Por Carlos Hernández
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Luego de la ola de violencia que ha golpeado a la población de ese lugar, estos preocupados padres, se han dado a la tarea de unir recursos, pero sobre todo fuerzas para detener una situación, que como mucho de ellos llaman se está saliendo del control de las autoridades públicas y educativas.
Que mejor ejemplo de este grupo, ya que muchos de los padres que se organizaron para crear la Coalición de Padres de la Comunidad de Santa María, son padres que no son golpeados por el problema de tener hijo(a)s en las pandillas.
Por sí fuese poco, su filosofía ojala sirva para que otras ciudades y entidades en toda la Costa Central la copien, ya que la Coalición se enfocará en la creación de una Escuela para padres, en el sentido más exacto de la palabra.
Así, expertos de todos los ámbitos podrán ayudar a miles de padres de la zona, que no tienen ni idea, ya sea porque les tocó ser padres sin esperarlo, o simplemente tienen una mentalidad y ejemplo que les dieron sus padres y abuelos de cómo se deben criar los hijos.
También están en ese grupo que se beneficiarán, aquellos padres, que les guste o no, son irresponsables con sus hijos. Esos papás y mamás que no les dedican el tiempo necesario a sus pequeños y adolescentes, ni mucho menos muestras de cariño y afecto.
Luego de escribir decenas de artículos sobre las pandillas, y si bien las acciones de estos grupos no las apruebo en lo absoluto, lo bien es cierto que esos chicos y chicas, se unieron a esos grupos criminales por la soledad que vivían en sus hogares.
Padres que sólo quieren llegar a ver el fútbol, una película en la noche, o salir con sus amigos como si estuviesen solteros, madres que sólo se interesan en ver la novela, revisar su Factbook, hablar con amistades y familiares en otros estado o países, pero a ambos, se les olvida lo principal: sus hijos.
Esos hijos que nunca pidieron nacer, que son una consecuencia de la responsabilidad o irresponsabilidad de dos seres humanos adultos.
El cuento, que mucho trabajan y por eso no les pone atención, es un argumento trillado y débil.
He visto como madres y padres solteros, sin la ayuda de nadie más, se las ingenian para tener más de un empleo y darle un ejemplo de lucha, integridad y respeto a sus hijos.
El resultado: hijo(a)s que a pesar de la falta de recursos económicos son excelentes estudiantes, que asisten y se gradúan de las mejores universidades… saben por qué?
Simplemente porque a cambio de darles un “tablet”, como hacen muchos para quitarse de encima a los niños, a los exitosos jóvenes les enseñaron a valorar lo poco que tenían, y sobre todo el esfuerzo y amor sobrehumano que sus padres y/o madres pusieron en su formación.
Como me decía mi madre, “querer es poder”, y eso se aplica en cualquier aspecto de vida, así que si se quiere ser buen padre o madre, a pesar de los obstáculos que nos da la vida, se puede lograr… ya unos padres en Santa María lo tratan de hacer.
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Carlos Hernández es el editor de El Latino y un periodista con una amplia experiencia en periodismo. Ha sido corresponsal internacional en Atlanta, Nueva York y California de agencias de noticias como EFE de España y la Associated Press.