijos”. Sin embargo, según Oleksandr Shahuri, del Departamento de Coordinación de Extranjeros del Comando de Fuerzas Terrestres de Ucrania, Routh nunca formó parte del ejército ucraniano ni colaboró con sus fuerzas militares. Shahuri describió sus ideas como “delirantes”.
En sus redes sociales, Routh también se mostró dispuesto a “luchar y morir por Ucrania” y llegó a proponer la organización de un concierto similar al famoso We Are the World para recaudar fondos y apoyo para el país en guerra. Sin embargo, a pesar de sus intensos esfuerzos por ayudar a Ucrania, no fue bien recibido en el ámbito militar debido a la desconfianza hacia los extranjeros.
Pasado criminal y problemas legales
El historial de Routh incluye condenas por posesión de explosivos y delitos relacionados con armas en Carolina del Norte. En 2002, fue arrestado tras un enfrentamiento con la policía que duró varias horas, en el cual se encontraba armado con una ametralladora automática en un negocio de techado. Además, fue declarado culpable en 2010 por posesión de bienes robados, los cuales utilizó para comprar drogas, según los documentos judiciales. A pesar de sus antecedentes, Routh logró evitar penas de prisión en ambos casos, cumpliendo en su lugar con sentencias de libertad condicional.
Estos delitos ponen en duda cómo Routh pudo obtener el arma de fuego que llevaba consigo el día de su intento de asesinato. Generalmente, las leyes estatales prohíben que personas condenadas por delitos graves puedan comprar o poseer armas de fuego.
Vida en Hawái
En 2018, Routh se mudó a Kaaawa, un pequeño pueblo a las afueras de Honolulu, Hawái, donde participó en un proyecto junto a su hijo adulto para construir pequeños cobertizos de madera destinados a las personas sin hogar. En una entrevista con el Star-Advertiser de Honolulu en 2019, Routh explicó que el objetivo de su negocio era combatir la creciente tasa de indigencia en el estado.
“Estamos cansados de ver a las personas sin hogar por toda la isla sin ningún lugar a donde ir”, dijo en esa ocasión.
Sin embargo, a pesar de sus buenas intenciones, su vida privada parece estar marcada por un comportamiento errático y conflictivo.
El domingo pasado, nadie respondió cuando periodistas tocaron a la puerta de su casa en Kaaawa, la cual está decorada con colores brillantes. Afuera, una camioneta blanca con una calcomanía de Biden-Harris en el parachoques y una rueda pinchada permanecía estacionada. Un vecino, Christopher Tam, describió a Routh como una persona apartada, respetuosa y cordial. “Es muy sorprendente. Si tuvo algo que ver con esto, es impactante para nosotros”, comentó.
Conclusión
El caso de Ryan Wesley Routh es un ejemplo de cómo una persona con un pasado lleno de contradicciones y conflictos puede convertirse en una amenaza para la seguridad pública. Sus opiniones políticas cambiantes, su activismo frustrado y su historial criminal pintan el retrato de un hombre que ha oscilado entre diferentes extremos, sin encontrar un sentido claro de propósito. A pesar de su aparente deseo de hacer el bien, su último acto —intentar asesinar a Donald Trump— lo ha llevado a ser acusado por un crimen que podría marcar el fin de una vida llena de caos y controversias