Por Agencias
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El papa Francisco llegó a Indonesia el martes en el inicio del viaje más largo de su pontificado, con la esperanza de alentar a su comunidad católica y celebrar la tradición de armonía entre religiones en un país con la mayor población musulmana del mundo.
Tras un vuelo nocturno desde Roma, Francisco bajó del avión en su silla de ruedas y llegó a la pista para una ceremonia de bienvenida bajo el perenne cielo brumoso, húmedo y contaminado de Yakarta.
Dos niños vestidos con ropas tradicionales le entregaron un ramo de hortalizas, frutas, especias y flores.
Francisco tenía previsto descansar el resto del día, dados los rigores de un viaje de 11 días en el que se desplazará entre husos horarios, y que también incluye visitas a Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. No obstante, el Vaticano señaló que el pontífice de 87 años se reunió con un grupo de refugiados, migrantes y enfermos en la residencia del Vaticano en la capital indonesia.
Fuera de la residencia, fue recibido por simpatizantes deseosos de ver al primer Papa que visita el país desde San Juan Pablo II en 1989.
“Cuando lo vi en el coche me emocioné, se me puso la piel de gallina”, afirmó Fanfan, un ama de casa de 49 años de Yakarta Occidental que sólo usa un nombre. “Espero que con un poco de suerte vuelva a aparecer delante de mí saludando con la mano”.
El primer día completo de actividades de Francisco comienza el miércoles con visitas a los líderes políticos del país y reuniones con el clero indonesio, que está ayudando a impulsar el crecimiento de la Iglesia católica en Asia.
El presidente indonesio, Joko Widodo, dio la bienvenida al Papa, afirmando en una declaración transmitida por radio que “Indonesia y el Vaticano tienen el mismo compromiso de fomentar la paz y la hermandad, así como de garantizar el bienestar de la humanidad”.
Lo más destacado de la primera parada de Francisco será su participación el jueves en un encuentro interreligioso en la emblemática mezquita Istiqlal de Yakarta con representantes de las seis religiones reconocidas oficialmente en Indonesia: islam, budismo, confucianismo, hinduismo, catolicismo y protestantismo.
La mezquita, la más grande del sudeste asiático, está situada frente a la principal catedral católica de la capital, Nuestra Señora de la Asunción, y ambas están tan cerca la una de la otra que durante la misa puede oírse el llamado musulmán para convocar la oración.
Su proximidad no es una coincidencia, sino una firme voluntad como símbolo de la libertad religiosa y la tolerancia consagradas en la Constitución de Indonesia. Los edificios también están unidos por un “túnel de la amistad” subterráneo que Francisco visitará con el gran imán, Nasaruddin Umar, antes de firmar una declaración conjunta.
Aunque Francisco querrá destacar la tradición de tolerancia religiosa de Indonesia, la imagen del país como nación musulmana moderada se ha visto socavada por brotes de intolerancia. En 2021, una pareja de militantes islámicos se inmoló ante una abarrotada catedral católica de la isla indonesia de Sulawesi durante una misa del Domingo de Ramos, hiriendo al menos a 20 personas.
“No tenemos ningún problema con la visita. Es un invitado y le daremos la bienvenida”, declaró Eldy, un funcionario jubilado de 64 años que utiliza un solo nombre y que salió a pasear el domingo aprovechando una jornada libre de coches en Yakarta. “Si quiere visitar nuestra mezquita Istiqlal, puede hacerlo”.
Aunque los católicos sólo representan el 3% de la población indonesia, el gran número de indonesios –275 millones– convierte al archipiélago en el hogar de la tercera comunidad cristiana más grande de Asia, después de Filipinas y China.
Por ello, se espera que miles de personas acudan en masa a los actos que Francisco celebrará esta semana, entre los que se incluye una misa el jueves por la tarde en el principal estadio de Yakarta, a la que se espera que asistan unas 60.000 personas. Las autoridades de la ciudad han instado a los vecinos a trabajar desde casa ese día, dados los cortes de carreteras y las aglomeraciones.
“Es una alegría para nuestro país, especialmente para nosotros los católicos”, dijo Elisabeth Damanik, un ama de casa de 50 años, a la salida de una misa abarrotada el domingo en Nuestra Señora de la Asunción. “Ojalá la visita del Papa pueda fomentar la tolerancia religiosa en nuestro querido país de Indonesia”.
El cuidado del medio ambiente, la resolución de conflictos y el desarrollo económico con perspectiva ética son los temas principales del viaje, y Francisco podría abordarlos durante su discurso principal ante las autoridades indonesias el miércoles.
Francisco ha hecho del cuidado del medio ambiente una insignia de su pontificado y ha aprovechado a menudo sus visitas al extranjero para insistir en la necesidad de cuidar la creación de Dios, impedir la explotación de sus recursos naturales y proteger a los pobres que sufren las consecuencias de los extremos climáticos y la contaminación.
En Yakarta encontrará una metrópolis de 11,3 millones de habitantes asfixiada bajo nubes grises de contaminación atmosférica causada por las centrales eléctricas de carbón, los gases de escape de los vehículos, la quema de basura y las fábricas. La contaminación atmosférica de Yakarta se registra regularmente entre ocho y nueve veces por encima de los límites de la Organización Mundial de la Salud.
“Indonesia tiene la peor contaminación atmosférica del sudeste asiático”, afirmó Piotr Jakubowski, experto en contaminación atmosférica y cofundador de la empresa indonesia de control de la calidad del aire Nafas. “La visita del Papa es muy buena porque proporciona una caja de resonancia… de otro líder mundial muy respetado”.
Los ciudadanos también esperan que Francisco se pronuncie sobre el tema.
“La contaminación en Yakarta es alarmante. Por eso la presencia del Papa puede ser beneficiosa para el debate sobre cuestiones medioambientales”, indicó el empleado de gobierno Erik Sebastian Naibaho, de 26 años.
Francisco es el tercer Papa que visita Indonesia, tras Pablo VI en 1970 y San Juan Pablo II en 1989. Su atención subraya la importancia de Indonesia para el Vaticano tanto en términos de diálogo cristiano-musulmán como de vocaciones católicas, ya que alberga el mayor seminario del mundo y forma a cientos de sacerdotes y monjas al año.
“Indonesia está tratando de crecer en la fe”, afirmó el cardenal Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo, el arzobispo de Yakarta a quien Francisco nombró cardenal en 2019.
En una sesión informativa la semana pasada, dijo que Francisco quería expresar su aprecio por la tradición interreligiosa de Indonesia “y animar a que este tipo de hermandad siga manteniéndose y desarrollándose”.