Por Paco Nolasco
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En la edición anterior Sergio Ortega, autor del libro “Así Fue” en donde narra las experiencias que vivió al lado del “Divo de Juárez”, declaró varios aspectos interesantes del compositor y cantante. .
En ésta continuamos con la interesante platica en donde cuenta más de “Juan Gabriel” el artista y del ser humano “Alberto Aguilera Validez”, verdadero nombre del compositor y cantante.
ELLAT: ¿Cómo es un día con Juan Gabriel?
SO: “Se levanta y lo primero que hace es echarse es un gritote, pero fuerte; dice que eso lo hace para abrir la garganta. Después anda cante y cante por todos lados. Hay dos tipos de temporadas dentro de su vida privada. Una cuando está de gira y otra cuando no lo está. Cuando anda de gira, no salíamos a ningún lado; no había tiempo ni de hablar, ni pasear; nada. La mayor parte del día está encerrado: Cuidándose la garganta, pero cuando ya estábamos fuera de temporada de trabajo era de andar de bazar en bazar comprando muebles o casas y películas que por cierto le encanta hacer eso. No tienen ni idea de cuantas posee. Son muchas, sobre todo de Cantinflas y María Félix, le fascinan mucho las de estos personajes”.
ELLAT: ¿Es codo o esplendido?
SO: “De repente… es que… es muy especial, pero de que tiene dinero y lo gasta sí. Goza gastándolo y dándose sus gustos. No se mide”.
ELLAT: ¿Cuál fue el mejor regalo que te dio?
SO: “Yo creo que haber llegado a conocerlo. Mencionar algo especial no podría, porque fueron muchos los obsequios. Por ejemplo me regaló un concierto el día de mi cumpleaños en León y otro en Acapulco. Me regaló también su guitarra personal con un valor aproximado de $15 mil dólares. Me dejó entrar a su casa con su familia, conocer a su esposa, a la señora Salas, a sus hijos y a convivir con ellos. A los verdaderos hijos, entre ellos al verdadero ‘Iván Gabriel’”.
ELLAT: ¿Cómo se alimenta? ¿Qué come?
SO: “Con respecto a la comida no permite que en su casa se coma algo que tenga, como dice él, cara o cola o productos derivados de los animales como huevo o leche. Le da asco. No le gusta comer animales porque me dijo que cuando era niño le regalaron un gallito al que quería mucho y lo cuidaba. Un día que regresó de la escuela preguntó por el gallo, pero ya estaba cocinado. Empezó a llorar y sus papás lo obligaron a comérselo a pesar de que el animal él lo consideraba su amigo. Desde entonces dice que inició el disgusto por el consumo de carne”.
ELLAT: ¿Qué aprendiste de Juan Gabriel?
SO: “De Juan Gabriel aprendí la creatividad”
ELLAT: ¿Y de Alberto Aguilera?
SO: “De él a cómo crear un personaje como Juan Gabriel. Cómo se tiene que comportar y cómo tiene que ser detrás del escenario para lograr un objetivo”.
ELLAT: ¿Entonces es verdad que tiene dos personalidades?
SO: “La verdad sí; es como… no quiero decir bipolar. Es muy especial. Por ejemplo; no podemos esperar que ‘El Chapulín Colorado’ sea igual que Roberto Gómez Bolanos. Existió uno, diferente del otro. Es el mismo caso de Juan Gabriel no vive las tres horas que pasa en el escenario igual que en su casa… comoe, se enoja, se baña como cualquiera de nosotros…”
ELLAT: ¿Pero si se baña, o nó?
SO: “No, no. Si. Si se baña. No demasiado, pero si se baña”, contesta entre risas.
ELLAT: ¿Cuánto tiempo estuviste a su lado. Lo contaste o estabas tan fanatizado que el tiempo no te importaba?
SO: “La verdad no sentí pasar el tiempo; pienso que han pasado como cuatro meses desde esa época y la verdad ya hace 15 años de todo esto”.
ELLAT: ¿Te arrepientes haber vivido con él?
SO: “De lo único que me podría arrepentir es de no haber estado más tiempo a su lado, pero también creo que fue lo justo. Que todo lleva un ciclo, pero si me hubiese gustado vivir un poco más con él”.
ELLAT: ¿Haber estado con el fue la mejor etapa de tu vida?
SO: “La mejor época de uno como ser humano es la que desea ser. Me siento satisfecho de haber estado con él y de haber terminado y cerrado ese ciclo. Porque también quiero avanzar. Quiero hacer otras cosas. No me gustaría estar hablando toda la vida de Juan Gabriel, tengo varios proyectos y muchas cosas por realizar. Por supuesto que le agradezco las enseñanzas que tuvo a bien proporcionarme. Porque ya después de que lo conocí mi vida cambio, pero también; si esa noche que lo ví no me hubiera invitado irme con el a los Estados Unidos igual mi vida ya no hubiera sido la misma. Habría sido diferente, el destino me llevó a otra dimensión y no puedo regresar el pasado. Fue muy bonito, significativo y tuve la fortuna de que me tocó a mí. Por eso quiero compartir con la gente mi experiencia por medio de mi libro”.