Celebrando la semana de los enfermer@s quienes con su coraje, tenacidad y valor cuidan de la salud de todos.
Por Carlos Hernández
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Durante la pandemia del Covid, todos los empleados de la salud han jugado un papel primordial para mantener sana a la población en general, pero en especial los enfermer@s han sido el pilar en el esquema del sistema de salud.
Durante el “Día Nacional de l@s Enfermer@s”, este 6 de mayo, presentamos las historias de estos profesionales de la salud que han expuesto sus vidas y la de los suyos durante la pandemia.
Sonia Nikolaus, es una Enfermera Registrada del Ventura Medical Center del Condado de Ventura en la Unidad de Cuidados Intensivos, y ha dedicado más de 30 años de vida a su carrera con pasión y templanza.
Sonia es de esas profesionales que se desviven por sus pacientes, como lo muestra el hecho que lo que la llevó a la profesión fue por ver la falta de enfermeras bilingües que ayudaran a la comunidad latina.
Originaria de Rosario, Argentina, llegó con sus padres con sólo 20 años a los Estados Unidos.
“Llegamos a Arizona y luego de 3 años, mi papá que trabajaba en un hospital lo trasladaron a California. Trabaje limpiando oficinas por un tiempo, porque no sabía el idioma y era muy frustrante. Mi papá, nos llevaba a mi hermana y a mí y ahí al hospital y nos dimos cuenta cómo las enfermeras cuidaban con mucho amor a los pacientes y, entonces me nació el deseo de ser enfermera”, indica Sonia.
La historia de Sonia es de admirar, pues al no saber inglés y saber que sus padres no podrían pagar sus estudios universitarios, fue como empezó por cuenta propia a aprender el idioma.
“Compré libros, escuchaba música y veía televisión en ingles por horas para aprender. Luego con dos o más trabajos empecé a costearme los estudios, y con ese miedo de no saber si la universidad iba a ser muy difícil entré y jamás volví a ver para atrás. Me ha costado mucho, he aguantado hambre pero con esfuerzo y sacrificio, luego gané una beca por mis notas y me gradué de enfermera con honores”, comparte Sonia.
La perseverancia y el éxito de Sonia se aprecia en el hecho que toda su carrera, la ha hecho en el VCMC.
“Fui una de las primeras enfermeras que al graduarse salí derechito de la escuela de enfermería a la unidad de cuidados intensivos”.
Lo más satisfactorio que le deja la profesión, según Sonia, es encontrarse a sí misma en el servicio hacia otros, “y ayudarlos en los momentos más vulnerables de sus vidas”.
Por su parte lo más difícil, es cuando pierden la guerra contra una enfermedad.
“Sobre todo cuando son gente joven, como los niños y bebés, y que hemos hecho todo lo humanamente posible por salvarlos pero acabamos perdiéndolos”, explica Sonia.
Algo que con la pandemia del Covid, como asegura la enfermera de 53 años, se ha empeorado.
“Con estos pacientes al no poder dejar entrar a sus familiares y estar solos nosotros éramos sus familias, y ver impotentemente como algunos perdían la batalla y tener que decirles que no les quedaba mucho tiempo de vida, para después verles despedirse por teléfono de sus familiares es algo sumamente difícil”, asegura Sonia.
La clave para ser una buena enfermera es ser humilde, tener pasión, compasión y el corazón de ayudar a otros como a sí mismo. Ayudar a otro como a sí mismo, sobre todo cuando se esta en una situación tan vulnerable”.
Como en todo hay carreras que lo hacen por pasión y por conveniencia, y en la carrera de enfermería es algo que para ella es muy evidente.
“Los pacientes son los primeros en darse cuenta, y me entristece pero cuando veo eso me involucró para no quebrantar la dignidad de los pacientes”, aseguró.
La pasión de Sonia con su carrera la llevó a ser “viral”, luego que masas se estremecieran al leer la sinceridad de una carta póstuma, que le dedicó a un paciente latino que atendió por mucho tiempo antes de morir por el Covid.
“Se esparció por todo el internet y hubieron medios locales que me entrevistaron y la publicaron”, compartió
Para Sonia ser parte del VCMC ha sido algo especial.
“Ha sido algo increíble, se han portado excepcionalmente, nos han dado todo para que nuestra labor sea la mejor. Los directores han venido a ver cómo nos sentíamos, y han ido con nosotros a ver pacientes, a conocer la situación, a brindarnos ayuda psicológica a cualquier hora. Nos han apoyado en todo momento con recursos y equipo”, recalca la argentina.
Sonia, indicó que ese temor e incertidumbre que trae un virus tan nuevo como el Coronavirus, se ha disipado gracias al arduo trabajo, la vacunación y las prestaciones en su trabajo pero que aún no hay qe bajar la guardia.
“Recomiendo que la comunidad latina se vacune, ya que muchos no piensan hacerlo. La verdad es que no se ha dicho la última palabra y puede haber una segunda ola. Sobre todo porque más del 75% de nuestros pacientes han sido latinos”, indica.
Con respecto a este próximo 4 de mayo, dice que tendrá una celebración muy personal y especial.
“Este Día de las Enfermeras, será muy diferente, ya que el año pasado fue una batalla que se sintió como si estábamos en una guerra. Para este año voy a honrar a todos esos pacientes que perdimos recordándoles”.
María Jáuregui, es la Supervisora de Enfermeras de las Community Health Centers de la Costa Central, para los Condados de Santa Bárbara y San Luis Obispo, asegura que su amor por la profesión le nació luego de una experiencia muy personal.
“Siendo hija de inmigrantes, y ver como mi madre sufría mucho de salud y tuvo muy mala atención por falta de buena comunicación con doctores y enfermeras, decidí a mis 12 años estar en esta profesión. Lo hice porque vi que había mucha disparidad y limitaciones para las personas de color y minorías”, indica María.
La madre de María sufrió de trauma de postparto y junto a su esposo había llegado al país en la década de los 60s gracias al programa “Bracero”, por lo cual no tenían seguro médico, complicándole su existencia.
“Por la falta de comunicación en el mismo lenguaje, de profesionalismo y ética, a mi madre le dieron un tratamiento equivocado que la llevó hasta a estar internada en un centro mental y eso lo que me motivo para como enfermera ayudar a personas de las minorías”, indica.
Así es como María, quien tiene 35 años de experiencia en el campo de la salud, ha logrado con creces superar las expectativas que tenía de niña, ya que en su cargo actualmente gestiona la labor de 37 enfermeras en más de 20 clínicas y centros de salud en los dos condados.
“No cambiaría está profesión por nada del mundo. Lo más gratificante para mí es ver que con su trabajo mis enfermeras hacen una diferencia positiva en muchísimos pacientes y cambias sus vidas al tratarlos con respeto y dignidad, y así ayudarles a sanarse”, señaló.
Precisamente, la enfermera recalcó que lo que más disfruta de su carrera es poder ayudar a las personas de las minorías, sobre todo a los latinos, quienes son la mitad de los 115 mil consultas que realizan anualmente en sus centros de salud y clínicas.
“Hay mucha escases de enfermeras bilingües y ojalá eso cambie, por que se les necesita muchísimo para proveer un cuidado digno y comprensivo a pacientes que sólo hablan un idioma”.
Es así como María, quien está casada y con tres hijos, menciona la importancia que tiene la preparación académica de l@s enfermer@s.
“Está es una profesión donde siempre se tiene que seguir estudiando para brindar un mejor cuidado. Con los avances tecnológicos que tenemos a diario, de la misma manera nos tenemos que seguir preparando”, indica.
Y es que la profesión de enfermería es tan amplia que brinda muchísimas oportunidades para el desarrollo, como lo es trabajar en distintas especialidades desde, ser expert@ en diálisis, en diabetes, en traumas, y hasta en la enseñanza, entre muchas.
María es la mayor de seis herman@s, y aunque tiene un puesto gerencial su preparación no se detiene, ya que actualmente está estudiando su maestría.
María además menciona que lo más difícil para en el último año, el cual a sido atípico, debido a la pandemia del Covid, ha sido el desgaste mental.
“El aspecto psicológico ha sido lo peor. Trabaje por 10 años en la sala de emergencia y ver a tantas una persona tras otra llegando con diferentes traumas, y padecimientos, es sin duda impactante, lo mismo pasa con el Covid”, sostiene.
Para María la clave del éxito en su profesión es que tiene una fe muy fuerte.
“Me mantiene fuerte. Hablar con el pastor, o sólo llorar pude ser reconfortante. Y lo principal es que esta es una profesión de cuidado y atención, pero sobre todo de compasión, sin eso no se puede ser una buena enfermera. Nosotros (los enfemeros) somos gente sociable”, concluye María.
Sergio Magdalenogarcía es el Supervisor de Enfermería del Depto. de Control de Enfermedades Infecciosas del Depto. de Salud Pública del Condado de SB, y al igual que Sonia su vida se ha caracterizado por la humanidad y el empeño que le pone a su profesión.
En sus labores está trabajar con l@s enfermer@s que tiene a su cargo y otros departamentos, mitigar el peligro de propagación de una enfermedad infecciosa como lo son los virus, algo que debido a la pandemia del Covid este año pasado ha sido desgastante y atenuante para él.
“Cuando llaman a las casas de retiro de ancianos, porque tienen un caso de personas contagiadas, mando a un@ enfemer@ a tomar pruebas y todas las decisiones para evitar una propagación masiva”, indicó Sergio.
El espíritu de lucha y superación también es algo característico en Sergio, ya quecomo inmigrante latino al igual que Sonia y María, llegó a los 16 años a Oxnard junto a su familia desde su natal Michoacán.
Ahí, laboró por dos temporadas en los campos de cultivos de fresas junto con su padre, hasta que un familiar les dijo que Sergio no podía trabajar a tiempo completo por ser menor de edad.
“Entonces me metí a la Preparatoria al siguiente año, y después entre a la Naval. Ahí, nació mi interés por esta profesión. Como asistente de salud vi como personas terminaban en el hospital sufriendo complicaciones que eran prevenibles como amputaciones por diabetes, ataques al corazón, diálisis, porque la Salud Pública no funcionaba bien sobre todo con las minorías”, indica.
Es así como Sergio de 35 años, aconsejado por una Capitana a estudiar enfermería, inició sus estudios y obtuvo primero su título de enfermero en el Oxnard College y luego su Licenciatura y Certificado de Enfermero Registrado de la CSU Channel Island en Camarillo.
“No tenía los recursos para la universidad pero al ser miembro de la Naval, una de las prestaciones es que al retirarse ellos pagan por la educación, sometí mi aplicación me la aceptaron, me gradué con honores y ahora gracias a esa oportunidad puedo usar todo este conocimiento y cualidades a nivel civil”, comparte Sergio.
Y es que para el Supervisor, si bien es cierto la carrera de enfermería puede ser bien remunerada, para ser un buen profesional en el ramo se debe tener la vocación de servir a los demás.
Así, otro de los motivos para convertirse en enfermero, ha sido que el promedio de enfermeros por paciente es disparejo.
“Lamentablemente por razones burocráticas el papeleo con las compañías aseguradoras es lo que toma más tiempo, muchas veces horas, y al haber escases de enfemer@s no se pasa haciendo lo que más nos gusta, que es la atención al paciente”, revela.
Es por ello que para Sergio lo más gratificante de la profesión, es tener las herramientas y el tiempo necesario para poder ayudar a cuantificar el avance y la mejoría de los pacientes.
A nivel personal Sergio, quien reside en Oxnard es un amante de la naturaleza, práctica senderismo, ir a la playa, y cualquier otra actividad al aire libre, pero también tiene un lado artístico.
“Toco la guitarra, y también toque el violín en un Mariachi, y fui parte del Ballet Folklórico del Oxnard College”, comparte.
Para este año la celebración del “Día del Enfermer@” será mejor que la del año pasado, ya que podrán celebrar en grupo nuevamente, eso sí siguiendo las pautas de prevención establecidas.
“Se nos dará un almuerzo, estaremos en grupos de 8 a 10 lo máximo, se entregarán regalos y luego estaremos participando en un entrenamiento de salud”, comparte.
Y es que el trabajo de Sergio y las docenas de enfermer@s que forman parte de la red de hospitales y clínicas del Departamento de Salud del Condado de SB, nunca para.
“Nuestras jornadas con la pandemia pasaron de 8 horas a un promedio de 10 o hasta 13 horas fines de semana incluidos. Aún así lo más desgastante ha sido el aspecto mental, pero ha válido la pena”, indica.
Durante el último año en la lucha contra el Covid, igual a sus colegas entrevistadas, Sergio señaló que lo más difícil fue la incertidumbre y la información y guías de salud que diferentes entidades a nivel federal, estatal y local daban a los profesionales de salud.
“Lamentablemente eso causo mucha desinformación, sumado al hecho que las personas estaban aisladas hizo que personas no creyeran en el virus e hizo que nuestro trabajo de contención del virus se hiciera más difícil”.
Sergio asegura que si pudiera pedir un deseo ese sería que las autoridades en el Congreso y el Senado a cargo, “establecieran estrictos controles en el contenido que diferentes plataformas brindan a adolescentes y niños”.
“Sin duda eso haría una gran diferencia, hay mucha desinformación y mala información que está dañando a nuestra juventud”.
Gracie Díaz, originaria de Oxnard pero de padres de Guadalajara, México, es la Gerente de las Enfermeras de las Clínicas del VCMC, tiene 29 años de experiencia en el sector de la salud.
Para ella, al igual que los otros entrevistados fue la falta de representación de enfermeras latin@s y/o bilingües, así como recursos disponibles para la mejor atención a los pacientes latinos, la que la impulsaron a la profesión.
“Empecé como asistente médica, y me fije que no habían enfermeros con el contexto cultural para comprender mejor a los pacientes latinos, y eso me motivo para tratar de cerrar esa brecha y ser un puente entre las dos culturas. Sabía que sólo era una persona pero al menos sería una persona más para ayudar”.
El amor por la enfermería y tratar de ayudar a los demás, la llevó a hacer muchos sacrificios, puesto que era madre soltera de dos pequeños cuando inició sus estudios, y aunque le tomó un poco más de tiempo de lo normal terminarlos, hubieron semestres que sólo tomó 1 clase, ya que además tenía que trabajar 8 horas diarias, al final logró su objetivo.
“Me llevó tiempo, sí, luego terminé una Licenciatura pero valió la pena y está profesión no la cambiaría por nada en el mundo”, explica Gracie.
Al mismo tiempo, asegura que ese espíritu de lucha y superación se lo debe mucho a la entidad Futures Leaders of America, la cual ofrece becas, programas y asesorías para que jóvenes latinos asistan a los institutos de educación superior y universidades.
“Gil Cuevas inició ese programa en los 60’s y yo fui parte de la primera generación, ahí aprendí mucho, sobre todo de los beneficios del estudio y llegué hasta a ser presidente estudiantil. Esa experiencia me ayudó bastante”, confiesa la graduada de la Oxnard High School.
Gracie; quien supervisa y está a cargo de hacer cumplir los protocolos de salud, el traslado, el alta de los pacientes, los horarios de los turnos y todo lo que respecta de alrededor de 110 enfermeros, asistentes de enfermería y técnicos en telemetría en el VCMC; indica que se siente muy orgullosa de trabajar para dicha entidad por como manejaron la respuesta a la pandemia del Covid.
“Al principio fue una época de temor, mucha gente lo comparó como estar en tiempos de guerra, pero también tuvimos todo el apoyo de las autoridades. Ellos tomaron una actitud proactiva. De hecho creo que se llevó todo tan bien que creo que estábamos adelante de la crisis”, sostiene.
Para Gracie, la profesión de enfermería siempre ha sido reconocida, sin embargo con la pandemia piensa que está siendo más valorada por la comunidad local.
“Por eso este año el Día de los Enfermer@s será especial, creo que se nos reconoce más nuestra labor y lo importante que es en la sociedad, al igual que pasa con las maestras”, señaló.
Lo más gratificante de esta carrera para la Supervisoras es ver a los pacientes mejorarse y volver a sus hogares, es por ello que todo este más de un año de pandemia a Gracie y su equipo les ha afectado ver como algunos perdieron la batalla y nunca regresaron con los suyos.
Gracie, quienes sus padres eran trabajadores agrícolas en campos de fresas y champiñones, es la primer miembro de su familia en tener estudios superiores, sin embargo su ardua labor durante tantos años, le ha servido para inspirar a los suyos.
“Estoy muy orgullosa porque mi hijo mayor es también enfermero registrado, el de en medio es terapista respiratorio y el tercero va a estudiar para ser cardiólogo”, comparte la exitosa profesional.
Gracie afirma que una de las cosas que más valora como enfermera es la relación que establece con sus pacientes.
“Es importantísima y algo que todas las enfermeras valoramos porque ellos nos dan toda su confianza en que les podemos ayudar en momentos difíciles y eso no tiene comparación”, indicó Gracie quien es además una mujer de fe.
Por ultimo, dijo que si pudiera pedir un deseo sería que la comunidad recuerde no bajar los brazos.
“Seguir practicando las recomendaciones de salud, como el uso de mascarillas, distanciamiento social, lavarse las manos… porque sólo así y juntos podemos cambiar la situación. El virus no es una broma ni toma vacaciones como algunos piensan”, finalizó.