Dios hizo superheroe a Grosjean

Por Redacción
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Como un superhéroe, salió Romain Grosjean de entre las llamas.

Un accidente terrorífico este domingo en el inicio del GP de Bahréin pudo acabar en tragedia, pero se quedó en milagro: el bólido Haas, con tecnología construida en la sede principal de la escudería en la ciudad de Oxnard, del francés impactó de lleno contra los guardarraíles en la salida de la Curva 3 de Sakhir.

Grosjean había tocado antes al Alpha Tauri de Kvyat, que lo descontroló, y chocó; no tan rápido para estos vehículos, a 145 millas por hora, en la tercera al inició de la carrera’ contra un bloque de hierro sufriendo una deceleración de 56 fuerzas G (unidad que mide el incremento de la velocidad de un cuerpo generado por la gravedad).

El auto se partió violentamente en dos y se incendió inmediatamente, la postal era terrible, de hecho los productores de la carrera al ver como las llamas eran descomunales y esperando lo peor, decidieron enfocarse en los autos líderes y en los boxes.

Y entonces, sin que nadie sepa cómo, apareció Grosjean de entre las llamas (pasó más de 20 segundos dentro de la bola de fuego) para recordar por qué los pilotos de Fórmula 1 están incluidos entre los superhéroes, y por qué ganan más de $30 millones al año.

La FIA informó de que estaba estable y fue trasladado en helicóptero al Hospital Militar BDF para más exploraciones.

En un video de la cuenta de Instagram del fránces, publicado el lunes desde el hospital donde pasó la noche, se puede apreciar como sus manos están totalmente vendadas hasta la mitad del antebrazo, lo debido a quemaduras en las manos, pero no fracturas, realmente un milagro.

Tardó muy pocos segundos en llegar el coche médico, pues al iniciar la carrera el Mercedes SLK venía como es parte del protocolo detrás de los autos para meterse a los pits, y fue el doctor delegado, Ian Roberts, el que ayudó el primero al francés, quien salió del habitáculo como pudo entre un amasijo de hierros y fibra de carbono.

Se había quedado encallado en la primera mitad del coche, incrustada a su vez en el guardarraíl.

La parte trasera quedó totalmente partida con el motor y demás piezas a la vista,  Lo increíble es que pudiera salir por su propio pie ante ese panorama.

EL HALO Y EL MONO LE SALVARON LA VIDA

El halo, la pieza de titanio en forma de “Y” que protege la cabeza del piloto, introducida en 2018, evitó una deformación de la célula de supervivencia del chasis, ese diseño sin duda hubiese salvado la vida de Airton Senna en 1994, cuando una llanta se desprendió de su auto y le rebotó en la cabeza, quebrándole el cuello y el cráneo instantáneamente.

En cuanto al fuego, las equipaciones de los pilotos están preparadas y homologadas para soportar más de medio minuto a 850ºC, una tecnología muy parecida a la de los trajes de astronauta de la NASA.

La última vez que se recuerda a un coche de F1 ardiendo de esta manera fue en Argentina 1996, con el brasilero Pedro Diniz.

Con ayuda de los dos miembros del equipo de emergencias, Roberts y el piloto sudafricano Alan van der Merwe, Grosjean caminó desde el coche médico, donde fue atendido inicialmente, hasta una ambulancia que le llevaría al centro médico del circuito de Sakhir, antes de volar al hospital.

A la vista, estaba magullado y cojeaba, su mono acusaba las quemaduras aunque su piel no.

Si hay traumatismos, lo explicarán los doctores más adelante.

Grosjean, de 34 años, padre de dos hijos y una hija, lleva 11 temporadas en la Fórmula 1, subió 10 veces al podio con Lotus y este año afrontaba la que puede ser su última temporada en el Gran Circo, porque no renovará con Haas, su equipo durante las últimas cinco campañas.

Él sacó del ostracismo a Francia en el Mundial después de años de silencio, sin pilotos de máximo nivel.

Era el ídolo de Jules Bianchi, el último piloto de F1 caído en combate, y todavía está muy presente en el paddock la tragedia de otro francés, Anthoine Hubert, quien falleció en Spa-Francorchamps el año pasado durante la carrera de F2.

Se sintió el mismo miedo en Sakhir, pero Grosjean, pero Dios tenía otros planes, y lo hizo un superhéroe.