Por Redacción
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Si bien es cierto Donald Trump es optimista sobre sus posibilidades en noviembre y las algunas encuestas le ponen por delante del Presidente Joe Biden, Trump y su partido ya están preparando una póliza de seguro o “matando su puerquito a tiempo”, para culpar de fraude electoral a los demócratas y sobre todo a los inmigrantes indocumentados, en caso de perder.
Así quedó palpables por parte de los oradores de la Convención Nacional Republicana (RNC), donde hicieron de las advertencias sobre tal complot un tema destacado, reflejando esfuerzos similares en 2020 para anular los resultados electorales y privar de sus derechos a millones de votantes basándose en afirmaciones infundadas de fraude masivo.
“No podemos permitir que los muchos millones de extranjeros ilegales a los que permitieron cruzar nuestras fronteras, dañen a nuestros ciudadanos o interrumpan nuestras elecciones. No lo permitiremos”, declaró el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, republicano por Luisiana, quien presentó una demanda para anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 que fue rápidamente desestimada por la Corte Suprema.
Otros republicanos acusaron explícitamente a los demócratas de permitir intencionalmente la entrada al país de inmigrantes indocumentados para que pudieran votar ilegalmente, a pesar de que la administración Biden aprobó recientemente medidas para frenar los cruces fronterizos.
“Los demócratas decidieron cínicamente que querían los votos de los ilegales más que proteger a nuestr@s niñ@s”, señaló el vendido del senador cubano Ted Cruz, republicano por Texas.
Por su parte, el líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, Steve Scalise, republicano por Luisiana, también afirmó que los demócratas «quieren que los ilegales voten ahora que abrieron la frontera».
Tanto Cruz como Scalise participaron en los esfuerzos para anular las elecciones de 2020.
Lo patético de estas alegaciones sin fundamento y mentiras descabelladas por parte de los republicanos, es que es ilegal que l@s no ciudadan@s voten en las elecciones federales, y los casos en los que infringen la ley son extremadamente raros, menos de 5 en las elecciones de 2020 y tod@s fueron hechos a favor de Trump, y para lo cual ya se han adoptado medidas para atrapar a los infractores.
En 2016, una auditoría en Carolina del Norte encontró que 41 inmigrantes legales que aún no se habían convertido en ciudadanos votaron, de un total de 4.8 millones de votantes, y no marcaron una diferencia en una sola elección en el estado.
En 2022, el Secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, un republicano, realizó una auditoría de las listas de votantes del estado que encontró que los funcionarios electorales negaron a los 1,634 no ciudadan@s que intentaron registrarse.
Johnson reconoció a principios de este año que la teoría de la conspiración electoral “no ha sido algo que se pueda demostrar para nada”.
Eso no ha impedido que Trump incite a sus seguidores con un tono que sugiere certeza.
“Debemos utilizar todas las herramientas apropiadas para vencer a los demócratas. Están destruyendo nuestro país. Mantengan los ojos abiertos porque esta gente quiere hacer trampa y lo hacen, y francamente es lo único que hacen bien”, les ordenó en un mensaje en video a los delegados del Comité Nacional Republicano.
El senador JD Vance, republicano por Ohio, elegido vicepresidente de Trump, ha dicho que si estuviera en el lugar del exvicepresidente Mike Pence, no habría certificado las elecciones presidenciales de 2020, como exige la Constitución.
Si existe alguna conspiración organizada para subvertir las elecciones federales, son los republicanos quienes han sido sorprendidos en el acto.
En 2020, Trump y sus aliados respaldaron un «complot electoral falso» para presentar certificados fraudulentos, de siete estados, para afirmar falsamente que Trump había ganado esos estados.
No es de extrañarse que la ignorancia de los cultitas seguidores republican@s, recibieron con gritos y aplausos como si de héroes se tratarán en la convención republicana de esta semana, a dos de los arquitectos del complot, el exasesor comercial de Trump, Peter Navarro, y al ex convicto y veterano susurrador de Trump, Roger Stone.