Por Redacción
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Al menos 70 personas murieron en Haití tras un ataque de un comando armado vinculado a la banda criminal Gran Grif en la localidad de Pont Sond, en el departamento de Artibonito.
El ataque ocurrió pocos días después de que Estados Unidos y la ONU impusieran sanciones al líder del grupo, Luckson Elan, lo que ha generado preocupación por el incremento de la violencia en el país.
Las incursiones del grupo criminal comenzaron el jueves, según denunció la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en lo que se describe como una nueva ola de violencia que azota al país. “Estamos horrorizados por los ataques de pandillas”, declaró el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Thameen Al-Kheetan, en un comunicado difundido el viernes.
De acuerdo con la ONU, miembros de la banda Gran Grif utilizaron rifles automáticos para disparar contra la población civil, matando a al menos 70 personas, incluidas unas 10 mujeres y tres bebés. Al menos 16 personas resultaron gravemente heridas, incluidos dos pandilleros durante un enfrentamiento con la policía haitiana. Los atacantes incendiaron al menos 45 casas y 34 vehículos, obligando a los vecinos a huir de sus hogares.
Ante la gravedad de los hechos, Naciones Unidas solicitó una mayor asistencia financiera y logística internacional para apoyar la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití, aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU. “Es crucial que las autoridades lleven a cabo una investigación rápida y exhaustiva sobre este ataque, hagan rendir cuentas a los responsables y garanticen reparaciones para las víctimas y sus familias”, señaló Al-Kheetan.
La situación de inseguridad en Haití es crítica desde hace años, con el crimen organizado desafiando la autoridad del Estado. La fragilidad de las instituciones se profundizó tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, lo que resultó en un colapso estatal. Desde abril de este año, el Consejo Presidencial de Transición se encarga de liderar el país hacia unas eventuales elecciones. No obstante, la lucha contra la violencia y el caos sigue siendo un obstáculo fundamental para cualquier intento de estabilización y avance democrático.
El ataque reciente en Pont Sond, según expertos, no tiene precedentes en la escala del terror sembrado. Además, se produce a pesar de la presencia en el país, desde junio, de unos 400 efectivos de la misión multinacional de seguridad liderada por Kenia. Estados Unidos y la ONU anunciaron sanciones contra el líder de la banda, Luckson Elan, días antes del ataque, lo cual podría haber desencadenado esta violenta respuesta de la organización criminal.
El colapso de la seguridad en Haití se debe en gran parte a la expansión de grupos armados que se disputan el control de amplias zonas del país, particularmente en la capital, Puerto Príncipe, y sus alrededores. El enemigo público número uno es Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”, un expolicía que lidera la Federación G9, una coalición de pandillas de la ciudad.
Según la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (BINUH), al menos 1.379 personas fueron víctimas de la violencia de las bandas armadas en Haití, entre muertos y heridos, durante el segundo trimestre de 2024. Esta cifra eleva a casi 3.900 las víctimas en el primer semestre del año. En 2023, la violencia causó un total de 8.000 víctimas, entre muertos y heridos, de acuerdo con cifras de la ONU.
Ante este panorama, la comunidad internacional enfrenta el reto de responder con acciones efectivas para frenar la escalada de violencia y apoyar al pueblo haitiano en su búsqueda de paz y estabilidad.