Por Agencias
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La llegada de Beverley confirma que Westbrook va a salir y los Lakers tienen tres opciones para deshacerse del base, que tiene los días contados en L.A.
El 30 de julio de 2021, Russell Westbrook aterrizó en los Lakers.
Ahora, más de un año después, el equipo angelino está cerca de resolver semejante estropicio.
La historia de que ese niño nacido en Los Ángeles dejara atrás años de difíciles temporadas y consiguiera la redención en el lugar soñado, para dejar así de ser un hombre denostado era demasiado bonita para ser cierta.
El base no ha funcionado en ninguna faceta y ha sido el mismo lastre que en su pasado más reciente.
Los rumores sobre su salida no han hecho más que multiplicarse a lo largo de la temporada y ya después, en la apertura de un mercado veraniego que sigue su curso.
Y en este momento, con la llegada de Patrick Beverley a la ciudad de la luz, parece más cantado que nunca que Westbrook va a salir de los Lakers.
Y para algunos, su aventura con los de púrpura y oro ha durado incluso demasiado.
Westbrook no va a jugar la temporada que viene en los Lakers. Parece mentira después de todo, ya que fueron LeBron James y Anthony Davis los que hablaron favorablemente de él para hacer el traspaso y la directiva la que cedió ante ellos.
La era de los jugadores empoderados tiene estas cosas y la extensión de LeBron, una incógnita entonces y una realidad ahora (dos años por 97 millones de dólares) obligaba a ceder ante un hombre que es mejor no tener en contra.
Frank Vogel no estaba convencido de entrenar una pieza que no cuadraba con su sistema defensivo ni con la cultura que había creado en un equipo que ganó el anillo en 2020.
El resto, ya se sabe: Vogel salió por la puerta de atrás y analistas y aficionados de los Lakers se hartaron de un Westbrook al que fue imposible sacar en el mercado de febrero, algo que sí van a conseguir ahora.
Y la premisa era clara: el objetivo ni siquiera es conseguir rédito por la otrora estrella, actualmente producto tóxico.
Lo que se quiere conseguir es que el base y sus 47 millones (la player option a la que lógicamente se acogió tras acabar el curso) salgan de Los Ángeles.
El periodista Jovan Buha (The Athletic), muy cercano a la realidad de los Lakers, ha asegurado que la llegada de Patrick Beverley a los Lakers deja a Westbrook eventualmente fuera de la ecuación.
Y los angelinos van a hacer esto tengan o no que pagarle esos 47 millones de dólares. ¿Cómo? Muy sencillo.
Si el traspaso no se hace efectivo, los Lakers apartarán a Westbrook y lo mandarán a casa.
Esta táctica ya la hemos visto en otras ocasiones, la más cercana el pasado año con los Rockets y John Wall.
El base no tenía cabida en un proyecto joven y prometedor y Stephen Silas no lo quería en el sistema. ¿Solución? Sigue cobrando del equipo, pero apartado de él.
El mensaje de los Lakers es, por lo tanto, muy obvio y no parece que se vayan a mover de ahí.
La decisión está tomada. Solo falta por saber qué pasará y cómo se desarrollarán los acontecimientos.
Otro de los motivos para sacar a Westbrook es evidente desde todos los puntos de vista y ha sido muy comentada desde la llegada de Beverley.
La relación entre ambos jugadores es preocupante, sus choques en pista han sido constantes y siempre ha habido una excesiva dosis de declaraciones cruzadas y envalentonamientos físicos entre ambos.
El punto álgido se produjo en los playoffs 2013, cuando los Thunder, finalistas el año anterior, eran favoritos para el anillo.
Durante uno de los partidos de la primera ronda ante los Rockets, Westbrook se dispuso a pedir tiempo muerto en el centro del campo, en una jugada muy repetida en la NBA.
Y Beverley, el más listo de la clase, realizó una fea acción abalanzándose sobre la rodilla del base, que se lesionó.
Kevin Durant pudo sacar la serie ante los Rockets con un gran esfuerzo, pero no hizo lo mismo ante los Grizzlies y OKC se despidió en semifinales.
Parece mentira, pero hubo una época en la que Westbrook era esencial para sus equipos.
Los Pacers y las primeras rondas
Las opciones de traspaso son tres, pero hay una claramente por encima de las otras dos.
Los Pacers son los, en teoría, losmejores receptores para Westbrook en un traspaso en el que se inluiría a Buddy Hield y a Myles Turner.
La baza que tienen los Lakers es la que se ha filtrado durante todo el verano, esa que quieren forzar hasta la extenuación y que van a tener que hacer si quieren que se produzca el traspaso: dar, además de a Westbrook, las dos primeras rondas del draft que tienen en su mano (2024 y 2027).
El equipo angelino se ha estado guardando esta baza durante todo el mercado a expensas, concretamente desde que saltó la bomba en torno a Kevin Durant, ya resuelta, para hacerse con Kyrie Irving.
Una vez calmadas las aguas en Brooklyn, la solución sería dar las dos rondas para hacerse con Turner, un pívot que se lesiona mucho pero que era la pieza más apetitosa para todos los equipos en febrero y finalmente no salió de Indiana… y Hield, un jugador muy cuestionado pero un tirador que no necesita balón y tiene buen acoplamiento con LeBron y compañía.
Pero, sobre todo, lo mejor de este movimiento sería deshacerse de Westbrook. Eso siempre.
Los Lakers quieren reservarse una de esas rondas para fortalecer la plantilla en febrero, pero puede que no tengan más remedio que dar ambas.
Con los 20 millones que cobrará Hield y los 18 de Turner se aseguran 9 millones de espacio respecto a los 47 que le tendrían que pagar a Westbrook, una cifra que apenas varía con las salidas de Talen Horton-Tucker (más de 10) y Stanley Johnson (algo más de 2) por Beverley (que cobrará 13 el próximo curso).
Si el traspaso se hace, el quinteto estaría formado por Beverley-Hield-LeBron-Davis-Turner. Austin Reaves saltaría desde el banquillo y Dennis Schröder podría regresar a L.A. con un mínimo.
Un apaño más que considerable por parte de la directiva tras la extensión de LeBron y que resolvería el desmán que provocó la llegada de un Westbrook que, si sale, llenaría de alivio a la franquicia angelina.
En San Antonio, tal y como indica Eric Picus en Bleacher Report, también podrían entrar en la ecuación.
Es otra franquicia que busca reconstruirse y podría acordar un buyout con Westbrook si se dieran las circunstancias.
Los Spurs todavía tienen una gran flexibilidad bajo el tope salarial y podrían ofrecer a los veteranos Josh Richardson y Doug McDermott.
Richardson es asumible para los Lakers, pero los 13.8 millones que McDermott tiene pendiente por cobrar para la 2023-24 no son atractivos para los angelinos, que buscan tener cierto espacio para hacer movimientos el próximo verano.
Lo de siempre: hacer el movimiento que más convenga, pero sin renunciar al futuro más inmediato.
La otra opción, menos probable, es participar en el traspaso de Donovan Mitchell, que cambiaría Knicks por Jazz, y hacer que Westbrook acabe en los Jazz con el conservador directivo Danny Ainge, que en un equipo en reconstrucción (como lo son los Pacers) tras la consabida salida de Rudy Gobert, solo tendría que esperar una temporada para dejar que Westbrook saliera gratis y empezar a mirar al futuro.
Así están las cosas en los Lakers de David Hamm, de LeBron, de Davis y compañía. Un equipo que ni siquiera llegó a playoffs la temporada pasada y que espera recuperarse de tan aciago fracaso para volver a luchar por el anillo.
De una forma u otra, parece que el destino de Russell Westbrook está sellado.
Sea en Pacers, Jazz, Spurs o en su casa, la estrella estrellada de la NBA no volverá a vestir la camiseta de los Lakers.
Un sainete que, poco a poco, se acerca a su final.