Por Paco Nolasco
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Con una vasta experiencia en el mundo de la música la cantante Alma Roldán, a quien también se le conoce como ‘La Chaparrita de México’, sigue trabajando arduamente para dar a conocer su talento y demostrar que su verdadera vocación es ser la mejor de las interpretes.
Como suele suceder con los grandes interpretes Alma Roldán desde que tiene uso de razón fue atraída por el arte.
Recuerda con nostalgia su niñez cuando solía jugar con sus hermanas y primas a montar un escenario en donde los cepillos y los peines hacían la función de micrófonos.
Cuando ingresó a la primaria puso especial interés en las festividades escolares como las clásicas competencias de oratoria, declamación, canto y bailes regionales además de los concursos de canto.
Fue precisamente en el sexto año de primaria cuando participó en un concurso escolar efectuado en un lienzo charro donde interpretó a capela el mexicanísimo tema “México Lindo y Querido” descubriendo que el canto seguía siendo su verdadera vocación.
Fue tanto el sentimiento que le imprimió a la melodía que, de acuerdo a sus palabras, las lágrimas brotaron de sus ojos, pero eso no fue todo porque en ese lugar se encontraba uno de los máximos interpretes de la música ranchera; Tito Guizar quien embelesado por su talento se levantó de su asiento para aplaudirle con mucha emoción al igual que los demás ahí presentes.
“Sentí algo indescriptible en mi corazón cuando escuché las ovaciones del público. Parecía como que estuviera volando”, declaró en una ocasión ante los medios de comunicación la interprete agregando; ‘y por si fuera poco: Se acercó a mi don Tito Guizar y me dijo; ‘eres un orgullo para México, tienes una gran voz y serás la artista más importante de nuestro país. ¡Tenlo por seguro!’. Posteriormente me dio un fuerte abrazo en medio de los aplausos de los asistentes que me hizo seguir llorando de emoción y alegría”.
Ya en la secundaria, Alma Roldán dedicó mucho tiempo a los estudios, pero también al canto inscribiéndose en el coro de la escuela.
En una ocasión, cuenta Roldan, interpretaba, junto a sus compañeros, el Himno Nacional Mexicano y la maestra que dirigía el coro pidió que lo cantara sola. “Quedó tan satisfecha con los resultados que se comprometió a enseñarme solfeo, vocalización y canto durante el recreo”, comparte “La Chaparrita”.
Inquieta y con más experiencia en el escenario decidió inscribirse en el concurso de canto que se organizaba en el programa de televisión en “Familia con Chavelo”.
La audición se la hizo el director de música Ángel Jalili a quien también impresionó por su maravillosa voz resultando ganadora del concurso que la hizo acreedora a una serie de regalos entre los que destacaron una avalancha.
Después de lo anterior pidió una oportunidad en el clásico programa de televisión Siempre en Domingo en donde también impresiona al director de la orquesta del programa Gustavo Pimentel quien la invita a formar parte de su agrupación.
Así inician las presentaciones personales que desgraciadamente duran muy poco porque su papá recibe una oferta de trabajo que la obliga a cambiar de residencia abandonado el Distrito Federal para ir a radicar al estado de Guanajuato en donde Alma conoce al baterista de una agrupación cuyo nombre es “Cereza” quien después de escucharla cantar la invitan a formar parte de la banda.
Con la autorización de su papá ingresa al conjunto compartiendo el escenario con agrupaciones de la talla de ‘Los Bukis’, ‘Las Estrellas de Plata’ y el ‘Grupo Renacimiento 74’, por mencionar sólo algunos.
Como todo artista Alma Roldán es muy inquieta y un día decide buscar nuevos horizontes emigrando a este país estableciéndose en Phoniz Arizona. Obviamente lo primero que hizo fue buscar empleo a la vez que participaba en varios concursos de aficionados llevándose los primeros lugares logrando destacar por su talento.
Otra de las experiencias de la cantante es que poco a poco la gente la fue conociendo como “La Chaparrita de México”, mote que en la actualidad sigue conservando.
Después de vivir unos meses en la ciudad de Phoenix sintió la soledad a la vez que la invade la nostalgia y decide regresar a la ciudad de México para incorporarse al grupo ‘Los Broncos’ y hace una larga temporada en el conocido restaurante ‘Los Tres Potrillos’ ubicado en la colonia Cuauhtemoc.
Con mucho esfuerzo y dedicación logra relacionarse artísticamente con el maestro Antonio Flores quien le graba unos temas para una conocida compañía discográfica.
Desgraciadamente Flores pasa a mejor vida y la producción nunca sale a la venta.
Pero eso no desanimo a la intérprete quien actualmente trabaja duro para dar a conocer lo que será su próximo disco como producción independiente que muy pronto saldrá a la venta.