Por Redacción
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El índice de masa corporal (IMC) es una medida que permite evaluar con facilidad la concentración de masa en nuestro cuerpo y saber si tenemos un peso adecuado para nuestra estatura.
De un modo general, cuando la cifra del IMC supera lo que se considera un peso normal y entra en el rango de la obesidad o el sobrepeso, es más probable que se sufra de problemas de salud como enfermedades cardiovasculares o cáncer.
Sin embargo, un estudio publicado hoy en la revista Nature Aging sugiere que es posible que esa conclusión no se pueda extrapolar, al menos, a las personas de más de 80 años en China.
En un trabajo liderado por Xiaoming Shi, del Centro Chino para la Prevención y Control de Enfermedades, se observó a 27,000 individuos de más de 80 años, con una media de edad de 92.7 años y, según sus conclusiones, para este grupo concreto de población, el sobrepeso e incluso una leve obesidad se asocia a una menor mortalidad por todas las enfermedades, salvo las cardiovasculares.
En concreto, el IMC óptimo para la salud de los ancianos se encontraba entre los 26 y los 30.6, cuando el sobrepeso comienza a partir de 25 y la obesidad de 29.
Este hallazgo plantea que quizá las recomendaciones sanitarias respecto al IMC, que se realizan a partir del estudio de peso y salud para la población general, se deban ajustar para este grupo de edad, que es minoritario.
En un artículo publicado también en Nature por Jean Woo, de la Universidad China de Hong Kong, se recuerda que en otros estudios se ha observado este efecto beneficioso de un ligero sobrepeso según las consideraciones generales.
“Aun así, esos descubrimientos han sido ignorados en su mayoría por los profesionales de la salud, pese a que se han visto en EE UU, Australia, Europa y Hong Kong”, advierte Woo.
Felipe del Moral, catedrático de la Universidad de Michigan que no ha participado en el trabajo, lo considera “interesante y bien hecho”, pero cree que “no se pueden cambiar las recomendaciones sobre vida saludable que se hace a la población por un solo estudio” y que “el sobrepeso se debe evitar en todas las edades”.
No obstante, explica, con mayor edad, los problemas de obesidad cambian.
“Se producen los problemas de obesidad sarcopénica, que sucede cuando se mantiene el peso, pero cambia la composición corporal porque aumenta la grasa y el músculo decrece”.
Eso hace que sea importante estudiar también los porcentajes de músculo y grasa y explica por qué, además de una buena alimentación, son tan importantes los programas de ejercicio para que las personas de edad avanzada mantengan la masa muscular.
Otros factores, como los efectos de la osteoporosis en las vértebras, hacen que se pierda estatura con la vejez y que eso explique parte del incremento en IMC en el grupo estudiado por el equipo chino.
Los autores recuerdan que algunos datos que se están obteniendo recientemente sugieren que determinados riesgos para la salud cardiovascular, como tener el colesterol o la tensión altos, tienen una relación con mejor salud y supervivencia entre las personas más ancianas, algo que parece alinearse con sus resultados.
Entre las explicaciones posibles a esta paradoja de la obesidad, el equipo de Xiaoming apunta a que el sobrepeso puede ser una señal de un mejor estado nutricional, que compensaría los riesgos de pesar demasiado, y señala que un exceso de grasa puede suponer “una reserva energética protectora […] o el secuestro de toxinas en la grasa que aporte una ventaja para la supervivencia”.
Además, hay que recordar que a partir de los 60 años, el peso medio de la población tiende a reducirse debido a la pérdida de masa muscular, algo que puede explicar el empeoramiento de la salud.
El trabajo publicado en Nature Aging concluye que estos resultados y los de otros estudios similares sugieren que es necesario interpretar el IMC y su relación con la salud teniendo en cuenta también otros factores como la edad, el porcentaje de grasa y músculo y las enfermedades concretas que se padecen.