Por Agencias
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El ciclista francés del Quick-Step denunció esta actuación de un aficionado a través de sus redes sociales.
«No entiendo cómo puede pasar esto», lamentó.
La París-Roubaix nos dejó un maravilloso espectáculo sobre los tramos de pavé que terminó con la victoria de Dylan Van Baarle, pero también episodios que volvieron a poner de relieve la imprudencia de numerosos espectadores en la carrera.
Uno de esos momentos tuvo lugar cuando el belga Yves Lampaert rodaba junto a Matej Mohoric en busca de una plaza en el podio y en persecución de Van Baarle en uno de los últimos tramos de pavés cuando chocó con el brazo de un espectador y perdió el control de su bicicleta, cayendo sobre los adoquines y diciendo adiós a sus opciones de victoria y de podio.
Tampoco tuvo fortuna otro de los compañeros de Lampaert, el francés Florian Sénéchal, que se despidió de sus opciones de victoria al irse al suelo en el tramo de pavés de Mons-en-Pévèle al intentar esquivar a un aficionado.
«Caída en Mons-en-Pévèle mientras intentaba evitar a un espectador. La cabeza golpeo directamente en el suelo. Me quedé algo conmocionado y la carrera se acabó para mí. La suerte tampoco estuvo conmigo durante varios problemas mecánicos durante la carrera. El equipo hizo un trabajo increíble y ahora toca mirar adelante y más fuerte», relataba el ciclista.
Sin embargo, Sénéchal relató en redes sociales y también en el periódico La Voix du Nord que sufrió un episodio aún más lamentable poco después de su caída.
«Estaba rodando con Alexander Kristoff a la salida del tramo de Cysoing y sentí algo que me salpicó el brazo. Pensé que era cerveza, pero olía a orina mezclada con cerveza. No sé dónde está el límite. Ahí quedé totalmente desmoralizado. No entiendo cómo puede pasar esto».
Un episodio que no debería suceder nunca más en cualquier espectáculo deportivo.