Un árbol de Navidad resiste entre las ruinas de una iglesia bombardeada en Líbano

Por Redacción
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Este templo del siglo XVIII, que en otro tiempo fue un vibrante centro comunitario, quedó reducido a ruinas tras un ataque aéreo israelí ocurrido en octubre.

Georges Elia, un feligrés y trabajador municipal de 40 años, decidió devolver algo de esperanza a su comunidad a medida que se acercaba la Navidad, semanas después de que se estableciera un frágil cese al fuego entre Israel y Hezbollah.

“Este año, la Navidad llega con tristeza, pero no queríamos que fuera así para los residentes del pueblo y su iglesia”, explicó Elia. “Por eso, intentamos colocar un árbol, aunque sea pequeño y modesto”.

El árbol, más bajo que él, está decorado con una guirnalda brillante y coronado con una estrella. A su alrededor, los restos de candelabros de cristal cuelgan intactos sobre los bancos destruidos, mientras imágenes de papel de Santa Claus descansan entre los escombros.

Sin embargo, el árbol carece de luces porque la guerra destruyó el sistema eléctrico, y la tradicional escena de la Natividad no pudo colocarse debido al terreno inestable. “Pero, por supuesto, Cristo nace en nuestros corazones, iluminado con nuestro amor por él”, afirmó Elia.

La iglesia fue severamente dañada durante los bombardeos israelíes en el sur del Líbano, cuando el conflicto escaló de intercambios diarios de disparos a una guerra abierta. Hezbollah justificó sus ataques como solidaridad con los palestinos en Gaza, mientras que Israel afirmó buscar una zona fronteriza segura para sus ciudadanos.

El 23 de septiembre, Elia, su familia y el resto de la comunidad fueron obligados a evacuar, sumándose a los cientos de miles de desplazados en el país. El ataque aéreo que destruyó la iglesia fue el tercero en la historia reciente.

“En la invasión israelí de 1978 perdimos la pared occidental. Más tarde, en 1992, los ataques destruyeron las habitaciones residenciales”, recordó el sacerdote Maurice el Khoury, quien lleva 11 años al frente de la parroquia.

Cuando Elia regresó semanas después del cese al fuego, encontró una destrucción mayor de lo que esperaba. “Las fotos no reflejaban la gravedad de los daños”, lamentó. Por su parte, el padre El Khoury describió su impacto emocional al ver el estado del templo: “Mi presión arterial subió. Perdí el equilibrio y tuve que apoyarme en la pared. No podía comprenderlo”.

El costo estimado de restaurar la iglesia asciende a casi 3 millones de dólares, según el sacerdote. Esto se suma a la devastación generalizada de la guerra en Líbano, que según el Banco Mundial dejó casi 100,000 hogares parcial o completamente destruidos, con daños que alcanzan los 3,200 millones de dólares.

Mientras tanto, las misas dominicales se celebran en una pequeña sala subterránea que alguna vez fue destinada a alojar a obispos y sacerdotes visitantes. Aunque también sufrió daños, la sala fue reparada lo suficiente como para servir como lugar de culto temporal, donde el padre El Khoury lee a la luz de su teléfono móvil.

Durante una de las ceremonias, el sacerdote recordó a los presentes la esencia de la Navidad: “Esta sala se parece más a la cueva donde nació Jesús. Nosotros somos quienes encarnamos el nacimiento de Cristo en nuestra realidad”.

A pesar de las dificultades, la comunidad mantiene su fe intacta. “Para esta próxima Navidad, tendremos misa aquí”, afirmó el sacerdote, reafirmando su compromiso con la reconstrucción espiritual y física de su iglesia.