Por Agencias
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Tras dos ausencias, LeBron volvió a jugar con los Lakers, que se olvidaron del desastre sufrido en Oklahoma y volvieron a ganar. Ricky, 18 puntos.
Los Lakers vuelven a ganar.
La volubilidad del equipo de Frank Vogel va a ser manifiesta y la regularidad va a brillar por su ausencia.
Pero será, al fin y al cabo, la parte más divertida de la situación: los angelinos, con la plantilla que tienen, van a ser analizados desde muchos prismas y van a pasar de ser el hazmerreír de la NBA, a máximos favoritos.
A buen seguro que por todas esas fases pasará un equipo al que siempre se le exige, por historia e idiosincrasia, el anillo.
Y que tiene una ingente cantidad de nombres conocidos que buscan, dependiendo a quién le preguntes, la redención o la reivindicación.
Y los Lakers, que se han impuesto a los Cavaliers, no han disipado las dudas que generaron ante los Thunder en Oklahoma.
Pero como son capaces de ganar a cualquiera y de perder contra todo el mundo, ayer eran el ridículo y mañana serán… en fin, lo que les toque ser.
En el Staples y ante su público, uno siempre frío, más pendiente de parecer que de ser, todo iba encaminado a una nueva derrota.
Quizá no en forma de desastre, ante uno de los equipos emergentes de la temporada, pero uno que dominaba por 9 puntos (66-75) a mediados del tercer cuarto.
Los Lakers, con LeBron de vuelta en la alineación, no tuvieron ningún hundimiento tan soberano como en ese último cuarto ante los Thunder, en el encuentro se convirtió en un ejercicio de esfuerzo constante, o eso parecía, por perder.
Los Lakers, a trompicones y con tiempo muertos mediante, consiguieron desperezarse, hacer los ajustes defensivos necesarios y apretar en ataque para darle la vuelta al marcador en el último cuarto, en el que dejaron a sus rivales en 16 pírricos puntos y anotaron los tiros liberados para abrir una ventaja paulatina que les permitió afrontar con tranquilidad los minutos finales del duelo.
La mera presencia de LeBron transmitió tranquilidad en un partido que tuvo 8 cambios en el marcador y 9 empates.
El Rey se fue a 26 puntos y 8 asistencias, y arregló una actuación desastrosa desde el triple (1 de 10) con una buena primera parte y grandes momentos de conexión con Russell Westbrook, especialmente en transición.
Russ, por cierto, acabó en 19 tantos, con 6 rebotes y 5 asistencias, no perdió la cabeza como ante los Thunder, tuvo una buena selección de tiro (8 de 13, con solo un intento de triple con éxito) y no se cebó al final.
Frank Vogel sigue probando cosas y dio minutos contados a DeAndre Jordan y Dwight Howard, que no evitaron la sangría de alley oops del rival.
Malik Monk tan solo disfrutó de 5 minutos y Rajon Rondo se quedó fuera de la rotación.
Otra novedad en forma de cambio llevada a cabo por un técnico que sigue intentando que todos los engranajes funcionen a la perfección.
Y todo, sin quitar minutos a las grandes estrellas (las de hoy y las de ayer), con un Carmelo Anthony que es de las mejores noticias del equipo en este inicio de curso: 24 puntos, 5 rebotes, 9 de 12 en tiros de campo y 6 de 8 en triples. Partidazo.
En el aniversario, por cierto, de su debut; y el de LeBron.
18 años han pasado. Se dice pronto.
Los Cavaliers duraron lo que duraron.
Aguantaron bien, estuvieron todo el rato por delante, hicieron gala de sus grandes virtudes y redujeron al máximo sus defectos.
Buen partido de Evan Mobley (23 tantos, con 10 de 16 en tiros), 17 puntos de Lauri Markkanen y 18, con 11 asistencias, de Darius Garland.
Collin Sexton no tuvo su día y Jarrett Allen fue intermitente, pero Ricky Rubio lo redondeó todo desde el banquillo: otros 18 tantos para el base español, que fluctúa entre la titularidad y el banquillo pero es el líder de la segunda unidad y el referente espiritual e intelectual de un grupo joven que se fija en él.
Lo Cavaliers se hundieron en los últimos 12 minutos, ahogados por la defensa rival y con una pájara en ataque antológica: 4 de 18 en todo el periodo, con 3 de 9 en triples.
Muy mala gestión de recursos en los instantes finales, en los que permitieron demasiados tiros liberados.
Pero buen duelo en los tres primeros periodos, algo que se puede llevar en positivo un equipo que se encuentra en un punto distinto al de los Lakers.
Que vienen, van, te llevan, te atrapan, enfadan, alegran, se levantan y vuelven a caer.
Por todas esas fases pasarán los Lakers este año.
Solo falta por ver si también pasarán por la fase de la victoria final.
Ahí está, claro, la clave. Para variar.