Por Agencias
[email protected]
Una gigantesca masa de algas que se formó en el océano Atlántico se dirige hacia las costas de Florida y otros litorales del golfo de México, amenazando con llevar montones de algas malolientes y potencialmente peligrosas a las playas y poner un gran freno a la temporada turística.
El alga, una variedad llamada sargazo, lleva mucho tiempo formando grandes floraciones en el Atlántico, y los científicos han estado siguiendo acumulaciones masivas desde 2011. Pero la masa de sargazo de este año podría ser la mayor de la que se tiene constancia, abarcando más de 8.000 kilómetros desde la costa de África hasta el golfo de México.
Según el Dr. Brian Lapointe, investigador del Instituto Oceanográfico Harbor Branch de la Universidad Atlántica de Florida, la mancha se está desplazando hacia el oeste y pasará por el Caribe y el golfo de México durante el verano boreal.
Lapointe dijo que la floración de sargazo de este año empezó a formarse antes de lo esperado y duplicó su tamaño entre diciembre y enero. La masa «era más grande en enero de lo que nunca había sido desde que esta nueva región de crecimiento de sargazo comenzó en 2011», dijo Lapointe.
«Este es un fenómeno oceanográfico completamente nuevo que está creando tal problema, realmente un problema catastrófico, para el turismo en la región del Caribe, donde se amontona en las playas hasta 1,5 o 2 metros de profundidad», agregó Lapointe.
El investigador señaló que en Barbados, la población local estaba utilizando «1.600 camiones de volteo al día para limpiar las playas de estas algas y hacerlas aptas para los turistas y el ocio».
Qué es el sargazo
Sargazo es un término comodín que puede utilizarse para referirse a más de 300 especies de algas de color café claro, aunque Sargassum natans y Sargassum fluitans son las dos especies más comunes en el Atlántico.
El alga tiene sus ventajas cuando se encuentra a la deriva en el mar.
«Este hábitat flotante proporciona alimento y protección a peces, mamíferos, aves marinas, cangrejos y otros», según el sitio web Sargassum Information Hub, que es un proyecto conjunto de varias instituciones de investigación. «Sirve de hábitat crítico para las amenazadas tortugas bobas y de zona de cría para una variedad de peces de importancia comercial como el dorado, el jurel y el esmedregal».
Los problemas surgen cuando el sargazo llega a las playas, creando montones que pueden dificultar físicamente la navegación, y emitiendo un gas que puede oler a huevos podridos. Y puede pasar rápidamente de ser una ventaja a una amenaza para la vida oceánica.
«Llega en cantidades tan grandes que básicamente absorbe el oxígeno del agua y crea lo que llamamos zonas muertas», explica Lapointe. «Normalmente son hábitats de cría para la pesca… y una vez que carecen de oxígeno, hemos perdido ese hábitat».
El sargazo también puede ser peligroso para la salud humana, señaló Lapointe. El gas que desprenden las algas en descomposición, sulfuro de hidrógeno, es tóxico y puede causar problemas respiratorios. Las propias algas también contienen arsénico, lo que las hace peligrosas si se ingieren o se utilizan como abono.
«Hay que tener mucho cuidado al limpiar las playas», advirtió.
La limpieza de los montones de algas vertidos en las playas también cuesta millones de dólares, señala el Sargassum Information Hub.
Por qué hay un problema de sargazo en 2023
Al igual que las plantas y los cultivos en tierra, la proliferación de algas puede variar de un año a otro en función de factores ecológicos, afectada por cambios en los nutrientes, las precipitaciones y las condiciones del viento, explica el Dr. Gustavo Jorge Goni, oceanógrafo del Laboratorio Oceanográfico y Meteorológico del Atlántico de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
Asimismo, las corrientes marinas pueden alterar el crecimiento anual del sargazo y su acumulación, añadió Goni. El fósforo y el nitrógeno del mar también pueden servir de alimento a las algas.
Esos elementos pueden verterse al océano desde los ríos, que ganan concentraciones de fósforo y nitrógeno por las actividades humanas, como la agricultura y la producción de combustibles fósiles, según la Agencia de Protección del Medio Ambiente.
Por ahora, los investigadores están estudiando formas de impedir su impacto en las playas, posiblemente hundiendo las algas en el fondo del océano o recolectándolas para utilizarlas en productos comerciales como el jabón, explica Goni.
Goni también advierte que la investigación sobre estas acumulaciones de sargazo es nueva, y es probable que la comprensión de los científicos de cómo crece el alga cambie con el tiempo.
«Lo que creamos saber hoy puede cambiar mañana», dijo.