Por Redacción
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Donald Trump llegó a su segundo mandato en la Casa Blanca prometiendo terminar rápidamente las guerras en Ucrania y Gaza, pero a medida que se acercan sus primeros 100 días en el cargo, enfrenta serios desafíos para cumplir esas promesas.
El presidente republicano, que había asegurado que pondría fin a la guerra de Rusia en Ucrania en sus primeras 24 horas de gobierno, se ha mostrado irritado ante las críticas que sugieren que sus objetivos siguen lejos de alcanzarse.
«La guerra lleva tres años ardiendo. Acabo de llegar aquí y preguntan, ‘¿qué ha tomado tanto tiempo?'», declaró Trump en una entrevista reciente con la revista Time.
Respecto al conflicto en Gaza, Trump insistió en que el ataque de Hamás en octubre de 2023 «nunca habría ocurrido» si él hubiera estado en el poder, pero reconoció las dificultades para lograr una resolución rápida.
Medir el éxito de un presidente por sus primeros 100 días es una tradición en Washington, aunque muchos analistas señalan que lograr acuerdos de paz suele requerir años, no semanas. Aun así, Trump apostó por una transformación radical de la política exterior estadounidense, moviéndose rápidamente para rediseñar el orden mundial posterior a la Segunda Guerra Mundial.
El mandatario ha implementado una guerra arancelaria global, recortado ayuda exterior y planteado propuestas como adquirir Groenlandia o convertir a Canadá en el estado número 51. Sin embargo, su dificultad para lograr avances tangibles en Ucrania y Gaza ilustra las limitaciones de su estrategia de presión.
En el caso de Ucrania, Trump ha tenido intercambios tensos con el presidente Volodymyr Zelenskyy. En febrero, Trump y su vicepresidente JD Vance criticaron a Zelenskyy por su falta de gratitud hacia la ayuda estadounidense, pidiéndole incluso que abandonara los terrenos de la Casa Blanca tras una reunión incómoda.
El secretario de Estado, Marco Rubio, advirtió que Estados Unidos está preparado para retirar su apoyo si no se logran avances sustanciales en las negociaciones. Mientras tanto, Trump ha alternado entre la esperanza y la frustración: la semana pasada, tras reuniones de su enviado especial Steve Witkoff con Vladímir Putin, afirmó que un acuerdo estaba cerca. Sin embargo, tras un encuentro posterior con Zelenskyy, expresó dudas sobre la sinceridad de Moscú.
«Quiero que Putin deje de disparar, se siente y firme un acuerdo», indicó Trump el domingo.
Por su parte, el Kremlin anunció un alto el fuego en Ucrania del 8 al 10 de mayo para conmemorar el Día de la Victoria sobre la Alemania nazi. James Hewitt, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, afirmó que Trump ha acercado más a las partes a un acuerdo que en cualquier momento bajo la administración Biden.
Conflicto en Gaza persiste
En Gaza, la situación no es más alentadora. Aunque Trump promovió un alto el fuego que liberó a 33 rehenes y 2.000 prisioneros palestinos en enero, la tregua se rompió en marzo. Los combates se reanudaron, y las negociaciones para liberar a los 59 rehenes restantes, muchos de ellos presumiblemente muertos, siguen estancadas.
Israel ha bloqueado la entrada de ayuda humanitaria, acusando a Hamás de apropiarse de los suministros. Desde Roma, Trump aseguró que presiona «muy duro» al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu para permitir el ingreso de alimentos y medicinas en Gaza.
Según Hewitt, el fracaso para lograr un acuerdo en Gaza se debe a Hamás, no a Trump. «Hamás ha elegido la violencia sobre la paz», declaró.
Avances en otras áreas
Pese a los desafíos en Ucrania y Gaza, la Casa Blanca destaca otros logros de Trump en política exterior. Entre ellos figuran la deportación de migrantes venezolanos señalados como miembros de pandillas, la liberación de 46 estadounidenses detenidos en el extranjero y ataques militares contra militantes hutíes en Yemen.
Trump también ha iniciado conversaciones directas con Irán para frenar su programa nuclear, un giro significativo considerando que en 2018 retiró a EE.UU. del acuerdo nuclear alcanzado en 2015. Tras una serie de reuniones en Omán, Trump expresó optimismo sobre lograr un nuevo pacto pronto.
«Creo que habrá un acuerdo allí», dijo el domingo. Sin embargo, sectores críticos advierten que cualquier pacto similar al acuerdo abandonado podría interpretarse como una victoria para Irán.
Mientras tanto, Trump, decidido a consolidar su legado, sigue buscando soluciones rápidas en varios frentes de política exterior. El desafío será lograr resultados sostenibles más allá de las declaraciones y los primeros 100 días de su segundo mandato.
