Por Agencias
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El ‘9′ del Girona marcó y asistió en la goleada de Ucrania contra Moldavia. Lunin jugó los 90 minutos. Yaremchuk y Tsygankov también anotaron.
Ucrania ya está lista. La selección de Lunin, Dovbyk y compañía tendrá que batirse el cobre en Alemania con Bélgica, Eslovaquia y Rumanía. Un grupo que le exigirá, pero en el que se sabe con opciones de seguir prosperando en la Euro. Su último ‘sparring’ para el certamen fue Moldavia, que pagó el empuje de los ucranianos para llegar bien a la cita y sufrió una abultada goleada por 0-4.
Rebrov decidió poner casi todas las cartas sobre la mesa de cara a la Eurocopa y dio entrada a hombres importantes que no fueron de la partida en el primer test frente a Polonia. Es el caso de Andriy Lunin (el portero madridista fue poco más que un mero espectador en Chisináu), Mykhaylo Mudryk, Viktor Tsygankov y Roman Yaremchuk. Artem Dovbyk, por contraposición, partió de titular contra los polacos y descansó de inicio ante los moldavos. Saldría en la segunda parte para poner su sello.
Ucrania, que actualmente ostenta la posición número 22 del ranking FIFA, se veía las caras con la 153. Una diferencia drástica que se plasmó en el rectángulo de juego desde los primeros compases del partido. Tanto es así que los amarillos sólo necesitaron dos minutos para romper el 0-0 inicial. El encargado de abrir la veda fue Yaremchuk. Matviyendo cabeceó un balón sin peligro aparente y se tornó en una asistencia por un error de cálculo de Bahbolo, defensor local. El esférico lo domó el delantero del Valencia en un toque y, entonces, conectó un remate con la zurda no muy ortodoxo, pero sí tremendamente efectivo, que acabó en el fondo de las mallas.
Los de Rebrov llegaban a campo rival demasiada oposición valiéndose de las internadas de un Mudryk eléctrico y de la movilidad de Tsygankov y de Yaremchuk, aunque no acumulaban ocasiones en demasía para poner el 0-2 en el luminoso. Yaremchuk fue quien más cerca estuvo de convertir de nuevo en los primeros 20 minutos, pero una gran parada de Railean se lo negó. Los moldavos, instalados cerca de su área en un 5-4-1, achicaban espacios para evitar que aflorase la creatividad de los visitantes. Un intento de plantearle un escenario incómodo a los ucranianos que acabó cayendo en saco roto.
La mala noticia del amistoso para Ucrania llegó a la media hora de juego. Mykolenko recibió dos golpes muy seguidos en el tobillo izquierdo y tuvo que ser sustituido por Zinchenko. Habrá que esperar para saber cuál es la magnitud de la dolencia del defensor del Everton. Un contratiempo que, aunque podría tener consecuencias de cara a la Eurocopa, no cambió en absoluto el guion de este partido amistoso. Todo se movía al tempo que imponía Ucrania y Moldavia poco más podía hacer que no fuera defenderse.
Poco antes del descanso, los locales avanzaron metros y, además de no poner en aprietos a Lunin, dejaron espacios atrás. Un error fatal que aprovechó Tsygankov para tirar una preciosa pared en la frontal del área con Sudakov, amagar y definir con la siniestra al palo largo, imposible para Railean. El partido estaba visto para sentencia y aún restaban 45 minutos de pruebas para Ucrania y otros tantos de calvario y de intento de resistencia para Moldavia.
Tras el paso por la caseta, Rebrov decidió dosificar a Yaremchuk (buena actuación la del delantero valencianista) para dar entrada al pichichi de Primera División, Artem Dovbyk. El ariete del Girona marcó contra Polonia y tampoco falló a su cita con el gol en esta ocasión. Llevaba sólo cuatro minutos sobre el verde cuando recibió en posición legal un pase filtrado de Sudakov, cuerpeó con su par y batió al meta local con un remate raso y seco al palo corto. Dovbyk, en una dinámica de gol por partido, se está encargando de justificar por qué Nápoles y Atlético de Madrid andan tras sus pasos.
Pero es que no es sólo un delantero letal de cara a portería, sino que también domina el arte de las asistencias. No en vano, ha dado ocho pases de gol este año en Primera División. Cinco minutos después de marcar, Dovbyk estuvo generoso para dejársela de cara a Sudakov, que llegaba como una exhalación en carrera. El futbolista del Shakhtar, impío con Railean, perforó la meta moldava por cuarta vez en el partido.
A todo esto, Lunin seguía por ahí pasando completamente inadvertido debido a la nula producción ofensiva de Moldavia. Sólo fue exigido en el tramo final. Primero, recibió un disparo a quemarropa de Postolachi. El guardameta del Madrid, muy seguro, le negó el 1-4 al ‘17′ local. Poco después Caimacov volvió a probar suerte, pero tampoco obtuvo premio. Lunin cumplía y el partido languideció con alguna que otra fricción que no fue a mayores.
Así, sin sufrir y con buenas sensaciones, Ucrania pone rumbo a Alemania para volver a jugar un gran torneo de selecciones tras perderse el Mundial de Qatar. Dovbyk, el pichichi de Primera, parece más que preparado para la ocasión. Contra Moldavia, el ‘9′ del Girona avisó de nuevo.