Vacaciones activas para los niños

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sé Saleta, es un experto en la educación e intérprete en el SBUSD, además de padre de familia./EL LATINO

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Parece increíble que ya esté terminando el año escolar, las escuelas ya están preparando las graduaciones y los alumnos del último año de las preparatorias locales ya han celebrado sus “prom”.

En unas dos semanas la mayoría de los estudiantes estarán de vacaciones, eso quiere decir, en muchos casos, que tendrán mucho tiempo en sus manos, lo cual puede ser también un problema para los padres: si son muy jóvenes, porque no deben quedarse solos en casa sin supervisión, ni pasarse todo el día frente a una pantalla, y si son más mayores, porque deberían irse acostumbrando a hacer algo productivo con su tiempo.

El verano debería ser un periodo de enriquecimiento, en el que los estudiantes aprovechan para explorar, tener nuevas experiencias, aprender de forma distinta que durante el resto del año, sin la presión de los exámenes o de tener que cubrir un temario.

En este artículo me gustaría dar unas sugerencias sobre algunas de las cosas que los jóvenes en edad escolar, especialmente los estudiantes de primaria, pueden aprovechar para hacer durante el verano.

Es posible que la escuela se ponga en contacto con usted para indicarle que su hijo/a debe ir a la escuela de verano.

Si ese es el caso, quiere decir que su hijo/a no ha alcanzado los estándares de su grado, con lo que necesita ir a clase una parte del verano para ponerse al nivel que le corresponde por su edad.

La escuela de verano, aunque es un sacrificio para el estudiante, es necesaria para que no se retrase.

Tampoco le ocupará todo el verano, apenas unas horas al día durante unas semanas.  Para los que no tienen escuela de verano, en Santa Bárbara tenemos una enorme variedad de opciones de campamentos de verano.

Los hay “temáticos”, en los que todas las actividades van a girar alrededor de un tema (arte, teatro, robótica, naturaleza, programación de computadoras, ciencias, escritura, algún deporte, actividades marinas, etc.) y otros más generales, en los que a lo largo del día y en los distintos días de la semana van haciendo distintas actividades, como ir a la alberca, excursiones, juegos, lectura, deportes, etc.

En cuanto a la duración, también hay gran variedad: los hay que duran sólo medio día y los hay de día completo, donde los niños pueden estar desde las 7:30 u 8 de la mañana hasta las 5:30 o 6 de la tarde.

Los precios también pueden variar mucho, y si pensamos en que los más baratos pueden costar del orden de $130 por semana por niño(a), puede hacer falta un presupuesto considerable para campamentos a lo largo del verano.

Tenga en cuenta que muchos de estos campamentos ofrecen becas para familias elegibles por ingresos, así que no deje de preguntarlo antes de decidir que no puede pagarlo.

Entre los campamentos “de día” o generales, también hay gran variedad.  Pida que le enseñen un calendario semanal para ver qué actividades realizan a lo largo de la semana o en un día “típico”.

A la hora de elegir un campamento se deben tener en cuenta varias cosas: en primer lugar, que las actividades sean atractivas para los niños.

Por ejemplo, no tiene caso apuntar a nuestro hijo a un campamento de fútbol si no le gusta este deporte, por mucho que nosotros queramos que aprenda a jugar.  Probablemente lo que va a suceder es que va a salir del campamento odiándolo, y lo digo por experiencia propia.

También es bueno intentar enterarse de la reputación del campamento, si la organización lleva ya muchos años organizando el campamento y se llena año tras año, probablemente es porque los niños que han ido un año quieren repetir al siguiente, y eso siempre es buena señal.

Otro dato importante que puede preguntar a los organizadores es cuántos niños participantes hay por adulto.

Si el número es muy alto, quiere decir que la supervisión de los niños, y por lo tanto su seguridad, no va a ser tan buena.

Típicamente, los encargados que estarán en contacto con los niños suelen ser jóvenes universitarios o incluso adolescentes.

Es importante enterarse de cómo se seleccionan y qué clase de entrenamiento reciben estos jóvenes, porque aunque en general los niños se pueden relacionar muy bien con adolescentes o adultos jóvenes, éstos necesitan tener un cierto grado de madurez y preparación para poder tratar con los niños de forma positiva.

También debe asegurarse de que las instalaciones sean adecuadas, seguras y estén bien mantenidas.

Por último, no deje de hacer todas las preguntas que tenga.

Además de los campamentos, no se olvide de otras actividades que los niños deben seguir haciendo cuando no tienen escuela, como la lectura,  y siempre intente hacer tiempo para organizar actividades y pasar tiempo con sus hijos, ahora que ellos están disponibles.  ν

José Saleta, es un experto en  la educación e intérprete en el SBUSD, además de padre de familia.