Por Agencias
[email protected]
Joe Biden se subió al podio para pronunciar su discurso del Estado de la Unión el martes por la noche en lo que debería haber sido un momento cumbre de su presidencia.
En repetidas ocasiones ha vencido a los vientos en contra con una serie de logros legislativos y un resultado históricamente bueno en las elecciones intermedias en las que los demócratas conservaron escaños. Su firme apoyo a Ucrania ha sido elogiado. Y la nube de la pandemia de COVID-19 se ha disipado.
Pero el martes por la noche, se enfrentó a un problema que lo ha acechado desde años: Las dudas.
Las encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses ignoran sus éxitos y desaprueban de su gestión. Incluso entre los demócratas hay quienes dudan sobre si debe postularse para la reelección ante las inquietudes por su edad.
Todo se acumuló en un momento de alto riesgo para Biden, proporcionándole su última y mejor oportunidad para presentar sus argumentos a favor de una reelección antes de cualquier anuncio formal.
El mandatario no dejó ninguna duda de que cree que le queda trabajo por hacer como presidente. Dirigiéndose a los republicanos que acaban de hacerse de la mayoría en la Cámara de Representantes, Biden dijo que “el pueblo nos ha enviado un mensaje claro” sobre la necesidad de encontrar un terreno común.
“Hemos sido enviados aquí para terminar el trabajo”, aseveró.
Aunque Biden utilizó a menudo el lenguaje de cooperación, lanzó algunas críticas al otro partido, como cuando habló sobre los republicanos que votaron contra su proyecto de ley de infraestructura pero siguen celebrando que el dinero se utilice en sus distritos.
“No se preocupen”, comentó. “Prometí ser el presidente de todos los estadounidenses. Financiaremos estos proyectos. Y los veré en la inauguración”.
En otro momento, Biden acusó a los republicanos de tratar de reducir las prestaciones del Seguro Social y de Medicare para los estadounidenses de edad avanzada, lo que provocó gritos de “mentiroso” por parte de sus críticos.
Desviándose de su texto preparado para el discurso, Biden respondió con una sonrisa. “Cualquiera que dude de ello, que contacte a mi oficina, les daré una copia de la propuesta”. Fue un intercambio más propio de un debate que de un discurso del Estado de la Unión.
Ahora, sólo es cuestión de esperar a que Biden anuncie su decisión sobre si buscará la reelección. Prometió que haría tal anuncio a principios de este año.
“Hasta el momento que haga el anuncio, esa sigue siendo una pregunta que se cierne sobre cada palabra que pronuncia”, comentó Patrick Gaspard, exdirector político de la Casa Blanca y funcionario del Comité Nacional Demócrata.
Gaspard, quien actualmente es presidente del Center for American Progress, una institución de tendencia liberal, dijo que el discurso del Estado de la Unión “tiende a ser la fase preliminar de la presentación de argumentos a favor de la reelección y, en este caso, ciertamente lo es”.
Los presidentes estadounidenses casi nunca renuncian a la oportunidad de tener un segundo periodo de gobierno. El último que lo hizo fue Lyndon Johnson, quien se negó a postularse a la reelección en 1968, cuando el país estaba envuelto en la controversial Guerra de Vietnam.
Pero al mismo tiempo, nunca ha habido un presidente de la edad de Biden. Tiene 80 años y, si gana un segundo mandato, tendrá 86 al terminar. Su primer intento de llegar a la Casa Blanca fue en 1988.
“Este lugar no es nuevo para mí”, reconoció Biden en su discurso. “Estoy aquí esta noche habiendo servido tanto tiempo como casi cualquiera de ustedes ha servido aquí”.
Lyndsay Chervinsky, historiadora de la presidencia estadounidense, estima que la edad de Biden es “la gran incógnita” que lo distingue de sus predecesores. Durante otras presidencias, aun cuando las encuestas no favorecían al mandatario, “nadie estaba sugiriendo que no se postularan a la reelección”, dijo Chervinsky.
“Si tuviera 10 años menos, nadie estaría hablando del tema”, añadió.