Por Agencias
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La selección de Lorenzo venció a Uruguay a pesar de jugar en inferioridad desde el primer tiempo. James Rodríguez sumó una nueva asistencia para llegar a la final.
Colombia jugará la final de la Copa América después de derrotar a Uruguay en un partido que se decidió en un tiro de esquina botado por James Rodríguez y rematado a la red por Lerma. El mediapunta sumó su sexta asistencia en el torneo, una cifra nunca antes alcanzada en el torneo, y volvió a resultar decisivo. La selección cafetera supo sufrir en inferioridad numérica desde la primera mitad ante un rival que no encontró el camino al arco en ningún momento. Valverde lideró la medular, Darwin se mostró errático y Suárez contó con la más clara en un disparo al poste.
La selección de Néstor Lorenzo arrancó con fuerza y pronto empezó a generar a partir de Muñoz, el lateral diestro del Crystal Palace que ha sido clave en el camino de su selección. Aprovechó el esquema de tres centrales que planteó Bielsa para hacer sufrir a Maxi Araújo. Sin embargo, las ocasiones claras llegarían con la verticalidad de la Celeste y con Darwin Núñez como protagonista. Contó con hasta tres remates francos pero en todos ellos se quedó muy lejos de anotar.
La tensión creció poco a poco con duelos intensos en el centro de la cancha y nadie le ponía pausa a la pelota. Uruguay se sentía más cómodo en ese contexto pero todo cambió cuando Bentancur tuvo que dejar la cancha lesionado a causa de una entrada de Olivera, su propio compañero, en un lance contra Arias. Bielsa dio entrada a Varela y recupera la línea de cuatro en la zaga.
Heroica Colombia hacia la final
Colombia aprovechó ese momento de desconcierto en el rival para combinar con mayor criterio, con la omnipresencia de Ríos y las llegadas de sus laterales. Ahí llegó un tiro de esquina en el que James sirvió una pelota perfecta al segundo palo para que Lerma rematase con contundencia. El ‘10′ no había estado preciso en los primeros envíos pero aquí no perdonó.
Antes del descanso llegó la acción que marcó el resto del encuentro. Ugarte pellizcó a Muñoz en el costado y el defensor colombiano, que ya había visto la amarilla, golpeó a su rival con fuerza desmedida. El juez de línea avisó de la acción y de inmediato el colegiado le mostró la segunda amonestación para dejar a Colombia en inferioridad.
En la segunda mitad el partido se ensució aún más cuando Ríos sufrió una lesión en la rodilla. Primero el colegiado no le creyó y mandó seguir pero después abandonó el juego en camilla en una acción que mantuvo el partido detenido durante demasiados minutos. Colombia perdía a uno de sus grandes valores en el centro de la cancha y Uruguay no dejaba de ganar metros y mostrarse más ambicioso, sobre todo cuando Luis Suárez saltó a la cancha.
El veterano delantero de Inter Miami se erigió en claro protagonista con movilidad constante y apariciones de peligro. De hecho, contó con un remate a la madera y otros cuantos acercamientos que no pudo culminar por poco. En el área contraria también un heroico Luis Díaz quedó a un paso de finalizar un favorable contragolpe. En el cuarto de hora final el del Liverpool quedó en solitario en la punta del ataque cuando Mina entró por Córdoba y aun así se bastó para recibir balones y dar un oxígeno vital a sus compañeros.
La selección charrúa fue incapaz de mover la pelota con criterio y cierta calma para encontrar los espacios. El tramo final resultó caótico y Colombia resistió con enorme fiabilidad -e incluso Uribe pudo sentenciar con dos remates en bandeja- en un tiempo de añadido de siete minutos que supuso un suplicio para la hinchada que llenó el estadio y que celebró el pase a la final como se merece. Después del festejo tocará pensar en la recuperación y las importantes bajas que puede tener el equipo de cara a la final.
