Por Redacción
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La explosión de una pipa de gas en el puente de La Concordia en Iztapalapa cumple una semana y ya deja 20 muertos y 31 heridos. Decenas de familias permanecen afuera de hospitales en espera de noticias, entre el dolor por las pérdidas y la esperanza de una recuperación.
Víctimas que luchan por sobrevivir

El conductor Erick Vicente Acevedo permanece en estado crítico con quemaduras en todo el cuerpo. Su hermano Daniel, quien no se ha separado del hospital, pide que se reconozca como héroe a Erick por intentar salvar a otras personas momentos antes de la explosión. La familia, de origen humilde, dejó de trabajar para acompañarlo y reclama más apoyo económico pese a un cheque de 20,000 pesos recibido del Gobierno capitalino.
En otra cama del Hospital Rubén Leñero se encuentra María Salud Juaurrita, ama de casa de 59 años, con quemaduras en el 60% del cuerpo. Su hijo Manuel describe a su madre como un “símbolo de fuerza y coraje”, tras difundirse un video donde corre para escapar de las llamas. Aunque su evolución es más favorable, la familia enfrenta la incertidumbre sobre el largo proceso de recuperación y los costos médicos.

Las dos familias, que se conocieron a raíz del siniestro, ahora comparten palabras de aliento en medio de la espera.
“Solo entre nosotros entendemos lo que estamos sintiendo”, dice Manuel.
Debate sobre seguridad y transporte de materiales peligrosos

El Gobierno capitalino confirmó que el número de fallecidos asciende a 20, mientras 31 personas siguen hospitalizadas. Según la Fiscalía de la Ciudad de México, la principal hipótesis apunta a exceso de velocidad del conductor de la pipa, identificado como Fernando Soto Munguía, quien murió tras el accidente.
Especialistas advierten que las quemaduras prolongan la tragedia, ya que los pacientes pueden parecer estables al inicio y fallecer días después por complicaciones internas. El doctor Gerardo Leyva, experto en cicatrización de la UNAM, subrayó que el riesgo de infecciones y enfermedades previas como diabetes u obesidad complican aún más la recuperación.

Las imágenes de las llamas, que alcanzaron más de 30 metros, reavivaron el debate sobre el transporte de gas y otros materiales peligrosos en zonas densamente pobladas. La jefa de Gobierno, Clara Brugada, anunció la elaboración de un protocolo para regular qué mercancías pueden circular y bajo qué condiciones. Vecinos de la zona señalaron el mal estado del pavimento, aunque las autoridades lo descartaron como causa del siniestro.
