«Aguas» con el agua

Parece mentira pero la gran, gran, gran mayoría del agua que existe en la tierra no se pierde; solamente cambia de lugar./ARCHIVO

«Aguas» con el agua

Javier-webPor Javier Rivera
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Oiga usted, sí, usted, le estoy escribiendo justamente a usted que ahorita mismo está leyendo esta columna.

¿Cómo ve que al fin llovió en Santa Bárbara? Ya era hora ¿no?

Ya necesitábamos que lloviera, lo malo es que llovió muy poquito.

Ya sé que algunos y algunas se habrán quejado de la lluvia: que el tráfico, que los charcos, que el peinado, pero a cambio de esas pequeñeces las plantitas revivieron aunque sea por un ratito y el Lago Cachuma recibió un poquititito de agua.

¿Alguna vez se ha preguntado a dónde se va el agua?

Parte del agua se filtra por la tierra muy, muy hondo y a veces hasta forma ríos subterráneos que van a dar al mar.

Otra parte es consumida por las plantas que la usan para convertir la energía del Sol en nutrientes para ellas y para nosotros.

Otra parte es consumida por los animales y humanos, aunque regresamos mucha en forma de sudor u orina.

Y otra parte se evapora y forma nubes que, cuando están de buenas, dejan caer el agua en forma de lluvia, nieve o granizo.

Parece mentira pero la gran, gran, gran mayoría del agua que existe en la tierra no se pierde; solamente cambia de lugar.

Del lago o mar a las nubes, de la lluvia a las plantas o animales y después otra vez a la tierra.

Parece mentira pero la gran, gran, gran mayoría del agua que existe en la tierra no se pierde; solamente cambia de lugar./ARCHIVO
Parece mentira pero la gran, gran, gran mayoría del agua que existe en la tierra no se pierde; solamente cambia de lugar./ARCHIVO

De toda el agua que tenemos, una parte pequeña se pierde cuando las plantas y animales la convierten en nutrientes.

Pero al mismo tiempo, se crea un poco de agua nueva en procesos naturales como por ejemplo cuando respiramos (el vaporcito que sale de nuestras bocas).

A final de cuentas quedamos con la misma cantidad de agua.

Aquí, sin embargo, está lo asombroso… el agua que existe en todo nuestro planeta siempre ha sido la misma (con una pequeña excepción).

La misma agua; muy poca se destruye y muy poca se crea, sólo cambia de lugar.

Esta es la misma agua que los dinosaurios bebían mientras se asoleaban; la misma agua que usaron los Aztecas para bañarse y la misma agua que Pancho Villa tomaba cuando cruzaba los desiertos de Chihuahua.

La mismita agua.

Después que Villa se la tomó, la orinó, se evaporó, llovió, fue a dar a un lago donde se quedó muchos años hasta que alguien la sacó y la embotelló para que usted se la tomara.

¿Se imagina? ¡Algunas gotitas del agua que se tomó hace rato, pudieron haber formado parte de la orina de un dinosaurio hace millones de años!

Si hoy estamos sufriendo por la falta de agua es porque muchísima está dentro de tantos animales de crianza como reses, puercos, etc y también dentro de tantos humanos.

Y mucha se ha ido escurriendo al oceáno y se ha convertido en agua salada.

Nos estamos acabando el agua disponible que existe en lagos, ríos y reservas subterráneas. No es que exista menos agua, el problema es que cada día es más difícil conseguir agua potable. Esa es la que se está acabando.

Hace unos días disfrutamos de un poco de lluvia y ojalá siga lloviendo. Pero aunque llueva durante muchos días, de todos modos tenemos que cuidar nuestra agua, sino al rato ni pipí vamos a hacer.