ESPAÑOL
Por/By Rafael Gómez Farias
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Es viernes por la tarde-noche y decenas de padres y estudiantes, en su mayoría latinos, están en el teatro de La Cumbre Junior High esperando ansiosamente a que aparezca el orador invitado.
La charla, será no sólo sería una de carácter motivacional, sino también una que podría cambiar sus vidas.
Las espera terminó a las 8:07 p.m., cuando Ben Drati, Superintendente Asistente del Distrito Escolar Unificado de Santa Bárbara (SBUSD), introdujo a no otro que el astronauta José Hernández.
El hombre de 53 años de Stockton, California, es un ingeniero eléctrico y parte de la XIX Promoción de Astronautas de la NASA.
Hernández fue parte de la misión «STS-128 Descubrimiento» (28 de agosto al 11 Septiembre de 2009) que fue a la Estación Espacial Internacional, donde fue el ingeniero al mando.
Él es considerado uno de los latinos más influyentes en el mundo de la última década, llegó a Santa Bárbara como parte de uno de las muchos eventos que el SBUSD está organizando como parte de su 100 aniversario.
«Paren, paren… sientense por favor, voy a ir allí», decía a la multitud mientras caminaba vestido con su uniforme azul de astronauta, hacía abajo del escenario para estar al nivel de la audiencia que llenó el teatro de la escuela.
Esa acción demostró perfectamente la naturaleza humilde de este genio aeroespacial.
El evento que se prolongó durante 70 minutos y patrocinado en parte por Perry Ford-Mazda, Bunnin Chevrolet Cadillac y El Latino Newspaper, Hernández también recibió un diploma de reconocimiento por su legado, de la Cónsul General de México en Oxnard, Berenice Díaz Ceballos.
Su charla la llevo a cabo su principalmente en «spanglish», donde él narró su vida increíble vida y los obstáculos que tuvo que superar para ser uno de los únicos 13 astronautas latinos en la historia.
Desde los campos agrícolas al espacio, su vida puede ser fácilmente la trama de una película, una película que le gustaría ver más en los estudiantes latinos.
Nadie habría imaginado en su sueños más locos que el menor de los cuatro hijos de una familia de agricultores inmigrantes de México, y que no aprendió inglés hasta que tenía 12 años, y pasó gran parte de su infancia viajando en lo que llama «El Circuito de California», un día sería un astronauta y una de las figuras más inspiradoras para toda una generación.
«Mi familia y yo solíamos viajar desde México hasta el Sur de California cada mes de marzo, para luego trabajar en la parte norte en la zona de Stockton antes de noviembre, recogíamos fresas y pepinos en las fincas a lo largo de la ruta.
Luego los Hernández, originarios de la Piedad, Michoacán regresarían a México para la Navidad, e iniciar el ciclo nuevamente cuando llegaba la primavera.
Su dedicación, tenacidad y perseverancia para alcanzar su objetivo final: ir al espacio, es algo que trasnmitió en su charla.
«Nunca darse por vencido, ¿creen que fui aceptado en la NASA en mi primer intento ,» preguntó a la audiencia.
«No, me tomó 11 veces para ser un astronauta, por lo tanto, recuerden de nunca darse por vencidos».
También tuvo palabras para los padres.
«Mis papás sólo tenían una educación de tercer grado, pero entendían la importancia de la educación, especialmente la educación universitaria y ese mensaje fue muy importante para mí y mis hermanos», aseveró.
Compartió que un día él y sus hermanos estaban particularmente cansados de trabajar, por lo que se lo hicieron saber a su padre, quien sabía exactamente cómo responderles a sus quejas.
«Bueno, ustedes son muy afortunado… recuerden este sentimiento, porque ustedes tienen el privilegio de vivir su futuro ahora».
A continuación, los cuatro hijos confundidos por sus palabras le que preguntaron a Salvador, «¿cómo es eso de vivir el futuro ahora ?».
«Mi papá nos dijo … ‘Bueno, mira, si no ponen demasiado esfuerzo en su educación, esto es exactamente su futuro, pasara recogiendo frutas y verduras todas sus vidas’. Esas palabras tuvieron un gran impacto en mi vida y finalmente todos vimos lo importante que era la escuela».
ENGLISH
It’s Friday evening, and dozens of students and parents, mostly Latinos, are in the theater at La .
The talk will not only be motivational, but it could also change their lives.
The wait ends at 8:07 pm when Ben Drati, Assistant Superintendent of the Santa Barbara Unified School District (SBUSD), introduces none other than astronaut José Hernández.
The 53-year-old from Stockton, California, is an electrical engineer and part of the XIX Class of Astronauts selected by NASA.
Hernández was part of the Mission “STS-128 Discovery” (August 28-September 11, 2009) that went to the International Space Station, where he was the engineer in command.
Considered one of the most influential Latinos of the last decade, he came to Santa Barbara as part of one of the many events commemorating the school district’s 100th anniversary.
“Please stop, stop… sit down, I will go down there,” said, Hernandez as he ambled down from the stage to floor level of the theater wearing his blue astronaut suit.
He conducted his talk mainly in Spanglish, narrating his amazing life and the obstacles he had to overcome to be one of only 13 Latino astronauts in history.
From the agricultural fields to space, his life could easily be the plot of a movie. Nobody would have guessed that the youngest of four children from an immigrant Mexican farming family, who did not learn English until he was 12 years old, one day was going to be an astronaut and one of the most inspirational figures for a whole generation.
“My family and I used to travel from Mexico to southern California each March, then working northward to the Stockton area by November, picking strawberries and cucumbers at farms along the route,” on what he called the “California circuit.” “Then they would return to Mexico for Christmas, and start the cycle all over again come spring.”
During the 70-minute event, sponsored by Perry Ford-Mazda, Bunnin Chevrolet-Cadillac and El Latino Newspaper, Hernández also received a diploma of recognition from the Consul General of Mexico in Oxnard, Berenice Díaz Ceballos.
“Never give up,” he said. “Do you think I was accepted to NASA on my first try? No, it took me 11 times to become an astronaut. Therefore remember to never give up.”
He also had words for the parents.
“My parents only had a third-grade education, but they understood the importance of education, especially college education, and that message was very important for me and my siblings,” he said.
One day, he shared, he and his siblings were particularly tired of working, but he said his dad knew exactly how to respond to their complaints.
«Good, you are so lucky… remember this feeling because you guys have the privilege of living your future now.”
Then the four children, confused by their father’s words, asked him “How is that “living the future now?”
“He told us… ‘Well, look if you don’t put too much effort into your education, this is exactly your future, picking fruits and vegetables all of your lives,’ he told us. That for sure made a great impact on my life, and we finally saw how important was school.”