Por Agencias
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Muchos policías estaban en un pasillo de la Escuela Primaria Robb equipados con fusiles y al menos un escudo balístico 19 minutos después de que un joven armado ingresara al plantel, según documentos revisados por el periódico Austin American-Statesman, una revelación que intensifica las interrogantes sobre por qué la policía no actuó más rápido para detener al agresor, el cual mató a 19 niños y dos maestras el mes pasado.
La serie de revelaciones, que comenzaron días después de la masacre del 24 de mayo, han dejado la impresión de que la respuesta policial fue torpe.
El periódico mencionó documentos de investigadores no identificados, entre ellos videos de las cámaras de vigilancia de la escuela y de las que portan los policías.
La información será presentada el martes en una audiencia pública del Senado de Texas, en Austin.
Los investigadores dicen que los datos más recientes dejan ver que los agentes policiales tenían armamento y protección más que suficientes para abatir al hombre armado mucho antes de que finalmente lo hicieran, reportó el diario.
La cronología reportada por el periódico a partir de los documentos incluía tomas desde el interior de la escuela que mostraban al joven de 18 años ingresar despreocupadamente por una puerta trasera a las 11:33 de la mañana, entrar en un aula e inmediatamente ponerse a disparar indiscriminadamente antes de parapetarse.
En tomas de video se veía a 11 policías ingresar a la escuela tres minutos después, reportó el diario.
Pete Arredondo, jefe policial del distrito escolar, llamó al teléfono fijo del Departamento de Policía de Uvalde y reportó que el sospechoso había “realizado muchos disparos” con un fusil tipo AR-15 y que tenía mayor poder de fuego que los agentes policiales en la escuela, de los que dijo sólo traían pistolas, agregó el periódico.
A las 11:44 de la mañana, videos captados por las cámaras de la policía registraron el sonido de más disparos.
A las 11:52 llegó el primer escudo balístico, y crecía la impaciencia de los policías por actuar.
Arredondo pasó apuros para hallar una llave de la cerradura del aula, aunque se cree que nadie había intentado abrirla, reportó el diario.
Otro agente con un escudo balístico llegó a las 12:03 p.m., y uno más se presentó con un escudo dos minutos después.
Unos 30 minutos antes de que los agentes abrieran finalmente la puerta del aula a las 12:50 p.m., se oye a Arredondo preguntarse en voz alta si se podría disparar al pistolero a través de una ventana.
No fue sino hasta las 12:46 p.m. que Arredondo dijo a los miembros del equipo táctico que abrieran la puerta cuando estuvieran preparados, informó el periódico.
Los retrasos en la respuesta de las fuerzas del orden han sido el centro de la investigación federal, estatal y local sobre la masacre.
El coronel Steve McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, dijo el 27 de mayo que Arredondo tomó “la decisión equivocada” cuando optó por no irrumpir en el aula durante más de 70 minutos, incluso aunque algunos de los niños atrapados dentro de dos aulas estaban llamando desesperadamente al 911 para pedir ayuda.