De nada sirve la democracia si el sistema y sus componentes son justos, neutrales y objetivos, así se puede resumir lo que se está viviendo en los pasillos de las Cámaras de Representantes en Washington D.C.
Y es que los republicanos siguen empeñados a defender lo indefendible, a defender al enemigo, a temer un peligro efímero, como lo es Donald Trump, pero que en su fanatismo les hace creer lo contrario.
La semana pasada los republicanos se opusieron y eliminaron a una comisión de investigación de los hechos de insurgencia dados el pasado 6 de enero, cuando una multitud, alentada por Trump, trató de parar el voto de confirmación para el Presidente electo democráticamente, Joe Biden.
Más de una vez Trump y sus secuaces; incluyendo a su hijo Don Jr., a su abogado amarillista Rudolhp Gulliani y al demente de Mike Lindell, el CEO de la compañía de televentas My Pillow; han vendido la idea que nunca se dio tales actos de traición hacía la patria.
Por el contrario, aún tienen la osadía de continuar negando algo que todo el mundo vio, así como todo el mundo ahora ve como los republicanos se esconden, cuan cobardes son, en el humo de una fantasía peligrosa para los cimientos democráticos de esta gran nación.
Las negaciones de estos impresentables, se materializaron cuando se opusieron a una Comisión bipartidista para investigar los hechos del 6 de enero, Mitch McConnell fue el abanderado de oponerse luego de casi salir llorando en televisión nacional cuando los insurgentes les buscaban a él, a Mike Pence y a Lynsay Graham para hacerles pagar por no haber sido leales a Trump.
Sin embargo, ahora las cosas cambian y dan muestra una vez más que están vendidos al poder y a los deseos de Trump.
Por si esto fuese poco, desde la semana pasada, han estado tratando de bloquear una investigación en donde Trump ordenó intervenir teléfonos y correos electrónicos al Servicio de Inteligencia del Departamento de Justicia, de Congresistas y Senadores demócratas.
Para colmo, y como buenos cobardes, tres alto funcionarios que llevaron acabo esas ordenes, resulta que renuncian abruptamente hace menos de dos días, al revelarse que las investigaciones se realizarán quieran o no.
Los secretos de estos traidores a la democracia están quedando expuestos, y cada vez más se conocerán los secretos y artimañas que Trump y su banda realizaban a costa de la democracia estadounidense.
Y esto sólo es el principio, apenas hemos sobrepasado los primeros 6 meses del mandato de Biden, y quedan al descubierto que tan podrido estaban los canales de poder en agencias y departamentos gubernamentales, gracias a la gente que Trump había designado a cargo.
La democracia como tal, se convierte en una utopía si todos sus componentes no trabajan al unísono, la sincronía es vital para que sea un sistema justo, tanto para el gobierno como para sus habitantes, y eso es algo que con Trump nunca se dio.
Lo bueno es que Biden y su administración están limpiando la casa, para volver a poner a este gran país como ejemplo de una nación donde la igualdad sea cosa de todos los días.